Verano 2

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El sonido de las cigarras llamando a la lluvia en el verano, el intenso calor de Tokio y una vida feliz que se fue a la borda con el paso del tiempo. Sicheng mentiría diciendo que se sintió complemente feliz en Japón alguna vez, era chino y como los japoneses odiaban a los suyos, como le miraban con asco y desprecio desde que llego a Japon con sus padres por motivos de trabajo en la universidad de Tokio. Su padre era un Beta, excelente en el área de la ciencia y la tecnología, siempre infundo en su hijo el amor por ellas y la informática, su madre un ama de casa que prefería vivir encerrada en su casa que ser presa de las fuertes palabras de los japoneses contra ella, eran tiempos diferentes a los actuales, pero estaba seguro que el odio aun vivía. Una familia modesta que se dedicaba a la ciencia y los fines de semana a borrar las palabras que grababan los japoneses en las paredes exteriores, siempre estigmatizados por su nacionalidad.

Sicheng soporto la basura en su bolso, que lo tiraran al barro, que hundieran su cabeza en el retrete, que le pegaran con piedras y lo golpearán a diario por la felicidad de su padre en su trabajo en una universidad tan reconocida. Incluso los omegas eran mas duros con el bullying que los mismos betas o alfas que solo lo golpeaban, los omegas podían entrar al baño con el y hacerle cosas que prefería olvidar después 30 años. Con el tiempo se acostumbro a las palabras en su pupitre y que sus compañeros o fingían que no existía o lo trataban como perro. Claro todo eso hasta un día de verano cuando se acercaban las vacaciones, Sicheng solo pensaba que volvería a China para pasar un tiempo con su abuela y eso le hacia feliz.

— Mi nombre es Nakamoto Yuta, vengo de Osaka — era un nuevo compañero del que todos rápidamente temieron.

Yuta no era una mala persona, era un buen chico podría decir el omega sobre el alfa después de las vacaciones. Era bueno jugando fútbol, ayudaba a las ancianas a cruzar la calle y siempre tenia sus tareas a tiempo, los primeros días solo se le quedo viendo incluso cuando sus compañeros ya le habían hablado de el, había preferido hacer como si no existía y eso lo apreciaba mucho el omega. No había razón para temerle, nunca les dio una razón a alguien hasta que un día de agosto, cuando estaba la última tormenta del verano ya regresando a clases alguien lo había empujado a un charco de barro y aplastaba su cabeza con su pie para que se mantuviera ahí. Lo peor del bullying es cuando te acostumbras y empiezas a creer que te lo mereces sin entender bien el porque, Sicheng se había acostumbrado.

— Como cerdo en el barro, como lo que eres — dijo la alfa que pisaba su cabeza con fuerza, ella se ocultaba de la lluvia con una sombrilla. Sicheng estaba todo empapado y sus tareas repartidas en la tierra del patio escolar.

— Vuelve a tu país — comento otra chica al lado de su amiga con burla, el quería hacer eso.

— ¡Oye que estas haciendo! — Sicheng recuerda ese grito, no mucho mas.

Nakamoto Yuta era un buen tipo, claro no había que sacar su lado malo. Después de moler a golpes a los que lo estaban molestando lo ayudo a parar y recoger su tarea, lo acompañó a su casa y se despidió en la puerta. Un chico con un peculiar sentido de la justicia pensó Sicheng, que solo susurro un gracias cuando el chico se iba. Un chico tonto que se buscaba problemas al defenderlo. Claro al siguiente día el alfa no se alejaba mucho de el, aunque no se le acercaba a hablar, el omega no dijo nada. Cuando alguien quiso pegarle se repitió la situación, para el final del mes todos le temían a Nakamoto Yuta y todos preferían actuar como si el chino no existiera.

— Soy Chino — comento el omega poco confundido, la amabilidad de un japones le era tan extraña.

— ¿Y eso que? Eres un persona, nadie merece que lo traten mal — Sicheng no dijo mas nada mientras limpiaba la herida en la mejilla del alfa.

Era un buen tipo, demasiado bueno. Sicheng inmediatamente se gano el odio por los omegas, cosa que comprendió menos y cuando le dijeron sus razones se sintió perdido. Si que Nakamoto Yuta era un buen tipo, un buen partido según los omegas, de buena familia y fuerte, además de guapo; según ellos el omega le estaba robando lo suyo. El omega sufrió acoso en los baños, no dijo nada nunca.

— Creen que te gusto, ¿puedes creer esa semejante tontería? — le dijo el omega mientras comían en la azotea de la escuela, era su único lugar seguro y ya era verano de nuevo. — Soy chino, por dios

— ¿Y eso que? — el alfa todavía no podía entender lo que decía el omega con eso.

— No soy nada, soy menos que nada — le respondió a su duda, eso era lo que le habían dicho toda su vida, lo que a golpes había aprendido.

— Eres listo, sabes de computadoras, sabes pasar super Mario completamente, eres el mejor en matemáticas, eres hermoso y la persona mas parecida a un ángel que he visto. Eres mas que nada, eres Dong Sicheng. Ser de un lugar diferente con costumbres diferentes no te hace menos — le respondió Yuta, a todo lo que veía el y no lo que veían los demás — Encuentro su lógica, porque me gustas. Seria estupido que no me gustaras después de que te conocí.

El alfa no solo le robo un beso, le robo la respiración y posiblemente el mayor sonrojo de su vida. Nadie aparte de su familia le había dicho algo tan lindo, nadie se había parado 5 segundos apreciar lo que era, sin importar de donde era. Cuando Yuta le pido casarse a temprana edad no dudo; pues en su mente no había nada mejor, no conocía a nadie mejor e incluso si era precipitado así lo hizo, porque se amaban y eso era lo importante en un matrimonio. Incluso cuando fue suyo y lo marco no hubo nada mas importante.

Pero, incluso si Yuta era un buen tipo, todos tienen sus defectos. Pero Yuta tenía varios. 

Maestros de la estafa (Omegaverse)》》》NCTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora