SEIS

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Desperté más temprano de lo inusual para ir a la escuela, hasta me dio tiempo de sacar la basura y todo; mi mamá estaba estupefacta.
Una vez lista, tomé la bicicleta nueva que mi mamá me había comprado ayer, estaba tan emocionada por estrenarla y ver la expresión de Xiaojun. Era de uno de mis tres colores favoritos: rojo, al igual que mi amada libreta.

Estaba tan concentrada en lo genial que sería esto que no noté cuando el chico lindo del extraño nombre pasó a toda velocidad montado en su bicicleta.

Un segundo... si él pasó por aquí, eso significa que es de este vecindario.
No lo puedo creer, es el destino que quiere que seamos amigos. Y si soy su amiga... entonces, puede ayudarme con Hendery, pero para que eso suceda debo dejar de ser tan evidente con mis emociones.

Bien, tengo la hoja de papel en donde anotó su nombre y tengo todo el tiempo del mundo para memorizarlo en el camino. ¡Aquí vamos!

"Chit-Chittaphon", probablemente lo repetí un millón de veces en voz baja.
Ni siquiera noté cuando llegué a mi destino.
Para asegurarme que lo había aprendido lo volví a repetir. La vergüenza que me llevé cuando el que poseía el nombre respondió: "¿Me llamabas?".

¡Rayos!

—N-no es solo que yo...

—Es la primera vez, en mucho tiempo, que alguien menciona mi nombre. Me alegra que finalmente mo hayas aprendido ahora —con una gran sonrisa dio suaves golpecitos en mi cabeza.

Me ruboricé, no pude evitarlo. Era una situación inesperada y yo estaba tan avergonzada.

— Bueno, me voy.

—O-okay.

Me apresuré a dejar la bicicleta en el lugar adecuado y corrí a clases.
No era tarde, pero no deseaba toparme con él de nuevo si andaba con toda mi paciencia por ahí.

—¿Estás enferma o algo? —cuestionó Xiaojun cuando llegué a al salón y me senté a su lado.

—Claro que no pero, ¿por qué lo dices?

—Tu rostro...

—A-ah e-eso. No es nada, olvídalo. Estoy bien.

—Como digas. ¿Has hecho la tarea?

—Sí, ¿tú no?

—Sólo hasta la mitad. Podrías...

—Copia lo que te falta —tendí mi cuaderno sin pensarlo.

—Nuestra adorable Elle está de buen humor hoy. Es bueno, muy bueno, solo porque me ha prestado la tarea —soltó una risita.

No respondí. No tenía ganas de fastidiarlo ni yo de enojarme por que dijera algo después.

[...]

Digamos que Xiaojun tuvo una calificación aprobatoria gracias a mí, pero no voy a alardear sobre eso.
Salí con dirección al baño durante el pequeño lapso del cambio de hora, antes de que el profesor pudiera llegar y cerrar la puerta nuevamente en mi cara.

—¡Oh cielos! —exclamé cuando vi a Ten por segunda vez en el día, estaba sentado en la escalera.

—¿Tan mal me veo?

—No, claro que no.

—Qué alivio.

—Pero... ¿Qué haces aquí?

—Ahora que lo mencionas, empiezo a recordarlo. Espero a mi amigo con el proyecto de ciencias que ha olvidado en su casa.

—Supongo que debe vivir cerca.

Quédate Conmigo | TenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora