Queen ☆ Élite ☆

Capitulo 19

Melione leía con tranquilidad un par de apuntes que tenía que corregir. Al dar la vuelta termina en el suelo.

—Maldicion, ¿Tienes ojos en la espalda?— gruñó molesta.

—Lo siento mucho, deja te ayudo.

Lione abrió los ojos cuando se dió cuenta de que la persona que le había tirado era Guzmán Nunier.

Pero eso no quitaba el hecho de que le estaba doliendo el trasero.

—Solo ten cuidado a la próxima— bufa.

En ese momento quiso golpearse mentalmente. Estar con Olivia y Leah le estaba haciendo efecto.

De ser la misma de siempre, se hubiera puesto roja y tomaría sus cosas a la velocidad de la luz para irse.

Nunier se quedó un poco sorprendido de su manera brusca de hablar. Cómo si le saliera naturalmente. Era algo extraño. Ya que la había visto un par de veces con Leah. Y a decir verdad su voz y vocabulario eran dulces.

—Joder, si— rasca su nuca. ¿Por qué se sentía nervioso?

Lione alzó una ceja.

—¿Me das mis libros?— pregunto al verlo viajando por el espacio mirándole.

Nunier reaccionó avergonzado.

—Si, claro— los puso sobre los demás—. Este... Lo siento— Lione asintió —. Bueno yo...

¿Desde cuándo Guzmán Nunier tartamudea?

—¿Tu?

—Lo que quiero decir, es que si te lo puedo compensar— el sonrió un poco satisfecho al no tartamudear—. Te puedo invitar un café y eso...

Lione bajo la mirada tomando su bolígrafo y escribiendo algo en un papel.

—Este es mi número— dice tranquila—. Prometo tomar ese café, si prometes no volver a tirarme los libro.

Guzmán sonrió.

—Por supuesto.

Lione asintió. Dió dos pasos al costado antes de seguir con su camino.

Pero su máscara de tranquilidad termino cuando vió a Leah y Olivia esperándola afuera. Soltó un grito alegre. Las dos quedaron pasmadas sin conocer el por qué de su repentina alegría.

—¿Le pico algo?— pregunto Leah.

—Seguro se enfermó.

—¡No!— bufo la castaña—. Acabo de chocar con Guzmán...

—¿Y te quedaste como estúpida pensando en tu boda imaginaria?— cuestiona Olivia mordiendo una papa.

Lione niega.

—Le dije que tuviera cuidado, creo que sone muy ruda por qué quedó impactado.

—O tal vez fue tu belleza, linda— opina Leah bebiendo de su botella de agua.

—Posiblemente— contesta la castaña—. Pero me invitó un café y le di mi número— volvió a soltar un grito—. ¡Moriré feliz!

Liv no quería quitarle la felicidad a su prima. Diciéndole que este aún sentía algo por Nadia. Así que mejor dejaba las cosas como estaban.

No sabía que podía suceder.

Esperaba que no le rompiera el corazón a su prima. Por qué lo colgaba.

(...)

—¿Lu de nuevo?— Pregunta Carla llegando junto a la rubia y la pelinegra que tenía la carta en sus manos.