Capítulo 1

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Lee Hyukjae era un joven aristócrata, hijo de Sooman, un influyente político y empresario del siglo XVIII. Poseían gran participación en el mercado de la agricultura. El palacio donde residía su padre contaba con más de 20 habitaciones, un área independiente para sus empleados, varios salones de baile, salones para el té, entre otras estancias amplias.

Su padre contaba con varias sirvientas, que atendían a sus invitados, y cumplían con todos sus caprichos, luego estaban los trabajadores que se encargaban de la cosecha, administración y distribución de esta, por último, estaban los esclavos que su padre mantenía, los cuales en su mayoría, se encontraban en dicha situación con contraer deudas con Sooman y no pagarlas a tiempo.

Lee Hyukjae tenía 17 años, pero para la sociedad era la viva imagen de su padre. Hyukjae era un hombre serio, conocedor de arte, negocios y política, dotado con un gran talento musical, era el hijo perfecto para aquel hombre.

Al cumplir los 15 años, Hyukjae había solicitado a su padre poseer su propia casa, a modo de práctica para manejar luego el palacio Lee, Sooman, quien se opuso en primera instancia, mandó a construir a un kilómetro de distancia una casa con 10 habitaciones, un gran salón de baile y varios salones menores. Lee Hyukjae en apenas 3 meses había logrado llevar en completo orden la casa obsequiada, contratando un total de 8 sirvientes, quienes mantenían el aseo de aquel lugar.

A espaldas de su padre, Hyukjae era una persona completamente diferente, era atento y empático con quienes trabajaban con él, sus sirvientes no tenían ningún tipo de necesidad, y los esclavos que estaban a su disposición, podían contar con los mismos derechos que los hombres libres, siempre que mantuvieran el secreto.

- Joven Hyukjae - comentó Leeteuk, quien era su mejor amigo y estaba a cargo de la casa de Sooman - su padre le solicita en el palacio.

Hyukjae dejó la taza de café en una pequeña mesa y sonrió a su amigo.

- Ya te he dicho que no debes llamarme ni hablarme así en esta casa, deja eso para el palacio amigo. ¿Quieres tomar algo?

- Hyuk - lloriqueó Leeteuk - tu padre me dijo que te llevara en un par de horas, pero no puedes esperar.

- Me asustas, Leeteuk - Hyuk se puso de pie inmediatamente - ¿Qué ocurre?.

- Llegaron esclavos nuevos.

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Ambos amigos galopaban a gran velocidad de vuelta al palacio, los dos sabían lo que aquello significaba, su padre se entretendría con los nuevos esclavos. Todos los esclavos llevaban marcado a fuego en el pecho el apellido Lee. Su padre inmediatamente el primer día, cuando cruzaban la entrada, obligaba a los esclavos antiguos a marcarles en el centro del pecho.

Hyukjae vió aquello al cumplir los 11 años, luego de la muerte de su madre, aún recordaba los gritos de aquellos esclavos, el sonido de la piel al contacto con el fierro caliente y el olor de la carne. Desde aquel momento perdió todo respeto por su padre, pero mientras no tuviese 18 años no podía hacer nada, más que tratar de ayudarles a escondidas.

- Son 4 en total - gritó Leeteuk mientras continuaban galopando - 3 son mujeres entregadas por sus esposos como medio de pago y hay un joven, creo que es menor que tú, su padre también lo entregó.

- Espero logremos llegar a tiempo - gritó Hyuk de vuelta.

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Al entrar en el palacio, se oían gritos y lamentos, algunos provenían desde la cocina y otros del gran salón. Mientras continuaban avanzando, Hyukjae controló su expresión facial, debía ser cómo su padre en este momento, olvidar todo lo que le enseñó su madre, y ser un hombre frío, cruel y castigador.

- Iré a la cocina - Leeteuk miró con lágrimas en los ojos a Hyuk - consolaré a quien esté, trataré de curarle, no te preocupes. Haz tu parte Hyukkie.

Hyukjae solamente asintió con la cabeza y retomó su camino al gran salón, al estar frente a la puerta, miró hacia atrás, Leeteuk abrazaba a Kyukyun un esclavo, y gran amigo de ambos. Se armó de valor e ingresó al salón sin tocar, haciendo un ruido estruendoso al abrir ambas puertas.

Pudo observar a su padre, con las manos manchadas de sangre, sosteniendo el bastón el cual también estaba manchado de sangre. Había una mujer en el suelo, con la espalda descubierta y con claras marcas de los golpes recibidos, algunas de ellas sangraban, las otras mujeres se encontraban tratando de ocultarse detrás de un joven, el cual tenía la mirada perdida en el suelo, sus mejillas se encontraban rojas por los golpes recibidos, su labio estaba partido y salía sangre de su nariz.

 - ¡Ayudame! - pidió la mujer que se encontraba tirada en el suelo.

Hyukjae mostró una sonrisa cruel a ella y a su padre. Este le devolvió igual una sonrisa de satisfacción. 

- No creí que comenzaría sin mi, padre - dijo Hyuk mientras se acercaba a su padre y le tendía un pañuelo - oí por ahí que no deseaba que viniera hasta dentro de unas horas, ¿Es que acaso ya no desea compartir conmigo?

- Creo que deberé castigar a Leeteuk hijo - Dijo Sooman mientras se limpiaba las manos con el pañuelo - le dije que no te avisara aún.

- Un par de golpes siempre sacan la información necesaria - comentó Hyuk - fue usted quién me lo enseñó. Debería felicitar a Leeteuk, aguantó varios golpes directo a su estómago.

- Ese es un buen muchacho, hijo - la sonrisa de Sooman se hizo aún más grande - sabía que él no me fallaría.

- Aún así, comenzó antes que yo, e propongo algo - Sooman puso toda la atención en su hijo - Deme 5 minutos con estas escorias, que sepan lo que pasarán conmigo, y que luego elijan quien terminará el trabajo, ¿Le parece un buen trato?.

Sabía que había criado a un guerrero, iré a lavarme,mientras juegas. Solo 5 minutos Lee Hyukjae. 

El aristócrata [Eunhae +18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora