Capítulo XV

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No era que Wei WuXian no estuviera alerta. Era que solo estaba alerta con Lan WangJi a solas con él, no con Lan WangJi tratando a otros. Había subestimado la cara gruesa de Lan WangJi y al final, el único que había salido perdiendo había sido él.

Wei WuXian observó a los cultivadores que poco a poco comenzaron a irse en sus espadas, ninguno le regreso la mirada, algunos incluso, pasaron a su lado con un rubor en las mejillas difícil de ocultar. Mirando hacia el suelo, Wei WuXian pateó una roca pequeña que estaba a sus pies. Rodó de aquí para allá la roca durante mucho tiempo. Cuando levantó la vista de nuevo, vio a Lan WangJi hablando con Jiang Cheng e intercambiando sonrisas con ninguna intención buena.

Jiang Cheng miro una vez a su dirección, sus miradas se encontraron. Jiang Cheng lo saludo con la mano y regreso a su conversación con Lan WangJi, tomó algo de sus mangas y se lo dio a Lan WangJi antes de irse con Jin Ling y sus discípulos.

Wei WuXian se quedó quieto, con una mirada en blanco en su rostro. No sabiendo que esperar. Jiang Cheng y Lan WangJi no era una buena combinación.

Lan WangJi hablo otro rato mas con los discípulos de GusuLan, cuando los discípulos de GusuLan desaparecieron entre los matorrales, finalmente se acercó a Wei WuXian.

Se detuvo junto a Wei WuXian, sin nadie a su alrededor, se dio el gusto de mirarlo un tiempo más de lo debido. Asegurándose de que estuviera allí con él y no fuera un sueño.

—Wei Ying, ¿podría ser que el Rey del Infierno estaba asustado de tu expresión de nada-me-molesta-nunca-me-rió que te trajo de regreso?

—...

—Aunque, se tardo lo suyo, ¿no? ¿Te tenía tanto miedo que no podía ni moverse? ¿Temía que si te atacaba tu expresión facial podría contagiarlo?

Wei WuXian no reaccionó a sus comentarios burlones, en definitiva, era él. Wei WuXian era el único que podría soportar su comentarios sin tener ningun expresión diferente a la indiferencia.

Wei WuXian hizo oídos sordos a sus palabras y comenzó a bajar la montaña. Wei WuXian ya sabia que seria difícil deshacerse de Lan WangJi y por supuesto, Lan WangJi lo siguió paso a paso hablando sin parar.

Lan WangJi pensó que era como antes, él siguiendo a Wei WuXian a todas partes tratando de molestarlo y Wei WuXian ignorando sus payasadas con firmeza. Solo que esta vez, Lan WangJi no estaba satisfecho con eso.

Quería más. Más de lo que pudo tomar en el pasado.

Era un pensamiento trivial y egoísta, sin embargo, no pudo evitarlo y por el simple hecho, de que podía llamar y seria respondido, llamo a Wei WuXian:

—¡Wei Ying, Wei Ying, mírame!

Wei WuXian miro por encima de su hombro.

—Te he echado de menos, ¿tú me has echado de menos?

Wei WuXian tuvo que detener su caminata, casi tropezó con sus propios pies. Lan WangJi que lo seguía pudo haberse detenido y no chocar con su espalda, pero no lo hizo. El golpe fue suave pero ambos estaban más concentrados en el olor de ambos y el calor mutuo.

Sándalo. Al igual que las miradas descaradas, los coqueteos absurdos y las sonrisas juguetonas, Wei WuXian tenía asociado cada uno de esos detalles con Lan WangJi. Y ahora, estaba teniendo una sobredosis de todos esos detalles de un solo golpe.

Las orejas de Wei WuXian se tiñeron de rojo, Lan WangJi no se perdió esa acción inconsistente del cuerpo de Wei WuXian. Sacudiendo algunas escenas inapropiadas que llegaron a su mente con retinencia se alejo unos pasos.

Una Canción de BatallaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora