(Camp Camp) Una Familia Muy Diferente

2 Día Parte 4

Otro día más, ellos esperaban lo mismo que el día anterior. El único joven que estaba despierto a esas horas no paraba de pensar en ello.

Decidió salir de su cama, la cual compartía con un actor muy peculiar.

Toco el suelo con sus pies descalzos, el frió no tardó en subir por todo su pequeño cuerpo hasta llegar a la cabeza.

El golpe de las gotas fue suficiente para sacarlo de aquel trance y se acercó al mueble que contenía el sustento de los cuerpos de los campistas.

Salto para agarrar una bolsa de galletas, la cual no tardó en abrirla al tenerla en sus manos.

De dio cuenta de que aún llevaba su casco, decidió retirarselo. Aunque nunca le convencía hacerlo.

Se sentó en una manta al lado de la fuente de calor de la sala, se calentó sus fríos pies y manos. Seguía temblando.

Mordisco tras mordisco se iba acabando la poca comida que había recogido del montón. Y aunque fuera poco, no tenía hambre.

Miro al rededor, se lavanto den su asiento y miro por la ventana. Aquella por la que se veía el lugar por el que con anterioridad sus compañeros se habían ido.

El quería ayudar, para el era como su familia. Como si se hubieran separado y abandonado.

Como le ocurrió con su anterior familia. Como no quería volver a acabar.

Quizás si que podia hacer algo, algo que nadie le dejaría hacer. Pero era de noche aún, no pasaba de las 5.

Por su cabeza pasaban constantemente pensamientos de los que no quería recordar. No quería hacerlo.

Pero su subconsciente le enviaba hacia la puerta, hacia sus amigos. Pero por otra parte no se alejaba del sofá en el que Gwen dormía.

Ella le había pedido personalmente que no saliera, que fuera era peligroso y que no quería que se hiciera daño. Que no se aleejase de su lado.

Forzó su cuerpo hasta poder salir del estado de shock en el que se encontraba hundido en sus pensamientos.

Se acercó a ella y se sentó en el frió suelo mientras seguía teniendo escalofríos y le sujeto la mano de su consejera.

- Gwen... Yo quiero ayudar ... No quiero desobedecerte... Pero tampoco quiero quedarme aquí sin hacer nada ...

- ....

- Lo se... Se que es peligroso, pero quiero ayudar de verdad, cada cual a ayudado de una manera. Pero tú no me dejas no salir ....

- ...

- Se que estos días... No te has sentido en tus máximas... Pero no voy a preocuparte, lo prometo....

- ....

- Solo... Saldré un poco... Vuelvo pronto. Ni te darás cuentas de que no estoy...

Soltó su mano y se alejó, ninguno de sus compañeros estaba despierto, ninguno le había escuchado.

Dando una vuelta por la salada y observando a todos les empezó a hablar un poco.

- Max, Neil, Ered, Preston.... Descansar bien, os lo merecéis.

Se acercó a la puerta de salida y la abrió. El viento cesó mágicamente.

Pero no se atrevió a salir, el casco que en ese momento llevaba puesto ayudaba a que las lágrimas que empezaban a salir de sus ojos no mojasen sus ropas.

Gwen no dormía, no quería darle más problemas... La anxiedad se había agravado en los últimos días, y con los últimos sucesos. No sabía mucho lo que le pasaba, ya que el solo se acercaba a ella cada día y le abrazada mientras ella fingía que estaba todo bien, pero sus lágrimas no mentían.