Capítulo IX

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—¡Esto es inaceptable!

—Tío...

—¡Una falta de respeto!

—Viejo...

—¡Doble traición!

—QiRen, por favor...

—¡Jiang FengMian no digas nada! ¡Cultivadores menos poderosos han ido a la guerra por menos que esto!

—Ya deja el escándalo, tu sobrino esta vivo y mi discípulo recibirá el castigo adecuado.

—¿Y quién lo quiere vivo?

—¿Qué...

—¿WangJi, como pudiste hacerle esto a tu joven y vigoroso tío? ¡Yo no te crié de esta manera!

—...

—¡Beberte todo la Sonrisa del Emperador y no dejarle nada a tu único tío, a tu segundo padre!

—...

—QiRen, viejo sinvergüenzas...

—¿A quién llamas viejo?

—Al tío.

—¡XiChen!

—... estamos aquí para discutir lo que paso con mi discípulo y tu segundo sobrino.

El salón principal de la secta Jiang quedó en silencio, luego, Lan QiRen dijo:

—Umm, solo para refrescar la memoria, ¿qué, fue lo que paso?

—....

—¿Lo olvidaste tan pronto?

—Tal vez.

Jiang FengMian suspiro con molestia.

Lan QiRen no sólo tenía la costumbre de llegar tarde a todos lados, sino, que además, olvidaba la mayoría de las cosas que no le interesaban o no le proporcionaban emociones fuertes.

Lo único que Lan QiRen nunca olvidaría sería la ubicación de una casa de flores, una casa de apuestas o una tienda de licores.

—Seguramente, todo es culpa de mi hermano —dijo Lan XiChen.

—Seguramente.

—¿No deberían tratar de defender al Segundo Jade?

—Líder de la secta Jiang, como digo esto, WangJi es... especial.

—Especialmente irritante.

—Insoportable.

—Desvergonzado...

—Tienes mucha cara, ¿no, Qiren? Llamar a tu sobrino desvergonzado cuando obviamente lo aprendió de ti.

—Sí, pero lo tonto, eso es exclusivo de él.

Lan QiRen suponia que seria bueno mencionar todos los incidentes que a tenido Lan WangJi con otros cultivadores, pero a su mente no llega ningún recuerdo, solo sabe que es una lista interminable.

—Si no nos crees, mira nada más a tu educado muchacho y luego, mira a mi sobrino tan... él.

Lan WangJi ignoraba tanto a su tío como a su hermano, también ignoro la mirada de Jiang FengMian sobre su persona, mientras, Wei WuXian lo ignoraba a él.

Wei WuXian de rodillas ante Jiang FengMian, estaba listo para aceptar cualquier castigo.

Él no sólo había perdido el control, sino, que además, había atacado a uno de los invitados de la secta Lan, a Lan WangJi, el segundo hijo del líder de la secta Lan.

Una Canción de BatallaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora