———Really Bad Boy———
———Lechuza————Espero que no le des ningún problema a tú tía.
—No te preocupes mamá eso no pasará. —respondo.
Me monto en el carro cual de una vez es puesto en marcha por el chofer. Para matar el tiempo saco mis audífonos y los conecto a mi celular para escuchar música.
La primera en sonar es Really Bad Boy de Red Velvet. Cierro los ojos.
—Ahhhhh.—grito a todo pulmón, asiendo un grito de lo que hace Wendy en la canción.
—¿Señorita se encuentra bien? —dice el chofer parando el carro.
—Si. No te preocupes. —digo con una sonrisa.
•••••
—¡TÍAAAAA! —corro hasta ella y me tiro ensima de ella enrrollando mis pies en su cintura, por poco y caemos.
—¿Como estas presiosa?
—Súper feliz de estar aquí con mi tía favorita del mundo mundial. —digo ya estando en el piso.
—Tía te quiero mucho. —la abrazo.Mi tía es mi adoración la quiero mucho. Hay veces en la que me pregunto ¿por que ella no fue mi madre? Si ella fuera mi madre las cosas serían tan diferentes.
Con mi tía puedo platicar abiertamente de cualquier tema algo que no puedo hacer con mi madre.Subí mis cosas en la habitación que ocupaba cada vez que venía de visita a casa de mi tía.
—¡Que onda lechuza!—escucho decir a el estúpido de mi primo.
—¿Nunca dejarás de decirme así? —el niega cruzándose de brazos.
—¿Por cuanto días te quedarás?
—¡Hello! Acabo de llegar y ya quieres que me valla. —el ríe. —Para tú tranquilidad no debes preocuparte, solo duraré el fin de semana, no pienso quedarme y robarme toda la atención de tú madre.
—Eso espero. —dijo antes de irse.
••••
Me paro frente a la puerta de la habitación de mi primo, toco la puerta la cuál es inmediatamente abierta por mi primo con cara de aburrimiento.
—¿Deseas?
—Deseo que vengas conmigo. —tomo su brazo derecho. —E intentemos preparar pastelitos.
Arrastro a Renjun junto a mí hasta la cocina de su casa. En meno de lo que canta un gallo ya tenemos todo los ingredientes que necesitaremos para los pastelitos.
—Hay que hechar ésto aquí y luego agregarle ésta cosa para luego meniarlo y luego hecharle este polvo marrón y agregar éste polvo blanco que parece cocaína. —Renjun me mira con cara de confusión.
—No entendí nada.
—Hagámoslo fácil... Liguemos todo. —el asiente.
Así lo hicimos, ligamos todos los ingredientes en un solo lugar. Luego agregamos en moldes de la ligadura que hicimos. Con todos lo moldes llenos procedimos a entrarlos en el horno el cual habíamos puesto a calentar poco antes de ligar los ingredientes.
—¿Y ahora que hacemos? —me pregunta Renjun.
—Hagamos palomitas mientras los pastelitos se cosen. —el asiente.
—También podemos hacer cereal.
—Hagamos de los dos.—digo.
—Iré calentando la estufa para hacer el cereal.—lo miré sin entender.
Renjun se acercó a la estufa para luego empezar a coquetearle a la estufa como si fuese una chica.
—Eres tan cuadrada y gris, eres muy grande. —pasó su mano delicadamente por la estufa. —No quiero decir que estés gorda por que te digo que eres grande.
—¿Qué demonio creés que haces con esa estufa Renjun? —el me mira.
—La estoy calentando.
—Eres un depravado, se supones que debes encender la estufa con un fósforo no de esa manera, te creés que esa estufa es una chica... Además no entiendo para que necesitamos la estufa si las palomitas las haremos en el microondas.
—La necesitamos para hervir el cereal. —lo miro entre cerrando los ojos.
—¿Cuando haz visto qué el cereal se hierve?
—¿El cereal no se hierve? —yo niego. —Con razón es que siempre se desbarata, se pone raro y sabe asqueroso. —ruedo los ojos.
No puedo creer lo tonto que puede llegar hacer mi primo.
Dejé a un lado la estupidez de mi primo y busqué una bolsa de palomitas para entrarla en el microondas, luego de dejar las palomitas haciéndose busqué una caja de cereal de frutita para servir en dos platos, hecharle leche y pasarle uno de los plato con cereal a mi primo.
••••
—No te huele a quemado. —yo empiezo a olfatear y en definitiva huele a quemado.
—¿Qué será lo que se quema? —digo pero de una vez llega a mi mente los...
—LOS PASTELITOS. —gritamos Renjun y yo al mismo tiempo.
Nos levantamos corriendo para ir hacia la cocina. Ésta estaba llena de humo el cual provenía del horno.
—Hay que abrir las ventanas para que el humo salga.Me aproximé al horno apagandolo y abriendo la puerta de éste.
—¡Oh por Dios mi cocina! —dice mi tia entrando por la puerta de la cocina.
—Hay que salir de la casa hasta que el humo salga por completo. —nos dijo y Renjun y yo como buenos chicos le hicimos caso.Ya afuera me senté en el césped con mi primo al lado quien comía algo.
—¿De dónde sacaste éso?—Es de nuestros pastelitos. —lo miré raro. —Sabe a quemado y le encontré un cascarón del huevo que le hecharte sin quitarle el cascarón.
—De verdad—el asintió.
Creo que el habérse pasado por una semana en la barriga de mi tía hizo que mi primo saliera un poco retrasado.
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Filtro
Ficção AdolescenteSoy un filtro totalmente nuevo que nunca has visto antes. Abandónate a mí. Para que puedas ver cosas más apasionantes.