CAPITULO 19

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IRI'S POV

Después de nuestra aventura por el castillo, quise dedicarme a recuperar mis recuerdos, era obvio que mi vida no había trascurrido en este castillo, entonces ¿Quién era? ¿A dónde pertenecía? ¿Dónde estaba toda mi gente? El recuerdo del Beryl entrando en mi sistema era desagradable...

Con los materiales que tenía a la mano fabriqué miles de pociones reparadoras, sin efecto alguno, las bebí todas, sin ningún efecto, salvo el de fuertes dolores estomacales y sensaciones de incomodidad

- hola cariño, te he traído el almuerzo – Eliza entraba a mi habitación - ¿te encuentras bien? – me preguntó, yo la miré, asintiendo en silencio, y luego volviendo a mi labor

Solo me levantaba de mi silla cuando era necesario, luego regresaba para seguir leyendo, buscaba desesperadamente algún registro importante, algo que me ayudara a encontrar una respuesta

- estás asustando a tu gente – una suave voz habló desde la penumbra de mi habitación

- no tengo tratos pendientes contigo, ni te he llamado ¿Qué haces aquí? – me levanté para encararla, se veía hermosa con aquella toga blanca apenas tapando su cuerpo desnudo

- me he enterado por ahí que no has salido de tu alcoba, ni has comido muy bien ¿puedo saber el motivo? – se acercó a mí, tocando mi rostro suavemente

- he encontrado un cuarto tapizado de Beryl, quiero saber quién soy realmente... donde está mi gente ¿puedes decírmelo? Puedo darte lo que quieras a cambio – me aferré a su mano, ella desvió su mirada, luego cerró sus ojos y negó

- lo siento, pero esta vez no podré ayudarte – intentó retroceder, pero se lo impedí, apretándola contra mi cuerpo, un suave jadeo salió de su boca

- ¿no puedes? O no quieres – pregunté

- no puedo hacerlo... -

- ¿Qué te lo impide? – di una lamida a su cuello expuesto, ella se estremeció entre mis brazos – eres una deidad –

- tenemos reglas que cumplir... si rompo las reglas... -

- si rompes las reglas... ¿Qué ocurrirá? – deshice el cinto de su toga, esta cayó al suelo lentamente

- una tragedia – dijo en medio de un suspiro, me separé un poco para mirarla, su rostro, su cuerpo... su mirada... todo se me hacía tan familiar, de dejándome llevar de nuevo por lo que la mujer frente a mí me hacía sentir, me acerqué de nuevo para besarla

Nos besamos como si necesitáramos fundirnos, devorarnos...

La llevé hasta mi cama, recostándola y cubriendo su cuerpo con el mío, ella me miraba desde su posición de una manera tan extraña que me excitaba y me llenaba de añoranza al mismo tiempo, me hice espacio entre sus piernas y sus brazos se cerraron tras mi espalda, envolviéndome en un abrazo... mi boca volvió a aterrizar sobre la suya, propinándole un beso caliente y húmedo, la temperatura empezaba a ascender rápidamente, mi piel podía sentirlo

Mi ropa desapareció ante su toque de magia, tocando las líneas musculares de mi espalda y haciendo que mi cuerpo se estremeciera de pies a cabeza, enloqueciéndome de forma animal... saborearla podría esperar, la ternura podía esperar, ahora solo deseaba hacerla mía, quería escucharla gritar, estremecerse debajo de mi cuerpo, me incorporé, tomando una de sus piernas, colocándola sobre mi muslo de tal manera que nuestros húmedos centros se encontraran, siseé ante tal contacto, y escuché un gemido de su parte, la miré, encontrando sus hermosos iris con pupilas dilatadas mirándome solamente a mí , invitándome a perderme en su placer, di la primer embestida, enviando deliciosos espasmos de placer por todo mi cuerpo, ella gimió de nueva cuenta, seguí mirándola mientras la velocidad de mis movimientos aumentaba, sus caderas también se movían a ritmo arrebatador acompañándome en mi danza de pasión... me enderecé para moverme más rápido, la habitación se iluminó, fuego blanco y azul se dispersaba por todos lados, emulando un incendio, mi cuerpo estaba caliente y me sentía al borde de mi clímax, ella gritaba desesperada, moviendo sus caderas a la par de las mías, estiró su brazo para tomarme por la nuca y acercarme a ella, un beso repleto de gemidos dio lugar, me agarré a las sabanas al sentir todos mis músculos contraerse, me moví rápidamente, hasta que la escuché a ella dar un largo y profundo gemido...

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