4º Mañana, bienvenidas y castigos

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Dongyoung corto delicadamente las orillas del sándwich que preparaba, quitándole la corteza y asegurándose de no derramar mucho del relleno de este. Todo de manera precisa.

Coloco junto a éste unos pequeños trozos de fruta y un vaso con chocolatada, dejándolo después sobre el refrigerador para que nadie lo viera cuando bajarán a desayunar.

Usualmente era Taeyong el que se levantaba a hacer el desayuno para todos, muy pocas veces Kun. Pero esa mañana ninguno lo había hecho, por lo que decidió proclamarse cocinero por un día. Después de todo, eran contadas las personas en la casa que sabían cocinar.

Y puede que en su interior haya querido echarle sal a cafe de Taeyong o azúcar a los huevos que siempre se le preparaban a Yuta el primer día.

Pero estaba tan de buen humor que solo hizo un par de sándwiches y batidos para desayunar, además del café y chocolate. Y uno que otro plato con huevos y tostadas para los extranjeros.

Si, su humor era bueno. Algo que no pasaba todos los días.

Bueno, en realidad nunca.

Sin embargo esa mañana se había levantado relativamente bien, una sonrisa en su rostro y ninguna preocupación.

Por eso decidió ordenar un poco la sala y ahora estaba haciendo el desayuno para los veinte animales que habitaban en esa casa.

Aun con su sonrisa, Dongyoung decidió ponerse el delantal que le habían regalado a Taeyong hace un año por día de las madres que decía Omma #1, solo por molestar. Sin embargo iba perfecto para la ocasión. Ato un pequeño pañuelo a su cabeza y se recosto en la mesada, esperando a que la manada de animales que tenía de amigos bajara.

Luego de un par de minutos en donde solo tomaba su cafe, sintio pasos por las escaleras y una que otra voz.

Sonrio, esperando.

El primero en entrar a la cocina fue Yukhei, un adorable moño adornando la parte de su flequillo. Este venia con un Jungwoo en su espalda, aun algo adormilado.

Sonrio en grande cuando estos miraron en su dirección, haciéndoles carcajear.


-Aww. -Exclamó el mas alto, dejando al rubio en una de las sillas cerca de la mesa. Una sonrisa grande en sus labios. -Este si es un lindo buenos días, hyung.

Dongyoung no hizo mas que agrandar su sonrísa, haciendo al chino sonreir aun mas.

-¿Por que el buen humor, Dongyoung hyung?. -Pregunto el rubio, algo divertido y enternecido por la vista del pelinegro como toda una madre en la mañana. -Te vez diferente, felíz.

Y lo estaba, no había razón. Pero estaba feliz.

Ambos chicos agradecieron al tener su desayuno en frente y tomaron un poco de café. Bueno, Lucas tomo chocolate.

-No se que te pasa hoy. -Yukhei hablo, aun con la boca llena, ganándose un codazo del rubio. Tragó, antes de seguir hablando. -Pero debo admitir que me gusta.

Así fueron llegando uno a uno la mayoría de los miembros de la casa. Johnny fue el mas escandaloso al verlo.

-¡Te ves tan adorableeee!. -Chillo. -El pañuelo le da el toque. -Le dijo al separarse, haciendo una señal de aceptación y dándole un guiño.

El solo río y le sirvió su plato de tostadas y su taza de café, sacándole un dramático jadeo al estadounidense.

-¡Y me preparaste el desayuno!. -Exclamó, feliz y agradecido con el pelinegro. -Me recuerdas a mamá cuando iba a la escuela.

Si, Dongyoung se sentía feliz, y ahora más al haber hecho sonreir a Johnny.

El estadounidense era una ternura en la mañana, y Dongyoung ahora podía confirmarlo.

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