CAPITULO 38

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LENA'S POV

Desperté en un sitio horrible, digno de mis pesadillas...

- ¿hola? – dije, pero solo el silencio me recibió, una fuerte ventisca, cerré mis ojos para protegerlos

En cuanto los abrí, reconocí el lugar de manera inmediata, me senté en la cama para explorar todo, quise levantarme, pero me caí de la cama, era demasiado alta

- ¿Qué está...? – miré mis manos y eran muy pequeñas, escuché un par de toques en la puerta y de inmediato se abrió

- qué bueno que estés despierta – mi madre me miraba

- ¿mamá? – no entendía nada

- ¿Quién más? – me preguntó – debes ducharte, hay alguien a quien debo presentarte -

- está bien – sin replicar hice lo que me pidió, me duché y vestí, ella me esperaba, en cuanto terminé, tomó mi mano y ambas salimos de mi habitación

Bajamos las escaleras hasta llegar al salón del trono, miré con atención los pequeños detalles, las paredes, las estatuas

- quiero que conozcas a Iri, a partir de hoy será tu mentora – de inmediato dirigí mi mirada hacia donde mi madre señalaba, y ahí estaba, Iri me observaba, su mirada no tenía una pizca de brillo

- gusto en conocerte, pequeña... - me hincó reverenciándose ante mi

El tiempo cambió en un parpadeo, ahora me encontraba sentada en el jardín, a mi lado estaba Alex, e Iri nos miraba

- el desempeño de hoy fue muy bueno, ambas han mejorado mucho ¿verdad Mon El? –

- así es, mi señora – él nos miraba, sonriendo... en verdad no había cambiado nada

- oh pobre alma desafortunada... - escuché una voz siniestra, miré para todos lados intentando encontrar a mi interlocutor

- ¿pasa algo? – Alex tomó mi mano, su rostro se veía preocupado

- no... no es nada –

Pasé la tarde junto a ellos, nos divertimos mucho, Mon El nos catapultaba por los aires e Iri se encargaba de recibirnos cuando caíamos

Me fui a la cama completamente cansada

- ten buena noche – Iri me dio un beso en la frente y salió de la habitación

El sueño me invadió y no pude evitar cerrar mis ojos

Un profundo dolor me despertó, abrí mis ojos en completo pánico

- niña estúpida... - escuché la voz rasposa y furibunda de mi padre, me removí inquieta, pero mis ganas de escapar fueron contenidas por grilletes

- no... por favor –

- tranquila, todo esto es por mi bien – colocó una barra al rojo vivo sobre mis costillas, grité tan fuerte que mi garganta se irritó, sentí el sabor de la sangre en mi boca

- ¡AYUDA! – grité mientras lloraba, me retorcía en aquella tabla y podía oler como mi carne se rostizaba

- nadie vendrá a salvarte, mi pequeña Lena – sentí sus callosas manos retirar mis lágrimas bruscamente

Retiró los grilletes que me aprisionaban y me empujó, caí al suelo pesadamente ¿Qué edad tendría ahora?

- eres imperfecta, necesito moldearte – se acercó a mí, tomó mi cabello y lo jaló, tuve que levantarme o me arrancaría el cuero cabelludo – tienes sus preciosos ojos – su sonrisa me daba mucho miedo y el temblor de mi cuerpo era incontrolable – mi pequeña Lena, no temas... seremos los reyes del mundo, engendraremos hijos realmente poderosos – las náuseas se abrieron paso por mi garganta – quiero lo mejor para nosotros, tú debes ser perfecta, lo entenderás y me lo agradecerás – me soltó y me dio un fuerte golpe en el abdomen, de inmediato me doble por el dolor y caí al suelo, sentí sus potentes patadas anclarse a mis costillas y piernas

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