CAPITULO 25

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SAM'S POV

Volví a mi habitación con más preguntas que respuestas, cerré la puerta y me desvanecí hasta quedar sentada en el suelo


FLASHBACK

- ¿Qué tienes que decir? – me acerqué, ella retrocedió de nuevo

- no... no sé de qué me hablas – dijo

- estoy segura de que si lo sabes ¿creíste que borrando mis memorias tendrías todo más fácil? ¿le hiciste los mismo a mamá? –

- ¡no!... yo no quería que las cosas pasaran así... -

- te exijo que me digas lo que pasó, es lo mínimo que puedes hacer... - estaba dolida

- no puedo hacerlo... -

- muy bien, entonces quiero saber cómo puedo ayudar a mi madre, puedes tomar lo que quieras de mi a cambio de ese conocimiento... -

- Samantha... -

- ¡hazlo!, dime como ayudar a mi madre... ella es lo único que me queda en la vida –

- hija... yo... -

- no soy tu hija, dime de una vez lo que necesito saber, toma lo que quieras...-

- no hay nada que puedas hacer... - dijo – no te corresponde esa parte de la profecía... -

- ¿de qué hablas? ¿Cuál profecía? –

- si en algo quieres contribuir, entonces debes lograr que la foránea y la reina se acerquen, ese es el primer paso... -

- no entiendo como ayudaré a mi madre con eso... -

- deben romper la maldición que aqueja a la reina... y luego sacar a Agramainio de este mundo... -

- mi madre... ¿regresará? –

- no lo sé, pero entre más tiempo pase bajo el dominio de los necrófagos, más difícil será recuperarla –

- tienes el poder de ayudarla ¿Por qué no lo haces? –

- me han limitado, no tengo el poder suficiente... lo siento Samantha... - desapareció entre la niebla

FIN FLASHBACK


- Que se supone debo hacer... -

Me levanté y me encaminé a la cama, no sabía por dónde empezar...

- ¡mamá! ¡mamá! – Iri estaba sentada en su trono observando a mi versión pequeña son una sonrisa en su rostro

- ¿Qué aventuras tienes para contarme? – preguntó

- Mon El me ha defendido de los niños que me llamaron monstruo ¡él es genial! –

- Mon El es un buen niño y te quiere mucho – el niño venía caminando, tenía rapones en la cara y las ropas sucias – ven aquí campeón – Iri extendió su mano y él se acercó, empezó a llorar desconsolado – eres nuestro héroe – Iri sanó todas las heridas el niño

- gracias tía –

- gracias a ti, mocoso, ahora vayan a jugar –

Ambos niños corrieron de nuevo fuera del sitio

Desperté por el dolor en mi cuerpo, grité desesperada por la sensación

- ¡ENVÍEN SOLDADOS! – escuché que alguien gritaba, me levanté de la cama y salí de la alcoba

LA OPORTUNIDADDonde viven las historias. Descúbrelo ahora