Capítulo 16.-Un paseo en globo.

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Seis meses después...

Han pasado seis meses en los que han sucedido cosas que yo jamás pensé que pasaría, como por ejemplo, qué yo me volviera amiga de Umji y que mi madre y yo nos volviéramos más cercanas.

Luego de qué Lucas y yo nos confesaramos hemos sido más cercanos, todos nuestros amigos piensan qué somos novios pero en realidad no lo somos por el simple hecho de qué no hemos querido dar ese paso.

—Te juro qué si es otro de tus pasatiempo extremos te voy a matar Castaño. —le dice una chica a un chico de cabello castaño quién la llevaba con los ojos vendado con un pañuelo negro.

—Solo calmate. —la guió junto a el aún con los ojos vendados hasta donde se encontraba un gran globo aerostático.

—¿Lista para subir conmigo a uno de esos? —Lucas señala el globo donde vá la chica de cabello blanco y el chico de cabello castaño.

—Siempre estoy lista para lo qué venga. —contesto.

••••

—Desde aquí todo se ve tán pequeño. —la vista desde aquí arriba es tan linda.

—Concuerdo contigo.

—El aire desde aquí es más refrescante.

—Se siente igual. —yo niego.

—Te imaginas qué yo lance mi Converse desde aquí y le pegue en la cabeza alguien.

—Si.

—Lo voy hacer, para qué piensen qué está lloviendo zapatos. —comienzo a quitar mis Converse.

—¿Está loca?

—Demente cariño. —lanzo el primer Converse para luego lanzar el otro.

—¡Oh Dios no tienes juicio!

—Ya lo sé. —sonrío.
—Sabes, la persona qué soy es la qué me hace ser diferente de los demás. El secreto está en ser tú mismo frente a éste gran mundo qué se deja llevar por los estereotipos estúpido. Nunca deje qué alguien trate de cambiar lo qué eres.

—Tienes toda la razón. —sonrió.—Mira que lindo pajarito. —yo miré para ver al dichoso pajarito, pero lo único que ví fué nubes y nada más.

—Eres un...
—cayé al verlo de rodilla con un anillo en sus manos en mi dirección.
—No jodas Lucas ¿de verdad?

—¿Quieres ser mi novia? —sentí mis ojos picar.

—Parate.—el negó.

—No hasta qué me digas tú respuesta.

—Mi respuesta es súper simple y segura.

—Entonces dila.

—No.—su rostro se volvió triste al escuchar lo qué dije.

—Entiendo so...

—Dejar que termine de hablar...No era necesario el anillo y mi respuesta es... ¡SI! —dije lo último gritando a todo pulmón.

—¿De verdad?

—Solo no hagas qué me arrepienta. —lo tomé del cuello de su sudadera y lo acerqué a mi para unir sus labios con los míos.

••••

Al llegar a bajo lo primero que hice fué buscar mis Converse pero por desgracia no los encontré por eso es que en estos momentos me encuentro en calcetines blanco.

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