Queen ☆ Élite ☆

Capítulo 6

—¿Una fiesta?

—Si, en mi casa— Olivia cerró su locker. Recargandose en la estructura para mirarlo con interés—. ¿Te mando la dirección?

—No pudes— dijo divertida confundiendo al muchacho. Creía que ya eran amigos. Olivia noto eso comenzando a reírse—. No te he dado mi número, Potter.

Samuel asintió nervioso sacando el móvil del bolsillo para dejar que Gómez escribiera su número para poder enviarle la dirección.

—¿Te gusta el perreo?

—Me gusta— asintió.

—Por cierto, puedes llevar a tu novio— dejo en claro.

Liv soltó una risita.

—Creo que Christian ya invito a mi novio desde que tú planteaste todo— soltó una risita disimulada—. Debo ir a clase.

Beso su mejilla antes de alejarse, ya en un punto lejos se limpio la boca con la manga de su uniforme antes de retocarse el brillo labial de cereza que tenía en su mochila. Fue hasta los vestidores para tomar su ropa de natación. Cómo le encantaba esa clase. Además de que era la mejor en ello. Lucrecia siempre iba segundo de ella pero no tenían rencores por sobresaltar en sus áreas respectivas. Se colocaron en sus posiciones. Por lo que la abeja reina mejor conocida como Olivia Gómez, se sintió amenazada por la sonrisa confianzuda de Nadia. Sin embargo le levantó el pulgar antes de ponerse los lentes y prepararse. Definitivamente no están dispuesta a perder por la chica nueva. No es que le tuviera rencor, pero a ella nadie le ganaba si eso era lo que quería. Escuchó el silbato y todas se sumergieron en el agua nadando a una velocidad impresionante. Guzmán sonrió levantándose para notar que Nadia había tomado la delantera. Y al dar la vuelta. Una muy motivada Gómez sin estar dispuesta a dejar que una choni le ganará.

Cuando salió del agua con una victoriosa sonrisa notando el enojo de Lucrecia al ver que Nadia quedó en segundo lugar.

—Bien hecho, Nadia— le dijo la castaña saliendo detrás de ella—. Pero creo que yo gano.

—No estuvo mal— le dijo pasándole una toalla. Rieron en conjunto

—Creo que es parte de mi entrenamiento como pija— secándose el cabello.

(...)

Olivia sintió su cuerpo aprisionado por Ander de un momento a otro en los vestidores. No había nadie. Se sorprendió de sus acciones. Regularmente tenían sexo en otros lugares privados. Por la timidez de Ander, se cohibia con facilidad. Sin embargo se dejó llevar enredando sus piernas en la cintura del ruloso cuando sus besos descendían con rapidez y lujuria. Mordió su labio conteniendo un gemido en respuesta.

Muñóz siempre sabía cómo tener a la merced a la reina de las Encinas. La hacía temblar desde su núcleo.

—Ander... Mierda— siseó.

—¿Si, cariño?— en ese momento, tembló muchísimo más, la voz ronca tan moja bragas de su novio la movió como un terremoto de placer.

La castaña que estaba recargando su cuerpo en la pared, sintió el miembro ya erecto del mucho entrar. No sabía cuánto tiempo jugó con ella. Ander podia afirmar que su sonido favorito es cuando Olivia, gemía su nombre una y otra vez a medida que terminaba de entrar en ella. El podía asegurar que era la única mujer con la que podía sentir esa sensación de satisfacción al verla tan delicada y pasional.

Reclinandose un poco sintiendo como ella podía estremecerse al tacto, removerse tan cerca de el y contener una fuerte exhalación apenas a tiempo. Con la lengua, Ander recorre desde el cuello hasta el desnudo tórax, pasando claramente por sus senos dejando un invisible rastro de saliva, después se incorporó y sopló aquel transparente trazo, deleitándose los espasmos que azotaban a la muchacha por un acto tan débil.