VEINTIUNO

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El problema inicia de nuevo, he perdido mi libreta y ya ni siquiera sé si esta es la segunda o tercera vez que me sucede lo mismo.
Para ser un objeto muy valioso, soy muy descuidada con este.
De la misma forma, pensé en dónde pudiera haberse caído o quién pudiera haberla tomado solo por curiosidad. Entonces di en un punto específico, o mas bien un nombre: Chittaphon.
La primera vez la tuvo él y cuando se cayó sin darme cuenta, él también la recogió. Incluso tuve extrañas y bobas imaginaciones como que si mi libreta tuviera vida y se enamoró perdidamente de Ten y es por eso que cae cuando lo ve.
Es demasiado, incluso yo lo creo de ese modo, no sé ni cómo llegué hasta este punto. Sin embargo, en algún raro punto es cierto, siempre cae en sus manos. No sería tan extraño que la tuviera una vez más.

Decidida, terminé la tarea de la profesora Adams y tomé mi bicicleta rumbo a donde fuera que estuviera la casa de Ten. Ni siquiera sabía su dirección con exactitud, solo tomé el camino contrario que él solía tomar cuando me acompañaba a casa, por lo que solo esperaba que alguna señal divina me guiara por el camino correcto.
Esa señal se hizo presente cuando divisé a lo lejos a Ten con bolsas en mano, tal vez regresaba de comprar algunas cosas.

"¡Chittaphon, deténte un segundo!", grité para llamar su atención.

Él se detuvo con una expresión de evidente sorpresa. Puede que por lo sucedido imaginara que nunca volvería a hablarle. Sin embargo, ese no es el punto.

—¿Ellen, qué haces aquí?

—Solo he venido a preguntarte algo.

—Ah, es eso —dijo con decepción.

—¿Por casualidad, tienes mi libreta? Ya sabes, la de color rojo intenso...

—Sé perfectamente a lo que te refieres y mi respuesta es no, no la tengo ni la he visto.

—A-ah bueno, gracias de todos modos. Eso creo. Pero si...

—Ellen, me voy. Ten una buena tarde.

Qué tipo tan extraño es. Tal vez es verdad lo que dice y solo me queda una cosa por hacer: ir muy temprano a la escuela una vez más.
Si mi mamá se entera de esto de seguro va a estar encantadísima por que mi libreta se perdiera a menudo para así llegar temprano a la escuela.


[...]


Salté de la cama a penas sonó mi alarma y tomé una ducha fría para despertar por completo.
Mis padres quedaron atónitos cuando me vieron bajar a desayunar sin ellos tocar energéticamente la puerta de mi cuarto para que me despertase.
Lamentablemente, no me dejaron comer con prisa, por lo que me tomó un poco de más del tiempo que tenía planeado para llegar antes que todos.

Cuando por fin terminé, corrí por mis cosas, tomé la bicicleta y conduje tan rápido como pude.
Estaba tan emocionada de poder ser la primera en llegar, sin embargo, la emoción se esfumó como por arte de magia, y no porque me di con la sorpresa que ya habían llegado muchas personas, sino, porque todos me miraban al mismo tiempo que observaban sus celulares.
¿Qué estaba sucediendo?
Realmente no tenía ni la menor idea; como ellos, tomé mi celular y di con la impactante noticia que me dejó por los suelos.

"'Ellen es una @#$%'. No solo le gusta Hendery, hemos descubierto (gracias a su diario), que también está perdidamente enamorada de su amigo, Xiaojun y del amigo de Hendery, Ten".

Y la cosa seguía. Un largo artículo en la página de chismes de la escuela dedicado a mí.
Después de haber leído la primera parte, ya ni siquiera pude continuar con lo demás, era demasiado. Hablaban puras barbaridades sobre mí, incluso se inventaron cosas que no son, dejándome por los suelos.
Me sentía como si estuviera cayendo en un enorme y profundo pozo lleno de oscuridad.
Ni siquiera podía quejarme o enfrentar a quien hizo esto porque vamos, ni siquiera sabía quién era la persona detrás de todo esto.

Sentía una mezcla de impotencia, enojo, quería llorar pero no debía. Si lo hago y esa persona me ve, entonces ella o él ganarían.

"¿Qué haces aquí? Entremos, no tienes nada que temer. Ya estamos aquí y no te vamos a dejar sola", dijeron detrás de mí, tomándome los hombros con suavidad.
Mis emociones flaquearon por un momento pero me contuve una vez más; ellos estaban conmigo ahora.

Durante las clases ellos se encargaron de que olvidara por un momento lo que tenía en mente, o mejor dicho, Kun lo hizo cuando lo descubrieron comiendo sus mini galletas en clase.
No pude evitar reír un buen rato, especialmente cuando él negó moviendo la cabeza de un lado a otro a lo que el profesor alegaba con enojo, hasta que le dijo que hablara y todos empezaron a reír.
Afortunadamente, no lo echaron de clases ni lo castigaron.
Creo que incluso en casos como este, él es un amor.

Cuando la clase terminó y el timbre sonó, los tres se pusieron de pie para ir conmigo a la cafetería. A estas alturas, creo que ni siquiera podré ir al baño sola si ellos siguen así de protectores conmigo.
Fue entonces cuando me crucé con Ten a la mitad del pasillo principal.
Él era una de las personas a quien menos deseaba ver, el primero era Hendery y el último Xiaojun, sin embargo, no podía evitar a este último porque él es mi amigo, porque antes de la vergüenza que sentía que de alguna manera mis viejos sentimientos ya no fueran más un secreto olvidado, mi amistad con él es algo que yo no quería arruinar de ningún modo.

Ten se quedó inmóvil frente a nosotros, intentó decir algo pero al instante Si Cheng lo detuvo diciendo que lo que sea que tenía que decir, lo dijera frente a ellos, porque no iban a dejarme sola y menos en esta situación.
Para ser alguien que hable poco, lo que dijo fue increíble.

"Esta bien", dije, "quiero hablar con él de todos modos".

Noté que él dió un gran suspiro, puede que estuviera muy tenso y lo entiendo, si yo estuviera en su lugar también lo estaría.

Me encaminé con Ten a la azotea del edificio, el lugar en donde me entregó mi libreta la primera vez que la perdí.

—Genial. ¿Vas a entregarme mi libreta por fin? —dije sin pensar.

—¿De qué hablas?

Ya lo había soltado, no estaba dispuesta a retroceder.

—Sabes a lo que me refiero. Mi libreta roja, me la entregaste aquí la primera vez que la perdí y supongo que me trajiste aquí por eso, para entregármela después de todo el escándalo que armaste. No te preocupes, ya estás disculpado; si te disculpe por lo de Hendery, supongo que también puedo pasar esto.

—Lo dices como si nada. ¿Si quiera piensas en lo que estás diciendo?
Yo no tengo tu libreta, tampoco se la di a nadie para que hiciera todo esto. ¿Además, piensa un poco, por qué querría hacerte esto?
Ni siquiera pensaría en ser capaz de hacerte daño, Ellen, porque...
Sabes qué, olvídalo. Pierdo mi tiempo aquí, pero para tu enorme tranquilidad voy a hallar a la persona detrás de esto y espero una buena disculpa de tu parte.

—Espero que no te equivoques.

—Sí, yo también espero lo mismo.

Dicho esto, él se marchó en silencio con un semblante que reflejaba enojo, decepción y tristeza.
Cuando su silueta desapareció, me hice un lugar en el muro para no dañar las pequeñas hojas sobresalientes de la planta detrás de mí, no tenía suficiente ánimo como para bajar y reunirme con mis amigos, quienes tal vez me estaban esperando. Puede que vaya con ellos en unos minutos, por ahora, un momento a solas y un poco de aire me vendría bien en este tipo de situación.

Quédate Conmigo | TenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora