CAPITULO 16

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KARA'S POV

La emperatriz del mal era una chica sumamente bonita, esos ojos verdes y fríos que me hacían miles de promesas de tortura si hacia algo mal, de alguna manera me encantaban... de hecho, toda ella me encantaba ¿por qué era así?

Desde que me ordenó pasar tiempo con ella me sentía muy feliz, me sentía plena a su lado, aunque ella se empeñara en conservar sus distancias conmigo, como si yo fuera portadora de algún virus asesino... solo me quedaba mirarla de lejos... aunque de lejos solo veía una mancha blanca

- ¿Qué tanto me miras? – pregunta sin apartar la vista de lo que sea que lee

- mmm, pues no es que pueda verte mucho desde aquí – respondí – habla conmigo ¿si? Estoy aburrida

- no quiero... -

- entonces... ¿puedo irme? Estoy segura que Alex o la señora Eliza tienen algo divertido para mí – me levanté del suelo, sacudiendo de mi ropa el polvo que no había

- no, no te irás –

- pero... -

- no vas a irte –

- está bien – volví a tirarme al suelo, la emperatriz del mal era muy mala...


LENA'S POV

Tenerla cerca de mi hacía que aquella nebulosa que tenía en mi mente se disipara, me proveía tranquilidad, y me ayudaba a pensar claramente ¿Qué tenía?, no lo sabía... y eso me frustraba demasiado, la deidad del lago no vino cuando la llamé, al parecer no tenía nada que pudiera intercambiar por su valioso conocimiento, así que solo me quedaba esperar a que Iri volviera, si es que lo hacía

- y dime Kara... ¿Qué hacías antes de llegar a mi reino? – pregunté, había buscado la manera de sacarle respuestas, pero me era imposible, la miré fijamente, ella tocó su barbilla en gesto pensativo, me dedico su clara mirada y ladeó su cabeza

- me limitaba a seguir existiendo – respondió ¡no era nada!

- entiendo, pero a que te dedicabas... donde vivías... -

- bueno, era tendera, y vivía en una humilde casa – eso podía ser cualquier pueblo...

- ¿Cómo conociste a Iri? –

- la conocí en su cama... yo estaba desnuda, y ella me observaba... - ¿Qué?

- ¿Qué estás diciendo? – pregunté

- pues eso mismo... y ese mismo día te conocí a ti... bueno, no te podía ver muy bien, pero tu llegaste ¡y quisiste hacerme barbacoa! – dijo

- fue tu culpa... - dije

- está bien, te perdono – se desplayó por el suelo, de verdad parecía un cachorro, clamando atención

- ¿Qué tú me perdonas? ¡yo te perdono a ti! –

- ¿yo? ¿pero que hice? – ella se levantó rápidamente y corrió hacia mí – dios, eres muy guapa... - los colores se me subieron al rostro por tal declaración - ¡pero no lo digo con mala intención!, es solo que... jamás he visto a una mujer tan bonita como tú... eres mucho más bella que las modelos –

- obviamente, los escultores ruegan para que yo pose para ellos –

- estoy segura de que es así – su rostro se acercaba cada vez más al mío

- mi señora – Kara se inmediato se alejó, su rostro parecía confundido, y yo estaba acalorada

- que ocurre, Max –

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