LUNA DE MIEL EN EL CARIBE
DÍA 4 DE 8
USTED FUE LA LUZ EN MI OSCURIDAD
Antes de las 9 de la mañana el crucero The monarch Bay llegó al puerto de Bonaire, una Isla mucho más pequeña que Curazao pero muy parecida en la arquitectura de su ciudad principal, Kralendikj, y en las bellezas naturales que se observaban desde el puerto.
Beatriz y Armando habían dormido en la terraza hasta eso de las 6 de la mañana, cuando los rayos del sol los despertó. Armando, que tenía el sueño más sensible, sintió que se cocinaba dentro del edredón y que el sudor le provocaba picor por todo el cuerpo. Beatriz tenía la cabeza húmeda pero seguía dormida a pesar del calor. Armando la cogió como pudo en sus brazos y la llevó a la cama. Beatriz abrió los ojos al fin y lo primero que vio fue el rostro de su esposo, pero decidió volver a cerrarlos. Betty se estaba acostumbrando a recibir esas atenciones y Armando se estaba aficionando a cargar a Betty a todos lados como si fuera un pequeño regalo de la vida.
Armando cerró las cortinas para que el camarote quedara totalmente a oscuras y así poder seguir durmiendo. La cama y el aire acondicionado resultó un alivio, así que se quedaron de nuevo dormidos por casi dos horas más.
Beatriz abrió los ojos y se dio cuenta que los brazos de su esposo estaban enroscados en su cintura. Ladeó el rostro en busca de sus labios para darle un beso de buenos días, el cual fue recibido con una sonrisa.
--Buenos días, mi amor—Susurró Armando, apretando más a Betty contra sí—
--Buenos día, mi vida –Replicó Betty—
Podrían haber seguido así más tiempo, durmiendo acurrucados, porque el cuerpo se los demandaba, porque no tenían planes especiales para hacer durante el día, pero el bullicio de la gente conversando, riendo y caminando de un lado a otro en el pasillo los obligó a desistir de quedarse en la cama.
--¡Armando, ya llegamos a la isla...! ¿Cómo es que se llama?—Dijo Betty, un poco desorientada porque recién se levantaba—
--Bonaire...--Musitó Armando, impulsándose de la cama para ir donde Betty, que se había quedado parada en el umbral de la puerta corrediza de cristal que daba hacia la terraza—
-- ¡Desde aquí veo que es un pequeño paraíso! ¿Qué son esas montañas blancas que se ven allá ?—Dijo Betty, sorprendida, señalando con el dedo índice lo que llamaba su atención—
--No tengo idea, pero con este clima es imposible que caiga nieve –Armando se fue en busca de la revista donde se describía cada destino en el que se anclaría el crucero—
En la revista se mencionaba "Las salinas", como una de las "curiosidades" de la isla, que no eran más que montículos de sal apilados por una empresa que se dedicaba a explotar ese recurso de la Isla. Armando le leyó la descripción a Betty y a ésta aquello le pareció fascinante.
"Esta vez me encantaría sumergirme en esas aguas cristalinas", pensó Betty, antojada de al fin meterse al mar, en contra de las recomendaciones que le había hecho don Hermes.
--¿Le gustaría hacer un tour por las principales calles de la ciudad capital? –Inquirió Armando, sin despegar la vista de la revista—
--En realidad estaba pensando en alguna actividad acuática—Dijo Betty, convencida de que tendrían muy poco tiempo para visitar el lugar—
--Bueno, creo que es hora de darnos una ducha y salir averiguar lo que nos depara este lugar –Dijo Armando, mientras se echaba al hombro una toalla-- ¿Vienes? – Armando y Betty disfrutaban como toda pareja de recién casados de las duchas en compañía uno del otro, sin embargo, en esta ocasión, tendría que ser una muy breve porque el bullicio en los pasillos ya no se escuchaba y el crucero ya había anclado en el muelle--
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YSBLF_ El Matrimonio (Parte II)
FanfictionDespués de haberme aventurado a narrar el noviazgo de Armando y Betty, yo, su servidora, me dispuse a zarpar con esta pareja hacia el largo y difícil camino de un matrimonio feliz. Todos pudimos apreciar un poco, a través de Ecomoda, lo bonito que...