Capítulo V

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Después de un par de días de viaje, llenos de quejas por parte de Lan WangJi, porque quería vino y no había, así como las constantes bromas de los juniors de Gusu, y que, por supuesto, Wei WuXian habia ignorado con una indiferencia, a la que ninguno de los jovenes estaban acostumbrados, por fin, antes de la medianoche llegaron al pueblo que se encontraba en las faldas de la montaña Dafan.

A pesar de la hora, la algarabía nocturna del lugar era impresionante. Los locales comerciales y pensiones se encontraban abiertos y las personas entraban y salían de ellos; lo que más llamaba la atención eran las personas con uniformes de diferentes colores que opacaban a los pueblerinos comunes.

Wei WuXian concluyó que la gran afluencia; algo inusual para una localidad pequeña, se debía solo a una cosa: esa noche se realizaría una cacería nocturna.

Cuando, Lan WangJi dijo, Quiero restregarles en la cara a todos que GusuLan atrapó a Mo XuanYu antes que otro, Wei WuXian se dio cuenta de que, quizás, había tomado una mala decisión al seguir voluntariamente a Lan WangJi.

Lan WangJi tenía hábitos bastantes malos, como, por ejemplo, en el momento en que algo o alguien llamaba su atención, nunca lo dejaba ir; si alguna idea rondaba su mente, la ejecutaría sin importan que; o aveces, haría cosas tontas y vergonzosas, tanto para otros como para Wei WuXian.

En cierta ocasión, cuando ambos eran jóvenes y Wei WuXian no era ridiculizado por todos, Lan WangJi se había lanzado en una competencia de valor con discípulos de otras sectas, solo porque Wei WuXian había comentado que, Lan WangJi no podía hacer nada más patético en la noche.

Wei WuXian se equivocó y lo supo, nada mas, al terminar de decir esas palabras.

La competencia había consistido en beber, con los ojos vendados, una jarra de algo desconocido y asqueroso servido por el dueño del local en que estaban cenando.

Los otros competidores habían amanecido desnudos y amordazados en un camino muy tránsitado y Wei WuXian había terminado sin recordar nada mas de esa noche, después, de tomarse una jarra que resulto ser vino en vez de té. Lan WangJi había hecho trampa, había convencido al dueño de servirles a los otros un fuerte somnífero y, para él y Wei Wei WuXian, su vino más fuerte.

El incidente había pasado como un juego de niños despreocupados y tontos, pero la verdad era que había sido una humillación para muchas sectas.

En la cultivación, además, de exorcizar y luchar contra espíritus y mostruos, la otra actividad favorita de las sectas, era probar quién era mejor y humillarse entre ellas.

La ultima vez que se habían unido sin pelearse entre sí, había sido para acabar con el Patriarca Yiling. Curiosamente, Lan WangJi, iba a usarlo a él, el Patriarca Yiling, para humillar a muchas de esas sectas.

La presa de esa noche, debía ser muy fuerte, ya que, el número de cultivadores que se habían reunido en este lugar era mayor del que se habría esperado para una simple caza nocturna.

Wei WuXian escucho diversas conversaciones que variaban entre sí, pero que tenían un solo tema en común.

—... hay que estar listos para cualquier cosa, esta presa ya ha asesinado a siete y otras ochos han perdido el alma.

—¿Asesinado a siete? ¿No estaban desaparecidos?

—Ja, ¿desaparecidos? Muertos, mas bien.

—Eso es bastante cruel de tu parte.

—Por favor, esos cultivadores ya debieron ser devorados y digeridos por el mostruo espiritual de la montaña.

—¡Ni que fuera el espíritu de Wei WuXian!

Una Canción de BatallaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora