CUATRO

1.1K 101 5
                                    

El fin de semana fue tan efímero que parece que no hubiera descansado nada. Pero, la verdad es que no lo hice. Yo supongo que los profesores se pusieron de acuerdo para enviarnos un montón de tarea para estos dos cortísimos días.
La salida que habíamos planeado juntos los tres, se fueron directo al traste. Lo único que nos quedó es tener una llamada grupal para ayudarnos en la tarea y terminarlas antes del domingo por la noche.
Claramente no funcionó.

Lunes. Los tres teníamos una expresión de cansancio fatal. Y puede que no seamos los únicos de la clase, ¿o tal vez sí?
Qué más da. Dejé que ellos se adelantaran porque yo tenía una entrega pendiente con el chico que a penas conocí el pasado viernes.
Para mi suerte, nada malo le pasó a su buzo (tiendo a ser torpe al cuidar algo que no es mío), estaba impecable, tal y como cuando me lo prestó.

Él estaba de pie junto a donde supongo, sería su casillero. Miraba a la nada mientras traía sus auriculares puestos. No sería fácil llamar su atención si estaba tan concentrado en su mundo musical.
"Pero vamos, Ellen, puedes hacerlo. Es sólo un chico, como lo es Kun y Xiaojun", repetí un montón de veces en mi cabeza mientras me acercaba a paso lento pero seguro hacia él.

Solo había un problema: ¿cuál era su nombre?
No pude haberlo olvidado tan fácilmente, Xiaojun tenía razón, es complicado de recordar.

"¡Ten!", vociferé sin pensar.

Si hubiera un premio a la persona más ridícula, ese premio sería mío con ganas.

Al escuchar eso, el muchacho se puso serio, se quitó los auriculares y desvió su mirada hacia mí.

Quisiera que la tierra me tragase en este instante si eso fuera posible.
La vergüenza me consumía a medida que él se acercaba a mí. Ni siquiera era capaz de mirar hacia su rostro. ¡Cómo dejé escapar eso de mi boca! No pudo, no debió. Creerá que soy una confianzuda, lo cual no es cierto porque soy un desastre con personas desconocidas; como ahora.

—Tu forma de llamar mi atención es increíble —expresó con una gran sonrisa—, te estuve esperando. Pensé que no llegarías.

—Lo siento, no fue mi intención llamarte de esa manera... —expresé entregándole su pertenencia.

—Mi nombre fue difícil de memorizar a la primera, ¿no es así? No te preocupes, ha pasado a menudo.

—Pero, podrías repetirlo y así yo podría aprendérmelo sin ningún problema.

—Claro, no hay problema. Lo diré lentamente, Chittaphon.

"Chittap... ¿no sería mejor si lo escribes?", pensé en voz alta.

El muchacho sonrió.

—Tienes la apariencia de alguien inteligente pero no pareces memorizar algo como esto. Toma esto —tendió una nota adhesiva color amarillo— espero que esto ayude.

—Gracias, supongo. Pero, sabes qué...

Me dejó con la palabra en la boca. Cuando levanté la mirada, él ya se estaba alejando de mí, mezclándose entre la multitud de alumnos apresurados por entrar a clase en la hora punta.

Es interesante; un chico que definitivamente llama mi atención.

—Oh vaya, has sacado tu infame libreta roja una vez más —bufó Xiaojun.

—Qué infame ni qué nada. Tú tienes un diario y yo una libreta, no digas nada al respecto —susurré para que el profesor no me escuchara.

—Bien, me callo.

—Deberías tomar apuntes de la clase para que luego no me estés pidiendo los míos cuando no recuerdes algo en la semana de parciales.

—Eso hago. Y no te los pido siempre, no seas quejona.

—En serio me...

—No. Tú me adoras.

Al final de cuentas, pelear con él no puedo. Me conoce tan bien que sabe qué es lo que diré al final de la frase cuando me enojo con él.

Tenía una hoja al final de esta "infame libreta roja", en la cual anotaba ciertas cosas que estaba determinada a hacer.
Comer pimientos sin ningún problema era una de ellas, aunque ya me empezaban a gustar.
Sin embargo, eso carece de importancia para lo que ahora es mi posible último punto en esta lista de no acabar.
Aprender sin problema el nombre el chico lindo del buzo era algo que quería hacer aunque, probablemente no sea lo único. Y qué más da, por algún punto debo iniciar, ¿verdad?

[...]

Parece que era mucho pedir que Xiaojun cerrara la boca por unos breves minutos. Ni siquiera podía platicar a gusto sobre algo sumamente importante para mí con Kun.

—Te lo diré por última vez. Cierra la boca.

—Cállame entonces.


—¿Siquiera notas que lo que dijiste no tiene nada de sentido?

—Ay, por favor. No son niños, compórtense al menos cuando estén conmigo. Simplemente no los soporto.

—Lo siento...

—Yo no. Digo, ¿por qué te resulta tan relevante saber cada detalle de ese chico? Sabes su nombre desde hace mucho tiempo, conoces su rostro.
Por qué entonces no vas y le dices todo exactamente con esa cara de boba que pones cuando le sacas información a nuestro Kun.

—Oye, es cierto. En cierto punto tiene razón, Elle.

—Cómo podría acercarme a Hendery así de fácil, ¡¿están locos?!

—Entonces olvídalo.

—Hablas como si nunca te hubiera gustado alguien. Claro, como a ti te llueven las chicas esto no te importa.

—Supongo que debe haber una manera que vayas y ya.

—Es que no iré simplemente y ya.

—Oh vamos, Ellen. Si no eres tú, entonces quién.

—Yo digo que si no vas entonces lo dejes.

—Eso es. Deberías borrarlo de tu lista —dijeron al unísono.

Cómo hacer eso... nunca había borrado algo de mi lista.
Hendery es mi amor platónico desde que llegué aquí. Nos hemos cruzado un par de veces y ha sido amable conmigo en las ocasiones que mi torpeza hicieron lo suyo. Fue inevitable que mis ojos no se fijaran en él con el pasar del tiempo.
Creí que tenía oportunidad en esta ocasión pero, el destino no quiere que tenga, por lo menos, la clase de deporte con él.
Por otro lado, cuando supe que Kun sí lo tenía (porque lo asignaron a la misma sección que él), pensé que él podría echarme una mano. Eso hasta que Xiaojun llegó con su comentario innecesario y lo arruinó todo.

Me alejé de ellos sin darles respuesta alguna.
La expresión neutra de Kun con la cara burlona de Xiaojun me provocaba unas ganas inmensas de aventarles algo en sus lindos rostros.
A estas alturas, la verdad no sé ni qué hago con ellos. Hasta ahora mantengo la idea de buscarme una amiga o alguien que sí me apoye; creo que una chica sería mucho mejor que tener dos chicos como ellos de amigos.
Sin embargo, los quiero demasiado como para dejarlos.

Quédate Conmigo | TenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora