Capítulo XVI

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Lan WangJi actuaba como si estuvieran de paseo.

Desde que habían llegado a Qinghe, Lan WangJi habia dejado de intentar montar a Manzanita para pasear de un lado a otro, comiendo todas las especialidades locales, hablando con el dueño de la posada sobre los lugares a los que tenía que ir para de verdad poder decir que había visitado Qinghe, y actuando como un niño comprando todo tipo de baratijas brillantes y luego, presentandoselas a Wei WuXian como un tesoro.

No solo actuaba como si estuvieran de paseo, era como si Lan WangJi hubiese olvidado quien era Wei WuXian. No, Wei WuXian no creía que Lan WangJi se olvidaría quien era él después de tantos Wei Ying que pronunciaba al día. Mejor dicho, Lan WangJi habia olvidado de quien era el cuerpo que estaba usando.

Mo XuanYu.

Tarde o temprano la recompensa por Mo XuanYu les traería problema. Ademas de que sus muñercas quemando de cuando en cuando era un recordatorio del deseo que le debía a Mo XuanYu y con el paso de los dias las posibilidades crecían y crecían.

Si Wei WuXian, seguía esperando más tiempo nunca descubríria de que se trataba el deseo de Mo XuanYu.

Por eso habian decidió ir tras el que se estaba moviendo detrás de escena.

Alguien poderoso habia estado ayudando a Mo XuanYu; los diarios, la liberación de Wen Ning, ChenQing en la mansión Mo, las banderas de atracción en la montaña Dafan. No se trataba de cualquier cultivador. Tal vez, un líder de Secta. Pero, ¿por qué traerlo de regreso? ¿Con qué motivos? Solo lo sabría cuando encontrará a esa persona.

Pero, Lan WangJi no iba a dejarlo ir. Eso habia quedado claro cuando se había quedado en la habitación mientras Wei WuXian se bañaba. Incluso, había sugerido bañarse juntos y así, Wei WuXian no podría escapar.

La idea del baño compartido había terminado con una mirada de indiferencia de Wei WuXian, y un suspiro desilusionado de Lan WangJi.

—¡Wei Ying, mírame! —Lan WangJi se había detenido en un puesto de máscara y se estaba probando una máscara lisa, sólo se habia dibujado los ojos y boca, y estos no reflejaban emoción—. ¡Es tu hermano gemelo!

Wei WuXian apenas lo miró.

Las calles del centro eran animadas y ajetreadas. La secta QingheNie siempre se había dedicado a los negocios, legales y no tan legales, y la ciudad Qinghe lo demostraba.

No había nada que ningún puesto no tratara de vender a los transeúntes ya sea con llamativos carteles y en algunos casos entonados llamados.

El mundo de la cultivacion estaba seguro que si el aire se pudiera vender, la secta QingheNie ya lo habría robado, proclamado como su propiedad y distribuido a un costo no tan absecible.

—Wei Ying he estado pensando.

Lan WangJi habia comprado la máscara. Mientras caminaba al lado de Wei WuXian jugaba con ella.

—Mmm.

—...los Jin tienen sus cosas buenas, ¿no? Son cobardes pero aún así, tienen bastantes discípulos. Son lo bastante pobres pero logran alimentar a todos los suyos.

—Mmm.

—No es tan malo, si lo pensamos. Son tan cuidadosos: «Si no puedes correr, arrastrate y si no puedes arrastrarte, hazte el muerto». ¿Por qué, no...?

—Mmm.

—¿...envías al perro Wen con ellos? Sería un discípulo estrella. No necesita comer, no necesita gran espacio... y eso de hacerse el muerto, se le da estupendo.

Una Canción de BatallaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora