Yukhei temblaba por el placer que le producía nada mas oler las feromonas del omega, de verlo suplicar por su piedad y que acabara con el pronto. Podría hacerlo, pero seria tan fácil y le daría lo que el quería; además que no cargaba los zarcillos de diamantes. Dudo, dudo demasiado. Aunque Renjun sabia su decisión desde el principio, el alfa nunca le quito el seguro al arma, se aferraba a esa suposición de que no planeaba matarlo rápido y eso le daba mas tiempo de pensar como escapar de el, podría saber mucho de artes marciales, pero un arma era un arma y no dudaba de la puntería del alto.
— Oye, basta — dijo el alfa sin saber que hacer, dudaba de lo que iba hacer
— Vamos, solo será un momento — suplico el omega, buscando doblegar al alfa
— No estas en tus sentidos, no te voy a violar. No soy de esos tipos — expreso con molestia.
— Te aseguro que si los estoy, así que por favor déjame arrepentirme mañana — suplico de nuevo — Solo, por favor.
— Haces esto es difícil, joder. Después me arrepentiré — el castaño quito el arma de la frente el omega que solo lo abrazo asintiendo bajo sus ordenes.
Renjun suspiro relajándose un poco, al menos viviría por los momentos, lo tenia justo donde lo quería, dándole mas tiempo de poder enfrentarse a el. No estaba en condiciones correctas y con la mente tan clara y si tenia que usar su cuerpo para salvarse, lloraría por eso y no dudaría; después de todo era sexo, luego pensaría que haría con Yukhei. Renjun tenia que sobrevivir, esa era su meta, sobrevivir hasta que sea viejo y regañar a Lu Wei, admirar las pinturas de Chenle mientras tomaban tazas de te, reírse de las ocurrencias que diría Donghyuck y cuidar de Sicheng con el amor de un hijo a una madre. Tenia que soportar un invierno mas y luego la primavera llegaría, siempre se repetía eso, tenia que soportar ese frío infernal hasta llegar a la chimenea de los Lu donde lo recibirían con galletas y un abrazo.
Fueron al hotel donde se hospedaba el alfa, que no dejaba de presionar el arma contra el escondida entre sus ropas; aunque Renjun ni soltaba a Yukhei. Se estaba perdiendo ese olor a nicotina ligado con carbón y ceniza que tenia el alfa, justo como la chimenea en la casa del señor Lu.
— Admite que te gusta restregar esa arma contra mi — le dijo casi en risas dejando besos en el cuello del alfa mientras entraban a la suite del mas alto, dejando sorprendidos a XiaoJun y ChengXiao para luego dirigirse a la habitación del alfa y cerrar la puerta atrás de ellos. Tenia que jugar con el, justo como le había enseñado Donghyuck
— ¿Cómo puedes estar tan tranquilo mientras te apunto con un arma? — el alto estaba frustrado, no solo sexualmente desde que conoció al omega y quería sentir sus fuertes piernas alrededor de su cadera. Si no frustrado con su actitud, frustrado con su falta de miedo hacia el.
— Ya te lo dije antes, en este momento estoy cerca de tu yugular, con un buen mordisco la puedo romper — Paso lengua justo por el punto exacto donde le indicaba el omega causando escalofríos en el alfa — ¿Qué será mas rápido? ¿Mi dientes cortando una de tus venas principales o una bala? — repitió aquellas palabras de cuando se conocieron.
El mas alto no aguanto mas lo pego contra la puerta y le robo el beso que tenia tiempo quiera probar. Odio que sintiera mejor de lo que esperaba, odio como no podía parar de besar esos dulces labios. Era un beso salvaje, sin cuidado alguno y por supuesto devastador; siendo un claro desastre. Yukhei no quería ser cuidadoso, no quería hacer sentir bien al omega, solo quería calmar sus propios deseos y romperlo si era posible en el proceso. Renjun solo quería tiempo y hacerle creer al alfa que tenía el control de la situación, que podía destruirlo de esa manera. Aunque no lo dudaba, tal vez si podía.
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Maestros de la estafa (Omegaverse)》》》NCT
FanfictionEs la regla de la vida pensar que los omegas son débiles y nunca podrían hacer algo malo. Lindos, tiernos, cálidos, bondadosos, entre muchos otros adjetivos se le han dado a lo que llaman el genero débil por parte los betas y alfas. Dong Sicheng no...