OCHO

915 94 14
                                    

Después que el día acabase, rogaba con todas mis fuerzas no encontrarme de ningún modo con el pelinegro una vez más, eso incluye también a Hendery; no sé con qué cara podría verlo después de que su amigo me descubriera. Sería algo muy vergonzoso.

Por suerte, hoy no iba a ir sola de camino a casa.
Mis dos ocupados amigos ya me esperaban fuera de la escuela para irnos juntos. Me pregunto si debería decirles que ya encontré mi libreta y que Ten ya sabe lo de mi amor platónico; tal vez sí debería, de qué otra forma podrían ayudarme luego si las cosas se ponen un tanto difíciles.

—Saben... —intenté hablar.

—No, no sabemos, —interrumpió Kun mientras se quitaba los auriculares para prestarme atención— pero podrías contarnos.

—Soy todo oídos.

Di un gran suspiro antes de empezar a soltar todo.

—Encontré mi libreta. De hecho, Ten la tenía...

—¿Y por qué él?, ¿acaso se la prestaste?—cuestionó Xiaojun.

—No creo que ella fuera capaz de dársela. Ni siquiera nos deja verla un segundo y crees que fue capaz de decirle: Hey Ten, te presto mi libreta, mira que bonita es.

—Si me dejaran de interrumpir creo que acabaría más rápido para que tuvieran lugar de opinar al respecto.

—Lo sentimos —dijeron al unísono.

—Como sea —continué— esta mañana, cuando me buscó alegando que nos viéramos luego porque tenía algo que decirme. Fui a su encuentro por pura curiosidad y de pronto, ¡oh sorpresa! Me entregó mi libreta, y lo que es peor, con la excusa se revisar que no había daño alguno, terminó leyendo mi lista. Dijo que no toda, pero no le creo.
El punto es este, él ya lo sabe. Sabe que me gusta su amigo.

—Pues él tiene varios.

—Sabes a quién me refiero perfectamente. No te hagas el tonto.

—Entonces, ¿qué planeas hacer?

—No lo sé. Huir de él tal vez.

—Huir todo el tiempo no creo que sea una buena idea. Sería agotador, además que, resultarás chocando con él a final de cuentas.

—Él tiene razón, Elle.

—El camino es corto cuando quiero hablar más tiempo con ustedes. Pero ni modo, ya pensaré qué hacer después.

—No olvides llamarnos —Kun me dedicó una linda sonrisa antes de tomar el otro camino para ir a su casa.

—No debes preocuparte mucho por eso. No creo que sea un gran problema después de todo. Aunque, quien sabe y tal vez, resulte algo positivo de esa situación. En fin, ya me voy. Te veremos mañana.

No había pensado en que algo bueno pudiese suceder de esto. Quizá, Xiaojun tenga razón. Las probabilidades son infinitas por lo que, tal vez sea mejor no darle mucha importancia.
No es como si estuviera cometiendo un delito si esto se descubre.


[...]


Desperté más tranquila. Tan tranquila que olvidé que debía entregar un trabajo en la primera hora de clase y ya estaba a punto de hacerme tarde; justo cuando ya estaba recuperando mi "puntualidad".
Corrí escaleras abajo para manejar tan rápido como mis piernas me permitiesen para llegar a tiempo.
Ni siquiera pude tomar desayuno.

Pero valió la pena, llegué a tiempo para dejar mi trabajo de biología en el escritorio del profesor justo cuando la fila estaba a punto de llegar al penúltimo alumno. Fui afortunada que no me viera entrar, de lo contrario, estaría muy enojado.

—¿Cree que esta vez su trabajo esté bien hecho? —cuestionó sorpresivamente el profesor.

—Di todo mi esfuerzo. Es un trabajo bien hecho.

—De acuerdo, vuelve a tu asiento.

La última vez que presenté un ensayo sobre 'El origen de la vida', fue tan desastrosa que el profesor terminó mostrándola como un ejemplo de cómo no se debe hacer un trabajo. Ese día tuve tanta vergüenza que ni siquiera pensé en ir a la cafetería con mis amigos para que no se continuaran riendo de mí.

Definitivamente hice una buena investigación, incluso fui a la biblioteca por algunos libros. Sería muy frustrante que terminara diciéndome lo mismo que en aquella ocasión o me ponga una baja puntuación.

"Hay trabajos muy bien hechos. En esta ocasión, solo he revisado la mitad de ellos. El resto lo revisaré más tarde a detalle y se los entregaré mañana, antes que se continúen preguntando por sus resultados. Ahora, continuaremos con la clase".

Me pregunto si en esa mitad que revisó está mi trabajo, y si uno de los bien hechos es el mío...

"Piensas demasiado", Xiaojun terminó sacándome de mis pensamientos.

—De verdad espero que en esta ocasión no utilice mi trabajo como un mal ejemplo.

—Si te has esforzado lo suficiente, entonces no deberías preocuparte.

—Tienes razón, te adoro tanto.

—Ya lo sé.

"¿Ustedes dos. Tienen algo que aportar a la clase?", dijo segundos después que nos callamos.

—N-no profesor —repliqué sin pensar.

Todos rieron.

—Tonta, no era para nosotros. Es para los de la segunda fila.

—Ah... era así entonces...

Xiaojun, llevó una de sus manos a su frente. Una clara expresión que hablaba por sí sola.

Hoy no parece ser mi día de buena racha. Además, ya hasta me cruje el estómago del hambre que tengo.
Y lo que es peor, en situaciones así, mi mente no deja de imaginar una infinidad de comida deliciosa.

Tuve que esperar hasta que la segunda clase finalizara para salir casi corriendo a hacer fila en la cafetería.
Pero como dije, hoy no es mi día. Terminé estampando mi cara en la espalda del chico al que esperaba no ver más. O al menos hasta que olvidara que su amigo es mi crush.

Él giro hacia mí con una gran sonrisa. No tuve más que decirle, salvo que un "lo siento" y salir como sea de ahí. Pero claro, él tenía más por decir y preguntar.
Dónde están mis amigos cuando necesito que me busquen.

—¿Vas a la cafetería?

—No... digo, sí. Pero no...

—Perfecto, ya que vamos en la misma dirección, vayamos juntos.

—Es que...

—Ya estamos cerca —interrumpió una vez más.

No me queda más que objetar, el chico simplemente no me deja hablar.
¿Quizá ya sabe que trato de evitarlo?
Bah, no lo creo. No soy tan evidente, ¿o tal vez sí?

Ay no, definitivamente es un no.

Quédate Conmigo | TenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora