CAP 5

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  Últimamente la cafetería estaba más llena que de costumbre. Su sueldo había aumentado y ahora vendían más productos, lo que atraía a más clientes. No podía no darle créditos a la castaña que había posteado una foto en sus redes sociales "promocionado" el lugar. La misma castaña que en ese momento estaba cruzando la puerta de entrada al local con sus dos mejores amigas.

  - ¡Rosé! -gritó Lisa- ¡Good Afternoon! -la pelinegra se había enterado de que ella provenía de Australia y ¿qué mejor que generar un vínculo de amistad hablando la lengua materna de la linda chicas de rasgos delicados?

  Esa entrada había causado una pequeña sensación de felicidad en la rubia. Todo sus pensamientos del pasado se basaban en cosas como "jamás tendré amigas" y "moriré sin poder estar orgullosa de haber tenido amistades". Pero ver a las tres chicas entrar al local era como una explosión de brillitos, arcoíris y mariposas. Lindo para la vista.

- ¡Lisa! -Rosé devolvió el saludo y fue respondido con un abrazo por parte de la pelinegra. Eso fue extraño y sorpresivo para la rubia, pero debía ir acostumbrándose a la actitud y personalidad enérgica y entusiasta de la tailandesa.

   Obviamente Jennie les había contado a las chicas sobre la cafetería en la que trabajaba la australiana, y si querían ir a pasar un buen rato y comer comida de calidad (dijo aunque solo haya tomado agua la única vez que fue) deberían ir allí.

- Hola -las dos castañas saludaron acercándose a las dos chicas más jóvenes. El saludo fue respondido de igual forma por Rosé.

  Las tres chicas que acababan de llegar decidieron ubicarse en la mesa más cercana a la puerta.

- ¿Qué les gustaría ordenar? -con una gran sonrisa, una pequeña libreta y un lápiz para anotar atendió a sus amigas.

  La tailandesa pidió unas galletitas livianas y un yogurt sabor frutilla. Jisoo estaba de dieta, pensó en  robarle una que otra galleta a Lisa y beber yogurt también. Jennie no tenía mucha hambre, había comido mucho en la mañana y no quería perder su buena figura.

  Rosé fue atrás del mostrador para preparar el pedido. Por suerte era fácil de hacer, solo tenía que ir a la habitación del fondo y buscar las galletas caseras preparadas por la señora Kraus, que de vez en cuando vende productos al local y a veces incluso los regala. Sin apurarse, buscó la bebida para las dos chicas en el sector de exhibidoras

  En cinco minutos ya se encontraba caminando hacia la mesa al lado de la puerta. Las chicas estaban hablando de experiencias divertidas del pasado, como cuando eran pequeñas y Lisa y su mamá se quedaron dormidas ocasionando que la más joven no pueda llegar al campamento de mini exploradoras. O la historia de como Lisa y Jisoo se conocieron. No pudieron charlar de más cosas porque la australiana ya había llegado con el pedido.

- Disfruten las galletas cien porciento caseras y el yogurt para nada casero pero cien porciento delicioso - dijo con una gran sonrisa.

  Las tres jóvenes respondieron con un gracias y una sonrisa a unísono. Eso podría haber espantado a cualquiera por lo sincronizadas que fueron, pero era un cálido sentimiento el que se formaba en el pecho de la rubia, no sabía por qué pero sus mejillas se tornaron de un color carmesí y su hermosa y tierna sonrisa pudo verse.

  Se dio vuelta para ir al estante en el que atendía a los clientes. Pero la voz de Jisoo lo impidió haciendo que frenara y vuelva a dar la vuelta en dirección a dónde ellas se encontraban.

- Espera ¿No compartirás esto con nosotras? -preguntó mirándola con una ceja alzada mientras señalaba las galletas.

- No puedo, todavía estoy en mi hora de trabajo -aunque pensándolo bien, a esa hora muy poca gente pasaba por allí. Podía usar ese tiempo para conversar con las chicas. Iba a ser fácil atender a la poca gente que entrara al local y a la que se fuera.

Please - CHAENNIEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora