Valentina.

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Odiaba mi trabajo. 

Odiaba ser una asistente, sobre todo la asistente de Luke. No me malinterpreten es un jefe genial y he podido viajar alrededor del mundo y conocer a muchos de sus famosos clientes, Luke no era el problema, el problema, o mejor dicho uno de los problemas era que yo no había venido a Londres para convertirme en su asistente. Vine desde Italia para ser una cantante y Luke me había dicho que iba a ayudarme, pero después de que no conseguí muchos trabajos o audiciones y necesitaba dinero, Luke me ofreció el puesto de su asistente. Durante los primeros meses estuve bien, la paga era buena, conocí a muchos contactos, pero después de dos años sentí que Luke se había olvidado completamente de mi carrera. 

Pero ese era sólo parte del problema, el mayor problema era "él". Estaba justo frente a mí, usando un estúpido disfraz de pirata con un estúpido parche en el ojo, se estaba ríendo como un idiota junto con John el lamebotas de la agencia de publicidad, él usaba un estúpido disfraz de presidiario. Era la fiesta anual en la oficina, y este año Rose, la estúpida secretaria, había tenido la gran idea de hacer una fiesta de disfraces. Estabamos en inicios de Octubre y ya estaban al cien con la decoración de Halloween, incluso habían contratado una gitana y otro tipo de entretenimiento. 

Yo usaba un disfraz de bruja -sí, lo sé, lo más original del mundo-. 

La razón por la que el no me agradaba era porque me trataba como su mucama. Ni siquiera su asistente, pero por una extraña razón el pensaba que lo era, y Luke me había dicho: "Síguele el juego, recuerda lo principal es mantener al cliente feliz". Simplemente porque era de sus clientes más exitosos.

¡Dios mío! Odiaba a Thomas Hiddleston.

—¡Valentina! Ven a bailar con nosotros. 

Dijo Rose, la secretaria, junto con George el pervertido.

—Tal vez después, tengo que ir al baño.

Mentí. 

Pero no estaba dispuesta a dejar que George el pervertido estuviese tan cerca de mí, menos con la excusa de que estábamos bailando. 

—Valentina, te he programado algo. 

Luke usaba un simple traje negro clásico, ni siquiera parecía que estuviese disfrazado. 

—Dime.

—Tienes una audición en diciembre.

—¿Diciembre? 

Dije con voz chillona, a penas iniciaba octubre y diciembre se me antojaba demasiado lejano.

—Sí, eso quiere decir que tendrás todo este tiempo para prepararte. 

—Oh, gracias, eso haré. 

Asintió y comenzó a caminar

—Oye Luke. 

Se detuvo y regreso a verme. 

—¿Qué se supone que eres? 

Me sonrio y saco unas gafas del bolsillo de su saco.

—Soy un hombre de negro. 

Me reí un poco y ladeé la cabeza.

—Sí claro. 

Entré al baño y puse un poco de agua en mi cuello, no quería arruinar mi maquillaje de bruja que me había tomado treinta minutos de mi valioso tiempo -sarcasmo-. Me miré en el espejo y no pude evitar reírme de mi propia imágen, mi cara estaba completamente pálida debido al maquillaje, mi cabello lucía despeinado, mi vestido era de un color verde chillón y usaba calcetas que llegaban hasta la rodilla del mismo color de mi vestido con rayas negras, y unos zapatos gigantes. Había tenido suficiente, ya había hecho el rídiculo por más tiempo del que me había propuesto. 

Tú cuerpo, mi cuerpo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora