Su cuerpo estaba perfectamente acomodado. Los artefactos que la mantenían con vida artificialmente habían sido retirados. Por fortuna. El golpe no fue algo grave, estuvo en coma por muy poco tiempo. Bueno si lo comparabas con el tiempo en el que su hermana mayor.
Ahora había pasado a una habitación normal con horarios de visita más flexibles. Por eso la chica castaña estaba sentada a su lado, con uniforme y una impecable sonrisa débil.
—Estas mejorando, Liv— comentó a la castaña que a pesar de ya no estaba unida a un respirador artificial, aún no estaba lo suficientemente bien como para estar tanto tiempo sin anestesia—. Eso dicen los doctores— tamborilea los dedos contra sus piernas—. Seguro quieres saber que es lo que ha pasado con Gaby— suspira profundamente tomando la mano de la Gómez—. Aún está en coma, dicen que tu hayas despertado es un milagro... Y esperan otro con ella— siente las lágrimas bajar por sus mejillas rosadas—. Yo también, las extraño a las dos.
Con Olivia se había descartado secuelas de alguna hemorragia, así como un daño cerebral, fue la menos perjudicada de las dos. Teóricamente hablando. Ya que aún algunas heridas podían causarle problemas. Pero se recuperaba rápido.
Gabriela Gómez había recibido el impactó. Por lo que se llevó el daño más crítico. Su pulmón estuvo a nada de colapsar, una pierna rota y una fisura importante en su columna vertebral. Aún no pueden decir con certeza el daño cerebral que pudiera tener. Hubo complicaciones en sus cirugías.
Pero seguía con vida. Pegada a un respirador artificial y millones más de aparatos que la mantenían en control.
Leah entró a la habitación sin tocar. Tenía un ramo de tulipanes. Paro en seco al ver a la castaña tomando la mano de Olivia mientras lloraba en silencio. Relamío sus labios son decir nada y estaba por irse en silencio de no ser por qué la que estaba junto a Olivia se dió cuenta de su presencia.
—¿Vienes a verla?— Preguntó. Aunque era obvio y su pregunta era estúpida lo hizo.
Leah volvió a mirar a la castaña.
—Si... ¿Eres su novia?— cuestionó jugando con el arreglo floral.
Lo había dicho directamente que le costó a la joven de cabellos castaños y rizados comprender su pregunta.
—¿Eh? Ah... No, no, no— movió sus manos tiernamente frente a ella.
—Te pareces mucho a esa chica de la que Liv tanto habla— dijo la rubia adentrándose más en la habitación. Había visto una vez a Lucrecia Montesinos, y por los nervios no la había observado bien—. Perdón por confundirte.
—No te preocupes— se rascó la nuca—. Creo que se de quien hablas— contesta—. Lucrecia— Leah asiente ante el nombre de la mexicana—. Soy Melione Gómez— estira su brazo para presentarse—. Prima de Olivia... ¿Y tú?
—Leah Morrigan— respondió estrechando sus manos—. Amiga de Olivia...
—Ya veo— responde la castaña—. Me sorprende que estés en el hospital, por lo que sé— rasca su nariz confundida—. La tía Meredith no ha dejado que la prensa o persona ajena a la familia sepa lo de Gaby y Liv.
Leah abre los labios dejando el arreglo floral cerca de otros más. Toda la familia Gómez los había dejado, venían de vez en cuando. Era obvio que verían por el bienestar de las dos únicas Gómez mujeres de la familia de la siguiente generación. Ya que casi todos futuros herederos de cada empresa familiar son varones.
¿Se preguntarán por qué Melione es una Gómez?
Simple.
Es adoptada. Así que no era una Gómez de sangre, solo de apellido. Y por ello fue excluida muchas veces desde que sus padres adoptivos murieron. Incluso su hermano adoptivo no le hablaba desde el suceso.
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Queen ☆ Élite ☆
Fanfic"𝑯𝒂𝒄𝒆𝒎𝒐𝒔 𝒍𝒐 𝒒𝒖𝒆 𝒔𝒆𝒂 𝒏𝒆𝒄𝒆𝒔𝒂𝒓𝒊𝒐 𝒑𝒂𝒓𝒂 𝒒𝒖𝒆 𝒏𝒖𝒆𝒔𝒕𝒓𝒂𝒔 𝒇𝒂𝒎𝒊𝒍𝒊𝒂𝒔 𝒔𝒆 𝒔𝒊𝒆𝒏𝒕𝒂𝒏 𝒐𝒓𝒈𝒖𝒍𝒍𝒐𝒔𝒂𝒔 𝒅𝒆 𝒏𝒖𝒆𝒔𝒕𝒓𝒐𝒔 𝒍𝒐𝒈𝒓𝒐𝒔, 𝒕𝒓𝒂𝒕𝒂𝒎𝒐𝒔 𝒅𝒆 𝒔𝒆𝒓 𝒑𝒆𝒓𝒇𝒆𝒄𝒕𝒐𝒔 𝒑𝒆𝒓𝒐 𝒔𝒊𝒆𝒎𝒑�...