Temblores (Especial Eunhae)

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Aclaración:
Este pequeño capitulo se sitúa en la caminata que dieron Donghae y Hyukjae la primera vez que se encontraron.





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¿No era una de las habilidades naturales de los hombres encandilar con la plática amena? Donghae siempre había escuchado eso, aunque pocas platicas interesantes había tenido, de hecho, los únicos caballeros que le habían brindado una plática interesante eran sus tíos, su papi y Zhoumi, su hermano mayor. Frunció el ceño pensando en ello, era una suerte que el tuviera temas para dar y repartir, porque el señor Lee Hyukjae no parecía muy dispuesto a deleitarlo con la plática.

De hecho parecía más ocupado comiendo el creassoan que aún ocupaba sus dedos.

-Caballero, ¿Le complace la vista? Siempre he creído que está parte de la finca es la más bella de todas.

- Sin duda es muy hermosa - le respondió -. Aunque prefiero otros panoramas.

Donghae le miro con interés y no necesito preguntar antes de que su acompañante añadiera:

- ¿Ha pisado un barco, señorito?

- Nunca he tenido la oportunidad -suspiro con pesar-. Al rumbo que va mi vida dudo mucho tener la oportunidad de hacerlo algún día.

-Habla con mucho pesar, para ser tan joven.

Donghae le dedicó una mirada cálida y traslúcida, que perforó inexplicablemente en el pecho de Hyukjae. El doncel era sencillamente encantador, uno de esos jóvenes sobre los que Shindong, su padre adoptivo, les había contado; Jóvenes donceles rebosantes de belleza, inteligentes, de espíritu vivaz y tenaz, el único defecto en ellos era que eran disciplinados hasta el hastío, se sosegaban al porvenir y asumían una vida ya planificada para ellos sin poner resistencia.

A Hyukjae le daban náuseas.

Hacia no más de cinco meses se había topado con un bello doncel de cabellos rubios, Mark, se había entregado a él sin prohibiciones por la sola promesa de un poco de diversión en su vida, el doncel era esposo de un hacendado que hacía su día sin premura fuera de casa, un doncel olvidado y poco amado, que cedía ante los deseos de cualquier hombre a cambio de un poco de atención.

¿El doncel ante él estaba destinado al mismo futuro?

-No me mire con lastima, que nadie le ha pedido clemencia - Le reclamo el doncel, pareciendo profundamente ofendido.

Hyukjae intento defenderse, quería a ese doncel en su cama, retorciéndose bajo su peso, necesitaba tenerlo llorando de pura pasión, suplicándole sacarlo hasta el cansancio.

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