TREINTA Y CUATRO

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Es tal y como lo mencioné anteriormente: los rumores y las noticias corren a la velocidad de la luz, y este lugar es tan pequeño que, a penas regresamos a clases, toda la escuela ya se había enterado de lo nuestro. Pero qué mas da, ni siquiera me molesta que lo sepan, ya que la escuela termina esta semana.

A penas era Lunes pero ya deseaba que las vacaciones llegaran, lo necesitaba, aunque, tal vez no haya hecho más cosa que llegar tarde así que, no tiene caso quejarme realmente.

En fin, habíamos planeado ir todos juntos a la playa y a algunas tiendas este fin de semana. Al inicio sería una salida entre los 4 pero luego entró Ten, y Lucas no dudó en colarse a la invitación. No pudimos decirle que no, su entusiasmo era tanto que no queríamos arruinar su enorme sonrisa.

Supongo que las cosas terminarían más que bien este año, al menos esta semana lo areglaría todo. Durante el transcurso de los días hice mi mejor esfuerzo por llegar temprano, entregué mis trabajos a tiempo y estudié mucho para mantener mis calificaciones, de otro modo, si algo salía mal terminaría yendo a la sección en la que comencé para el año siguiente. Ni siquiera deseaba imaginar una clase sin mis amigos en ella, estaría perdida, aburrida totalmente.

El viernes por la noche, mi mamá recibió en su correo mis calificaciones (porque sí, eran increíblemente rápidos en corregir los exámenes). Respiré aliviada al saber que todo había salido bien, hubiera sido mejor pero ya esta hecho, y no me arrepiento de nada.

Para la mañana del sábado, ya tenía todo listo incluso antes de salir. Mi mamá dijo más de un par de veces, "que bien te alistas para salir, incluso tenías listo todo desde anoche. Ojalá así fuera para la escuela, pero no".
Sonreí como una boba, nada más eso y decir que el año siguiente sería la estudiante más responsable que haya visto, aunque, aquí entre nosotros, eso no es tan fácil de cumplir.

En fin, tomé mis cosas para dirigirme a la parada de bus, donde encontré a prácticamente todos, el único faltante es Lucas pero él no vive en ninguna calle cercana a la nuestra por lo que es probable que nos alcance en el punto que habíamos quedado antes.

Todo estaba de maravilla hasta que el autobús llegó, Kun terminó enojado porque no quería sentarse solo ya que se suponía que él iba a sentarse con Si Cheng pero Xiaojun tomó el asiento.
La verdad, se suponía que los 4 nos encontraríamos en la parada de bus, no teníamos pensado que Ten llegaría tan temprano así que ahora éramos un número impar. Para evitar la carita triste de Kun, decidí tomar su lugar, entonces estaría con Ten ahora, por suerte él ni siquiera se rehusó. Lo cual fue bueno, noté que hablaron sin parar durante todo el trayecto.

Finalmente habíamos llegado, Lucas ya estaba ahí, esperándonos con una linda y enorme sonrisa. Corrió hacia nosotros y nos abrazó de uno a uno. Estaba muy emocionado, y quién no, finalmente estábamos libres de tareas y exámenes.
Nada podía ser más hermoso que eso.

Jugamos un buen rato, tomamos muchas fotografías, después fuimos de compras al centro comercial y luego almorzamos. Fue un día estupendo, estaba exhausta y claramente ellos también lo estaban. Atardecía y ya era momento de ir a casa.
Esta vez daba igual dónde iba a sentarse cada uno, esta vez no iba a cambiar mi asiento por nadie porque simplemente quería estar a su lado en lo que restaba de este día.

Recosté mi cabeza en la ventana pero antes de quedarme dormida, Chittaphon la tomó cuidadosamente para colocarla en su hombro. Ni siquiera tuve que preocuparme por abrir los ojos cada minuto porque se aseguró de no despertarme hasta llegar a nuestra parada.

Caminamos juntos hasta separarnos uno a uno, hasta que solo quedamos él y yo. Cuando llegó el momento de despedirnos, él sólo mostró una sonrisa, me dio un lindo beso en la frente, un abrazo y luego se marchó, no sin antes esperar a que yo entrara a casa.

Quédate Conmigo | TenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora