A Donghae agradaban las caminatas tranquilas, solitarias y tararear mientras recorría, ya fuese a caballo o a pie, las tierras de su familia, su tante solía darle el espacio que necesitaba, dejándolo recorrer por el mismo algunos kilómetros.
Aquella ocasión se le presento distinta, la grata compañía de su hermano le pareció ruidosa, su yegua parecía estar de acuerdo, ya que relinchaba y tiraba levemente de las riendas para llamar su atención.
- ... Por ello creo que la ideología de Santo Tomás es de lo más acertada, aunque ahora lo llamen loco, en algún momento la gente dejara de temer a dar su opinión – terminó Ryeowook, muy satisfecho por su discurso.
- ¿Hablas del filósofo? – Pregunto Donghae, de lo más perdido en la conversación.
Ryeowook lo vio con expresión dolida, era más que claro que estaba decepcionado de que su hermano no hubiera escuchado nada de su discurso. Por otra parte, Donghae sonrió, pensando en lo maravilloso que era su hermanito, era una persona de buen juicio, inteligente y estudioso, además, ese día se veía precioso, enfundado en un traje amarillo suave, con la tan común capa de seda que cubría sus hombros, hondeando con la suave brisa, a diferencia de otras ocasiones, ese día Ryeowook había decidido engalanarse, poniéndose una diadema de oro rosado y zafiros incrustados, a juego con un precioso brazalete que flores. A difencia del menor, Donghae vestía con simpleza, un traje azul marino con una ondeante capa del mismo color, una de sus típicas coronas florales y los dedos cubiertos de pulcros anillos de oro blanco.
- ¿acaso conoces otro Santo Tomás? – le respondió cortante.
- A decir verdad – rió Donghae -. Yo creo firmemente en la existencia de Dios, sin ninguna filosofía de por medio – el menor lo miró con intriga, pidiendo una silenciosa explicación -. Son cosas que se sienten Wookie, es una conexión que llegas a sentir más allá de tus ideales.
- Creo que Dios nos odia, hermano – Dijo con expresión melancólica.
- Yo no creo que Dios conozca el odio – explicó con calma y una sonrisa -. Las personas obran en su nombre, convenciéndose de que Dios aprobaría tales conductas, sin embargo, no creo que sea así, más bien creo que Dios no interfiere en nuestras vidas, él nos sirve de consejero y escucha, las obras son mero producto nuestro.
Ryeowook sólo guardo silencio.
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𝚃𝚁𝚄𝙷𝙰́𝙽 | 𝚈𝚎𝚆𝚘𝚘𝚔
Fanfiction- ¡Escúchame bien Ryeowook! - gritó con frustración. - ¡No escúchame tú, no voy a casarme! - ¡Si te vas con ese truhán dejaras de ser mi hijo! - Entonces no soy tú hijo. Yesung sonrió con suficiencia desde la proa del barco, viendo como su princi...