NUEVE

870 90 19
                                    

Ten y yo estábamos haciendo fila en la cafetería, ambos en completo silencio.
Cuestioné un montón de veces el porqué estábamos aquí él y yo.
Quise preguntarle si tenía algo que decir, sin embargo, él no habla mucho.
Parece ser alguien preciso y de pocas palabras cuando quiere decir algo.
Eso agranda mi intriga hacia él y me pregunto al mismo tiempo si tiene el conocimiento que su nombre también estaba escrito en mi lista, o quizá ya lo sabe y finge que no.

"Avanza, es tu turno", dijo de pronto, sacándome de mi trance.

Asentí y solo avancé con mi mente ahora en blanco pero eso no duró mucho tiempo.
Las preguntas en mi cabeza continuaron dando vuelta, solo que esta vez eran algo distintas: «¿dónde debería sentarme?, ¿esperaba él que fuera con él?, ¿dónde se suponen que están Xiaojun y Kun?»

Me quedé de pie un buen rato, como esperando a que él terminara de acomodar las cosas en su bandeja para que pudiera decir al menos algo.

—Eh, pensé que te habías ido.

Ah, era así entonces. Que vergüenza.

—Trato de buscar dónde están mis amigos —intenté excusarme.

—Bueno, si no los encuentras entonces puedes venir conmigo.

—¿Qué?

—Vamos. Vi una mesa vacía aquí cerca
—señaló.

—Oh, esta bien.

Lo seguí sin más.
Cuando estuvimos a punto de sentarnos luego de haber dejado las bandejas en la mesa escuchamos nuestros nombres a lo lejos. Ambos miramos en direcciones opuestas.

—Creo que son tus amigos —expresé al ver un grupo de chicos a los que no conocía y a Hendery.

—Y creo que ahí están los tuyos.

—Entonces voy con ellos. Gracias de todas maneras.

—No tienes porqué. En otra ocasión será.

—¿Eh?

—¡Adiós!

No sé por qué me quedé con esta extraña sensación de desilusión; no es como si de verdad esperaba hablar un poco con él, eso sería contradecir todo lo que pensé anteriormente. Es solo que no sé... curiosidad tal vez.
La curiosidad mueve muchas cosas.

[...]


Han pasado unos tres días desde que vi por última vez a Ten. Puede que ahora sea él quien anda ocultándose de mí (broma tonta).

«Quién te entiende Ellen, hace poco no querías verlo y ahora solo quieres toparte con él para preguntarle sutilmente si se le escapó algo de tu secreto frente a tu crush».

Y hablando del rey de Roma...

A penas pude contestar su saludo cuando se detuvo unos breves segundos para sacar unos libros de su casillero, guardarlos en su mochila e irse con otro de sus amigos, un chico muy alto de piel color canela y muy bien parecido.
Y yo que estaba tomando el valor para preguntarle sobre eso que rondaba en mi cabeza antes que apareciera frente mí.

—¿En qué planeta andas ahora?

—Kun.

Me miró con una linda sonrisa, él no estaba solo, un muchacho que nunca antes había visto en la escuela lo acompañaba.

Quédate Conmigo | TenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora