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Cuando tienes al chico de tus sueños muerto en espasmos abajo de ti no se puede hacer muchas cosas además de admirarlo, tu respiración está agitada también, y el ver su boca entreabierta soltando uno que otro quejido triunfante te provocan un climax supremo, de esos que se sienten hasta el alma y se guardan en lo más profundo del corazón.

Quisiera que fueras tan mío como soy tuyo para siempre.

Pensaba sin importarme la camuflada cosificación que tanto criticaba con Jongdae en nuestras charlas pretenciosas y progresistas. Y no era que no creyera en lo que decía, era que lo más salvaje de mí estaba hablando sin pensar, amainando sus palabras porque a la vez mi lado más romántico florecía como si nunca lo hubiera hecho. Torpe, joven y asombrado.

Nos separamos y sin mucho diálogo entendimos que era momento de dormir.

Desperté pocas horas después por su despertador, y él me abrazaba con fuerza mientras yo lo había envuelto con brazos flojos.

-Buenos días -susurré curvando mi espalda para llegar a hablar algo cerca de su oído.

Él se quejó y me ignoró, aferrandose más a mi torso.

-Despierta, hagamos el desayuno juntos.

Negó tiernamente quedándose quieto después.

Me resigné- ¿cinco minutos y te despiertas?

Asintió y quedé tranquilo, repasé sus mechones dispersos varias veces sin entralazar mis dedos en estos. Quería inmortalizar el momento, era la primera vez que despertaba al lado de Baekhyun de esta manera.

Era increíble. De repente todo parecía valer la pena, cada error y acierto tenían una causa.

Pasaron los cinco minutos y con mucho esfuerzo todavía, logré sacarlo de la cama. Logré que se sentara en esta y empecé a vestirlo. Indagué en los cajones de su habitación y conseguí su ropa interior; la coloqué con paciencia y fui recorriendo la piel desnuda varias veces con mis labios.

Cuando hice esto, le coloqué una sudadera y proseguí a vestirme yo.

Él estaba medio dormido todavía, y corriendo el riesgo de que alguna de las personas que se encargaban de su inmensa casa nos viera, aproveché para cargarlo entre mis brazos.

Durante su recorrido suspendido en mis brazos hasta la cocina, fue despertándose más y empezó a mostrarme cortos intervalos de su sonrisa.

Carajo, ¡qué sonrisa que no la tiene nadie más!

Tocó el momento de que se parara sobre sus propias piernas, y él lo hizo apoyándose en mí.

Por medio de cortos diálogos carentes de mucho sentido, fui preparando el desayuno en su compañía.

Hechos dos huevos fritos, salchichas y dos cafés nos sentamos en la mesa, él ya estaba consciente en su totalidad.

Sonriendo se sentó a mi lado en lugar de irse al frente y empezó a comer en silencio, parecía que hubiésemos dicho todo y ya no quedaba más.

Pero no era así, tenía mucho que decirle, tanto que no sabía como poner mis ideas en orden, y apostaba a que él también.

-Nunca había sentido algo así -habló de pronto, captando mi atención- nunca creí que esto me fuera a pasar a mí -suspiró negando con la cabeza y sin esfumar su sonrisa- pero llegaste y me cambiaste la vida desde el primer momento.

-¿Sí?

-Me mostraste tantas cosas que no sabía que estaban ahí. No tienes idea Min.

Me quedé callado para que dijera todo lo que tenía que decir.

-Quiero saber...si me extrañaste tanto como yo te extrañé a ti.

-Ni un segundo pude dejar de pensar en ti -contesté de inmediato- jamás te olvidé ni te olvidaría, sin importar que pase.

-¿Puedes perdonarme por todo?

-Eso no se pregunta, Baekhyun. ¿Qué no ves que estoy perdidamente enamorado de ti?

-Minseok, quiero que esto dure para siempre.

-Si quieres, esto nunca va a acabar.

-Seamos los de antes otra vez, borremos todos los errores y ahora hagamos las cosas bien.

-¿Lo dices enserio?

-Nunca en mi vida dije algo más enserio.

Por impulso lo besé de inmediato, casi parecía un sueño, uno del que estaba por despertarme. Pero no lo era. Estaba ocurriendo.

¿QUÉ CARAJOS IMPORTABA SI SUS LABIOS ME MATABAN? Si eran tan dulces... me quemaban de una manera más allá de la física. El día anterior había querido más y más de él, las últimas semanas solo había pensado en tenerlo, y ahora estaba recordando todo, como si un estado de alerta se levantara para protegerme de caer otra vez. Pero era muy tarde.

Sus labios estaban hechos para encajar con los míos y derretirme en miserias así como en gloria cuando me atreviera a colocarlos en su lugar.

Y ya había decidido que iba a creerle, otra vez, iba a seguirlo a donde fuera e iba lograr que lo nuestro funcionara.

De todos modos, ¿cómo podía olvidarme de él? ¿Cómo podía hacer como que no?

Cuando me separé de él, la respuesta quedó clara, era una total afirmación, tranquilamente hubiera podría haber estado en un diccionario como sinónimo de "SÍ, POR LA MIERDA QUE SÍ".

-Entonces, ¿empezamos otra vez?

-Baekhyun, se mi novio y nunca me dejes ir.

Tenía que publicar hasta el 40 la anterior semana, pero tuve problemas personales (un weon se puso weon y así) bueno

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Tenía que publicar hasta el 40 la anterior semana, pero tuve problemas personales (un weon se puso weon y así) bueno. Nos vemos al rato amigasas.

Otra vezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora