TRES

1.2K 102 8
                                    

Me sentía con mucha energía hoy, tal vez porque era viernes, ¿quién no se levanta de buen ánimo sabiendo que ya es fin de semana?
Mi madre se sorprendió al verme despierta temprano —sí, mi sentido de responsabilidad podría haber despertado después del sermón de anoche.
Hice todo con la paciencia que creí perdida desde el inicio del año, y creo que hoy no hay nada que pueda salir mal.

(Algunos minutos después...)

¡Maldita sea, este era mi pantalón blanco preferido!

El chico de bonito semblante me miraba asustado e incrédulo ante lo que acababa de causar.
Aunque, puede que haya sido un accidente solamente, sin embargo, mi mente me decía a gritos que obviamente no lo era y no pude evitar enojarme.
Viendo que mi expresión de trasero no cambiaba, el chico suspiró con fuerza tomando mi brazo sin decir absolutamente nada y me guió hasta su casillero.

—No estoy seguro de si sea o no tu talla pero antes de que puedas seguir mirándome con esa expresión que traes dibujada en el rostro, toma esto. Es blanco también, así que no te quejes. Esta es mi forma de disculparme, tómalo o déjalo —lanzó, mientras sostenía un pantalón de buzo.

Lo miré incrédula. Cómo podría ponerme el buzo de un chico; sería extraño, gigante y posiblemente incómodo de llevar.

—Bueno, no lo quieres. Entonces voy a guardarlo. Buena suerte con esa...

—¡E-espera! No he dicho que no lo quiero, —espeté tomando el pantalón de sus manos— v-voy a tomarlo.

—Bien, devuélvemelo mañana a primera hora.

—Bien.

El muchacho empezó a alejarse pero... oh no, esto no estaba bien. Si no sabía siquiera su nombre, cómo sería capaz de buscarlo después.

—¡Oye, espera!

Él se detuvo.
Sonreí.

—¡Qué! —contestó a lo lejos.

—¡Tu nombre, dime tu nombre!

—Chittaphon.

—A-ah gracias...

Qué nombre tan extraño tiene.

«Si se te hace todo un lío aprenderte su nombre, solo llámalo 'Ten'».

¡Rayos!, Desde hace cuánto tiempo ha estado Xiaojun detrás de mí.
Debí haberme visto tan patética con la gran mancha de café que traía en mi pantalón. Aunque, pensándolo bien, ni siquiera me he cambiado aún.

—Acompáñame al baño.

—¡Q-qué!

No pude evitar reírme de su expresión en ese instante.

—Tranquilo, no es lo que piensas. Quiero que me cubras hasta que lleguemos, no quiero que los demás me vean en esta situación.

—Pero yo ya he visto todo.

—Tú no te incluyes en ese grupo, tonto. Ahora camina, tengo prisa porque la clase está por comenzar.

—Bien, bien. Ya voy.

No voy a negar el hecho que el buzo sí me quedaba algo grande y que, para evitar que se me cayera, tuve que jalar un poco más de las cuerdas de la cintura. A pesar de eso, tengo que admitir que era súper cómodo.

Xiaojun, como siempre, no dejó de burlarse de mí. Era como su rutina diaria matutina, si no lo hacía, no estaba lo suficientemente feliz.

Teníamos minutos suficientes para ir tranquilamente a clases, aunque, era más divertido sentir la adrenalina recorrer cada parte mi cuerpo mientras corría para que no cerraran la puerta en mi cara.

Decir una vez más que no hay nada que pueda salir mal, hubiera sido un total desastre; la mocosa del incidente apareció nuevamente frente a mí con una expresión de estreñida al verme junto a Xiaojun.
Pese a que su estúpida conclusión sobre nosotros no era para nada acertada, después de lo sucedido con la directora, he tenido unas ganas infinitas de fastidiarla a cada minuto pero no se dejó ver la muy condenada.

Sonreí para mis adentros agradeciendo este preciso instante en el que me hallaba junto a él. Entonces, tomé su brazo para mayor molestia de ella, y con una voz demasiado tonta, le dije a Xiaojun nos diéramos prisa.
Volteé a ver su expresión una vez que avanzamos un buen tramo, ella estaba aún de pie con sus ojos tan cristalizados que supuse que se pondría a llorar en pleno pasadizo.

—Eres tan infantil, Elle. Es una niña, ¿por qué debes ponerte a su nivel?

—Oh vamos, Xiaojun. Ella empezó todo. Quién le manda a sacar conclusiones aceleradas. ¿O es que las chicas no pueden ser amigas de chicos porque ya son novios? En tal caso, ¿supondrían también que te engaño y salgo en secreto con Kun, o viceversa?
Es una bobada que no estoy dispuesta a aceptar, menos si el problema lo llevó tan lejos y ahora la directora me tiene en la mira y ya no solo por mis anteriores tardanzas.

—No te debería importar tanto lo que los demás digan de ti, al fin y al cabo, si tú y las personas que creen en ti saben que lo que dices es verdad, eso debería ser suficiente. Y si te causó algún problema, bien, voy a apoyarte. Pero debes decirme y no utilizarme simplemente porque sí.
Somos amigos, ¿no? Sabes que no me hubiera negado porque pienso que puede ser divertido.
Bueno, probablemente no lo sabías pero, aún así, debes decirme antes.

—Lo siento.

—Ya pasó. Ahora entremos que el único minuto que nos queda ya está corriendo y no quieres llegar tarde de nuevo, ¿o sí?

Sonreí, era lo único que podía hacer además de correr junto a él.
Sus palabras fueron precisas, algo que pensé que nunca pudiera venir de él pero que ahí estaban, haciéndome sentir completamente bien.

Quédate Conmigo | TenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora