TRECE

841 90 21
                                    

A comparación de las ansias que sentía por que fuera este día, ahora me siento muy nerviosa.
Y cómo no sentirme de este modo si a solo unos pasos de mí esta Ten, hablando con Hendery.

Es inevitable creer que le está diciendo absolutamente todo, y es que Hendery ha volteado a verme cada dos segundos; trato de fingir que no lo he notado acomodando por tercera vez mis libros en mi casillero pero creo que ya se dio cuenta porque ahora se dirige hacia mí.
Debería irme, salir corriendo, voltear hacia otro lado, no lo sé.... sin embargo, por más que mi mente me diga cosas a gritos, mis pies no se mueven. Es como si estuvieran pegados al suelo super glue.

—Viniste temprano hoy —dijo Ten.

—A-acabo de llegar.

—Qué bueno.

Hendery sonreía, ¿por qué?
Esta situación me tiene mal.

—Ya... tengo que irme.

—Hablemos más tarde.

—Claro.

Hendery se despidió de mí agitando sus manos con una linda y gran sonrisa.
No esperaba que me dijera algo realmente, creo que estoy más que bien con que sepa de mi existencia.

Corrí para alcanzar a mis amigos, quienes tal vez ni siquiera notaron que estuve parada ahí durante los últimos minutos.

"Elle, deja de correr por los pasillos si no quieres tener un moretón provocado por tus piernas de hule", regañó Kun.

Era de esperar que me dijera eso. A veces me asusta un poco, ni siquiera puedo esconderme para hacerle alguna broma porque siempre llega a notar cuando estoy a pocos metros de él.

—Supongo que luego nos contará qué tanto hacía con esos chicos de otra sección.

—¿Celoso, Jun Jun? —ataqué.

—Ni que estuviera loco.

Kun y Si Cheng se echaron a reír. ¿Qué tan hilarante podría resultarles una situación tan poco graciosa?
Me dirigí al salón de clases junto a Xiaojun luego de habernos separado de los otros dos.

—Los exámenes inician mañana, ¿Qué harás? —cuestionó una vez que llegamos a nuestros respectivos lugares.

—Estoy preguntándome eso también.

—Si quieres lograrlo debes esforzarte, y mucho. Pero sé que lo harás y yo iré contigo.

—¿De verdad?

—¿Crees que me quedaré solo aquí? Además, así estaremos los cuatro, ¿no?

—¡Eres el mejor! Lo sabes.

—Lo sé —sonrió— vayamos a la biblioteca después.

—De acuerdo.

Habíamos quedado en algo sin discutir en lo absoluto, ¡finalmente pasó lo imposible!
Creo que estoy exagerando.

Al finalizar la clase, Xiaojun esperó por mi en la puerta hasta que terminara de guardar todas mis cosas. Cuando por fin acabé fui hacia él para dirigirnos a la biblioteca pero entonces, Ten apareció frente a nosotros sorpresivamente.

"¿Por qué este tipo tiene que arruinarlo todo?", escuché el comentario en voz baja de Xiaojun.

No le di mucha importancia, no quería que alguno se enojara por algún comentario.
"Aquí estás. Te he buscado un por todos lados", mencionó Ten, al mismo tiempo que tomaba mi brazo ante mi expresión de sorpresa.

—E-espera —dije justo antes que Ten diera media vuelta para llevarme con él.

—¿Qué crees que haces? —inquirió Xiaojun tomando de mi otro brazo.

¡Qué rayos les sucede a estos dos!

—¿Saben?, creo que sería genial si me sueltan ahora mismo. Es una situación muy incómoda y no solo para mí, creo yo.

Ambos me soltaron lentamente sin quitar la vista del otro.

—¿Hay algo mal con ustedes? ¿Y por qué vienes así sin avisar? —miré a Ten.

—Te dije esta mañana que hablaríamos más tarde, ¿lo has olvidado?

Lo olvidé por completo. Olvidé que a veces respondo por responder cuando no escucho bien algo.

—Esta sería la segunda vez, Elle
—intervino Xiaojun—. Ve con él y la próxima vez dime que no hay espacio en tu agenda. O por último, ya que miras siempre esa libreta, escribe mi nombre para no quedar al mismo tiempo con alguien más.

Respiré hondo antes de soltar alguna extraña expresión.
Tal vez debería ser menos distraída con las cosas que pasan a mi alrededor.
Creo que no va a ser tan fácil hacer que a Xiaojun se le pase el enojo conmigo, a menos que le compre ese chocolate caro que tanto quería la última vez que fuimos al supermercado.

Seguí a Ten esta vez, tomando mi distancia porque esperaba que no se le ocurriese tomar mi brazo de nuevo.
Finalmente llegamos a la cancha de fútbol y tomé asiento en una de las gradas.

—Entonces... ¿Qué tienes que decir?

—Eso te pregunto yo a ti.

—¡Oh, vamos! Si yo no tengo nada qué decirte y tú menos, por qué vinimos aquí entonces. Debí haberme ido con Xiaojun y así evitaba todo este rollo de comprarle lo que quiere para que no esté enojado conmigo.

—Ellen, cálmate. A lo que me refiero es a esto, qué tienes que decir al respecto si cuando trato de ayudarte lo haces difícil.

—¿Difícil, de qué hablas?

—Te gusta Hendery, ¿no es así? Pero cada vez que esta cerca y saluda con toda la normalidad del mundo tú... ¡Boom!, prácticamente escapas.

—No es fácil mirarlo a los ojos. Creo que si lo hago por mucho tiempo, será todo muy evidente. ¿Alguna vez te has enamorado, Ten?

—Yo no estoy dentro de este tema, pero sabes, no deberías aterrarte mucho. Es algo como ir y decir: Oye, me gustas. ¿Yo no a ti? Okay, adiós —sonrió— sabes a lo que me refiero, ¿verdad?

—Completamente —repliqué.

—Si le gustas, bien y si no... es su problema. Pero hasta entonces, hasta que lo sepas y él lo note, te ayudaré
—se puso de pie tendiendo su mano para que me levantase.

—Gracias, —dije justo antes de irme— eres genial.

Sentí el impulso de abrazarlo de pura emoción y así lo hice. El pobre se quedó petrificado y antes de que esto se pusiera incómodo corrí a toda velocidad a encontrar a Xiaojun, si es que aún seguía en la biblioteca.

Menuda situación la que tengo con él ahora.

Quédate Conmigo | TenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora