VEINTISÉIS

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¡Es un desastre! A pesar que estoy haciendo mi mejor esfuerzo para lucir como Xiaojun, solo logro verme como un maleante. Aunque, puede que no esté tan mal como lo imagino.

"Oye, Elle, se supone que nos disfrazaríamos del otro pero luces como maleante", expresó Xiaojun a penas me vio.

Vaya, fue una pérdida de tiempo mi esfuerzo y supongo que tiene razón, así que solo queda reírme de esto porque no pienso cambiarme ahora.

—Se supone que soy tú pero no me salió tan bien que digamos.

—Bueno... hiciste lo que pudiste, eso creo —lanzó una carcajada.

—Como sea, ¿quién se supone que eres?

—¿No es obvio? Soy Si Cheng.

—¿Okay?

—¿Okay?, ¿solo dirás eso? Vamos, Elle, dime algo mejor. Trabajé mucho en esto.

—Pues déjame decirte que tú y yo estamos en la misma situación.

Dio un gran suspiro antes de resignarse a que ya éramos un desastre de disfraz.

—Hay que esperarlos. A ver si ellos hicieron algo mejor que nosotros.

Minutos después, ellos ya estaban en la puerta. A diferencia de nosotros, a ellos sí se les notaba el buen trabajo. Me sentí tan mal al hacer la comparación.
Yo solo intenté verme masculino pero ellos se burlaron un buen rato de nosotros cuando terminamos diciéndoles de quién íbamos disfrazados.

La fiesta estaba en todo su esplendor cuando nosotros llegamos. Habían alumnos fuera de la escuela, quizá esperando a sus demás amigos, y en el gimnasio se podía ver una gran cantidad de disfraces. Algunos eran tan graciosos y otros resaltaban mucho, por lo que era obvio que ya no me veía tan mal.

"Ay, discúlpame", dijo un muchacho cuando grité de dolor justo después que me pisara el pie.

La luz es muy tenue así que no podría haberme enojado por algo que no fue intencional.

—¿Ellen?

—¿Eh? —expresé sin levantar la mirada.

—Vaya, sí eras tú. No podía reconocerte con tu disfraz de...

Es voz. Podía reconocer fácilmente su voz después de haberla escuchado un montón de veces. Además, es el único que me llama tan formalmente.

—Atrévete a decir que me veo como maleante y conocerás el verdadero dolor.

—No, tranquila, no iba a decir eso.

—¿Ah no?

—No —sonrió.

—A-Ah... ¿Qué eres, el mago enmascarado? —cuestioné, mirándolo de pies a cabeza.

—Claro que no, tonta. Anduve buscando un disfraz genial en internet y lo único que hallé, que no fuera tan común, al menos no aquí, fue uno de Tuxedo Mask.

—Ah, ya veo. El chico de Sailor Moon.

—Sí, supongo que sí. En fin, ¿crees que me queda bien?

—Sí, te ves muy bien.

No mentía, estaba siendo honesta con él; el traje le sentaba muy bien con el peinado que traía.
No tenía más que decir, así que para evitar quedarnos parados como dos tontos, le dije que me iría con mis amigos (sabe el universo dónde estarían ahora esos tres). Él asintió y luego dio media vuelta también.
Entonces los encontré, por suerte, estaban juntos. Me encaminé a su encuentro pero pronto me distraje con la imagen de Hendery y Sophie, su novia.
Sentí un poco de nostalgia quién sabe porqué, ya que él y yo nunca tuvimos absolutamente nada. Por lo menos no me sentía triste, después de todo, ya ha pasado suficiente tiempo como para dejar ir lo que nunca fue.
Sacudí mi cabeza un poco para deshacerme de todo lo que estaba pensando para finalmente concentrarme en lo que estaba sucediendo en este momento. Esbocé una sonrisa y traté de continuar mi camino, cuando inesperadamente, las luces se apagaron y los reflectores se encendieron.

"¿Tan pronto van a elegir al mejor disfraz de la noche?", pensé en voz alta.

Hubo un gran silencio por un minuto, alguien anunciaría algo pero estaban tardando un poco. Los problemas técnicos son todo un caso en ocasiones.

Los estudiantes iban de un lado a otro, algunos estaban muy desesperados tratando de hallar a una persona en específico. Tal vez, algo sucedería pero no estaba segura de qué exactamente. Yo estaría corriendo como ellos de no ser porque ya he perdido de vista a esos tontos una vez más. Parecen fantasmas, se escabullen rápidamente de mí.

Giré entonces para ir en la dirección contraria.
"Auch", era lo único que oía mientras me movía entre las personas.
Mi vista no funciona muy bien en la oscuridad, tal vez, es esa una de las razones por las que la detesto un poco.

"Es el momento que todos ustedes han estado esperando. Espero que ya hayan hallado sus parejas para este baile romántico", anunciaron de pronto.

Entonces, era eso por lo que todos se movían rápidamente.
Estoy perdida en medio de esta multitud. Al menos, hubiera caminado hacia las paredes en búsqueda de un asiento para no pasar vergüenza entre las parejas que se disponen a bailar mientras yo estoy en el medio de todos.

Hice un último intento por salir de ahí; recibía empujones, algunas pisadas de los danzarines y en ocasiones era yo la que les pisaba.
Un último "auch" y un empujón me llevaron a los brazos de un desconocido. Sentí mi cara arder de la vergüenza.

"¿Cómo es que sin buscarte te encuentro?".

Qué alivio, era Ten y no un desconocido. Por poco y me da un ataque.

—Qué bueno que eras tú.

—¿Esperabas que no lo fuera?

—N-no. E-estoy buscando a Xiaojun y los demás...

—Baila conmigo, Ellen. Solo por esta vez, quédate conmigo.

¿Bailar?, ¿yo, con él?, ¿por qué?

—Discúlpame, pero tengo que ir con mis amigos.

—¿No lo soy yo también?

¿Lo era realmente?
No lo sé.
Por otro lado, sus ojos tenían un brillo especial que impedía que me fuera. No podía evitarlo.

—No estoy segura de saber bailar bien.

—Eso no importa —dijo con una enorme sonrisa.

La canción por la cuál estaba perdida había terminado. Supuse que este momento había acabado, pero no fue así. El público exigía una segunda canción y sus deseos fueron órdenes.
Fue así como el hermoso sonido de un piano aperturó la romántica canción que nunca imaginé bailar junto a alguien más.

Ten tomó mi mano y la posó en su hombro al mismo tiempo que posaba cuidadosamente su mano en mi cintura. Me sentí incómoda por un momento pero conforme todo pasaba y me dejaba llevar por la música, lo incómodo se volvió mágico, incluso si no llevaba un elegante vestido y siguiera luciendo como un maleante.
Es demasiado cursi que lo diga, pero fue así.

Mientras el final se acercaba, deseaba tontamente que la canción se alargara un poco más. Al final de esta, todo dio un giro inesperado que intensificó el momento.
Los ojos de Ten se fijaron en los míos, su sonrisa pronto se borró e instintivamente, cerré los ojos. No sé ni siquiera porqué lo hice, solo sucedió.
Sentí que se acercaba cada vez más y pude sentir su respiración cada vez más cerca de mi rostro, mientras mi corazón se aceleraba cada vez más.
Sin embargo, sus labios nunca llegaron a los míos.
Abrí los ojos lentamente como para disimular (ni siquiera tenía idea de qué debía disimular en ese momento).

—Dices que no te gusto pero cierras los ojos como si esperaras un beso mío cuando me acerco a ti.

Y así es como la magia se esfuma...

—¿Quién espera un beso tuyo? Estás loco. Ya debo irme, tengo algo más importante que hacer.

—Claro, que tengas una linda noche.

—Sí, como sea.

Soy tan patética. Por qué se me ocurrió cerrar los ojos, por qué tenía que ser él.
Estoy enojada, pero no con alguien, sino conmigo, por la vergüenza que siento y que no supe camuflar de él.
¿Cómo voy a verlo a la cara el lunes?
No, ni siquiera debo pensar en cruzarme con él.

Quédate Conmigo | TenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora