Era el día del cumpleaños de su sobrina y estaba muy feliz de tener un regalo preparado para ella.
Nunca había recibido ningún obsequio de cumpleaños y Rosé se sentía muy emocionada de poder hacer el mejor cumpleaños de su vida.
Estaba en la casa que compartía con su hermano mayor, quien estaba en un pequeño pero barato supermercado haciendo las compras de la semana.
Ni ella ni él eran afortunados. Su hermano no conseguía empleo mientras que ella trabajaba en una pequeña cafetería que no era visitada por muchos, lo que lleva a no tener un buen sueldo y que la cafetería esté por cerrar.
Soltó un suspiro y guardó el peluche en su bolso. Pero no podia mostrar rastros de tristeza porque no quería arruinar el cumpleaños de su sobrina ni contagiarle su tristeza, estrés y decepción.
Se dirigió a la habitación de la más pequeña. Pero su sobrina fue más rápida, porque ya estaba corriendo hacia su tía en busca de poder tener alguna sorpresa este año.
- Rosieeeee - Jiheon se acercó corriendo hacia ella- dime feliz cumpleaños -dijo mostrando una tierna sonrisa sin mostrar los dientes y con los ojitos cerrados.
Rosé no pudo evitar sonreír por lo tierna que se veía su sobrina. Le acarició el pelo y la miró dulcemente- Feliz cumpleaños Jiheon. Te tengo una sorpresa -dijo agachándose para estar a su altura.
- ¿En serio? -preguntó la más pequeña. Abrió los ojos y empezó a saltar- ¿Cuál? ¿Cuál? ¿Cuál? -gritaba saltando al rededor de su tía.
- Ven -agarró su manito y salieron del lugar.
Las calles estaban llenas de gente y las hojas caían de los árboles. Pasaba gente vestida con trajes, estudiantes y mujeres maquilladas, lo que puso un poco triste a la rubia. Pero quitó todo rastro de tristeza al llegar al parque y ver a todos los niños jugando e imaginar a su sobrina con ellos.
Se sentaron debajo de la sombra de un árbol y empezaron a jugar con las hojas que caían por ahí. Con ellas armaron un "castillo naturaleztico" como le decía Jiheon.
- ¡¡Rosé!! -una voz se escuchó de lejos.
La rubia se levantó del suelo y empezó a buscar a la dueña de esa voz. Hasta que vio a Jennie con su pelo lacio, unos aretes relucientes y una vestimenta "no digna" (según la rubia) como para estar en un parque.
Jennie fue hasta donde estaba Rosé y le dio un fuerte abrazo. No eran conocidas, se habían visto sólo una vez pero la castaña sentía la necesidad de hacerlo. La rubia se sintió un poco incómoda pero siguió el abrazo, no podía negar que lo necesitaba. Lo mismo con la castaña que luego de unos segundos se arrepintió y se separó de su contraria.
- ¿Y el peluche? -preguntó con la intención de saber que había hecho con él.
Jiheon al oír eso fue rápidamente hacia Rosé destruyendo sin querer su "castillo naturaleztico".
- ¿Qué peluche? -preguntó alargando las vocales mientras miraba a su tía y guiñaba rápidamente pareciendo un angelito.
Rosé agarró su bolso y de este sacó el peluche de unicornio- Ten -extendió el peluche hacia los brazos de su sobrina quién lo miraba encantada y se notaba la felicidad que emanada por sus ojos.
-¡¡¡GRACIAS, GRACIAS, GRACIAS!!!- dijo saltando alrededor de las dos más grandes.
- Creo que no tuve la oportunidad de decírtelo, pero muchas gracias -dijo la rubia dirigiendo sus palabras a la castaña- nunca pude darle un obsequio a nadie, y gracias a tí mi sobrina obtuvo lo que tanto deseó toda su vida para su cumpleaños -y es que ella tenía razón. La más pequeña pedía sus deseos todas las noches frente a su única muñeca Barbie. Y uno de todos ellos era un obsequio por su cumpleaños. Y gracias a Jennie pudo ser realidad.
- No es nada, en serio no es nada -dijo mostrando una gran sonrisa.
- Pero, ¿Por qué? -preguntó la rubia. Tenía curiosidad de saber la razón del por qué Jennie hizo eso.
- No lo sé, tuve como una intuición -expresó soltando una pequeña risa que dejó encantada a Rosé.
- Soy un unicornio y me gustan las uvas azules jijiji -dijo la pequeña Jiheon.
Las dos mayores soltaron unas pequeñas risas.
- Bueno, me tengo que ir -mencionó la castaña- Adiós pequeña, feliz cumpleaños -dijo acercándose a la más pequeña para luego acariciar su cabello- Adiós -gritó ya un poco alejada a ellas despidiéndose para luego darse la vuelta e irse.
- Vamos Jiheon -dijo Rosé luego de unos segundos agarrando la manito de su sobrina.
Y así fueron alejándose felices las dos. Jiheon por su nuevo peluche y Rosé por haber visto a Jennie por segunda vez y con la sensación de que no sería la última.
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Para las únicas dos personas que están leyendo esto:
Voy a intentar actualizar todos los domingos. Y se que por ahora va siendo un completo asco, pero prometo que con el tiempo va a mejorar.
No tengo la historia terminada, pero tengo una idea de cómo va a ser.
Bueno, gracias a ustedes dos por leer ❤️❤️
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Please - CHAENNIE
Fanfiction"¿No crees que se cansó de tanta insistencia?" ╰─►⸙͎ ✓ Chaennie ✓ Escribiendo ✓ Actualizaciones los domingos ✓ Historia 100% mía ✓ No se permiten copias ni adaptaciones