Capítulo 6

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Aquellos primeros días habían sido bastante relajados, Hae había compartido con la mayoría de los esclavos, y ya conocía las tareas que se debían realizar en la casa de Hyukjae. Limpiar, ordenar, y limpiar más, aquella casa contaba con camas para más de 30 personas. Los esclavos que trabajaban en el palacio se turnaban para "descansar" en la casa de Hyukjae, ahí podían dormir tranquilos y recuperarse si habían sido agredidos por el amo Sooman. Mamá se encargaba de dirigir todo, era cocinera y curandera. Ella bromeaba con ser una bruja de pócimas, pues podía curar cualquier malestar a base de hierbas.

El amo Sooman debía volver durante la tarde, por lo que los esclavos habían ido a trabajar en el palacio, todos se habían tomado una especie de "vacaciones", por lo que durante su ausencia todos habían descansado bastante, ahora debían limpiar a fondo cada rincón del palacio.

Leeteuk había llegado temprano en la mañana y les había informado que todos debían ir a ayudar a limpiar, todos habían descansado y ahora todos debían cooperar. Cuando se subieron a aquella carreta tirada por caballos, Hae se vió rodeado de esclavos, todos vestían ropa que seguramente era más vieja que él, lo que llamó su atención, se acercó a Ryeowook y le susurró.

- ¿Por qué hoy vestimos así?

- Hoy llega el monstruo del palacio, si nos vé, debe ver que somos miserables - comentó Ryeowook - en el palacio debes actuar como un verdadero esclavo, Hae. No mires jamás al rostro de nadie, ni siquiera los sirvientes, obedece siempre, llama amo y señor a quien esté. Y recuerda Hae, los perros del amo Sooman son más valiosos que nuestras vidas.

- ¿Qué hace con los perros? - preguntó Hae

- Nos amenaza con ellos, pero tranquilo, los perros son criados por un esclavo que antes se dedicaba a ello. Los perros ladran y gruñen, pero nunca han lastimado a un esclavo. Te llevaré a conocerlos para que no les temas.

Hae se mantuvo en silencio el resto del camino, el ambiente era agradable, la mayoría de los esclavos conversaba y reía, puesto que habían dormido bien durante dos noches. Aquellos que tenían hijos habían compartido, se habían relajado y jugado con ellos. A excepción del aseo de ambas casas el resto de las actividades, como la cosecha se habían realizado. Todos trabajaron durante la mañana, y se habían relajado durante la tarde. Algunos esclavos habían realizado un picnic con pasteles que un esclavo había realizado y habían bebido té con hierbas que "curan el alma y el cuerpo" según le había explicado mamá.

Al llegar al palacio, Ryeowook le explicó a Leeteuk que llevaría a Hae a conocer a los perros, a los que este les pidió que se encargarán de limpiar esa área ya que estarían ahí.

Hae al terminar las tareas, ya habia perdido el miedo a los perros, jugaron un rato y les dió de comer. Entraron junto a Kyukyun y se dirigieron a la cocina a por algo de beber, tomaron un vaso de agua y Leeteuk llamó a Donghae.

- Donghae - comenzó Teuk - ¿puedes llevarle aquella bandeja con café a Hyuk? está en su despacho. Por el pasillo, tercera puerta a la izquierda. Kyu, necesito que me ayudes.

Donghae tomó la bandeja y se dirigió al despacho del amo Hyukjae. Al llegar la puerta estaba junta, pero aún así tocó dos veces y esperó a que le dejaran entrar. Hyukjae se encontraba sentado detrás de un gran escritorio, mientras revisaba unos documentos.

- Gracias por traer mi café, Donghae - dijo Hyuk mientras le dedicaba una sonrisa - por favor, sientate.

Hae con algo de temor, dejó la bandeja frente a Hyukjae y se sentó en la silla más proxima a él. No sabía que debía hacer o decir, así que espero a que su amo comenzara.

- ¿Cómo estas? - preguntó Hyuk mientras se concentraba en Hae.

- Muy bien.... amo

- Por favor, Donghae, no me llames así - respondió Hyukjae - llamame Hyuk al igual que el resto. Mientras no esté mi padre, claramente.

- Sí, señor

Hyukjae se rió sinceramente, sirvió dos tasas de café y le ofreció una a Hae.

- Mira, esta pequeña alcancía de madera será tuya, sólo tú tendrás la llave. Se supone que los esclavos no reciben pagos por sus trabajos, pero yo no creo en ello. Cada fin de mes, Leeteuk se encarga de realizar los pagos de mis trabajadores, así que él se encargará de ello. La verdad es que ahora, no puedes hacer mucho con ello, pero si tienes alguien afuera de aquí a quien quieras ayudar, estoy dispuesto a enviar las cartas a escondidas de mi padre. ¿Deseas que haga eso por tí?

- La verdad.. - titubeo Hae - me gustaría ayudar a mi madre con ese dinero, pero no se dónde se encuentra, o si sigue con vida.

- ¿Qué paso? - preguntó Hyuk.

Hae le relató los últimos momentos que había vivido antes de salir, esperaba que su madre se hubiese separado de su padre, pero temía que ella se hubiese suicidado.

- No puedo arriesgarme a dejarte salir, alguien podría verte y todos terminaríamos en peligro... - Hyukjae guardó silencio unos momentos y luego continuó - si gustas, puedo enviar a alguno de los sirvientes a que averigue que pasó con tu madre.

- ¿De verdad haría eso por mi? - preguntó Hae esperanzado

- Sí, Donghae. Haré eso por ti, y todo lo que esté a mi alcance para ayudarte, si necesitas algo más, no dudes en decirme. Bueno, si no sientes confianza en decirme a mi, siempre puedes decirle a Leeteuk o Kyukyun, incluso a mamá.

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Algunos días luego de aquella charla Hyukjae llamó a su despacho a Donghae. Este sentía miedo de que podía haber ocurrido para que el amo lo llamara. Aquellos días habían sido diferentes, el monstruo del palacio había llegado y la actitud de todos se había ensombresido. Por lo que Hae había escuchado, el amo Sooman andaba de buen humor y no había querido "jugar" con ninguno de los esclavos.

- Con permiso - dijo Hae mientras entraba al despacho de Hyuk y cerraba la puerta detrás de él.

- Donghae, llegó hace unas horas el sirviente que fue a tu casa, trajo una carta que tu madre dejó con una vecina para ti.

Hyukjae le entregó un sobre cerrado a Hae, este sostuvo la carta con cierto miedo de lo que pudiese contener, su nombre estaba escrito con la letra de su madre.

"Querido Donghae: Lamento no haber sido lo suficientemente fuerte para protegerte de tu padre, me culparé por ello siempre, debí sacarte de ahí en cuanto le despidieron a causa de su alcoholismo. Espero estés bien, no te preocupes, me iré un tiempo, y en cuanto tenga el dinero que tu padre pidió prestado a la familia Lee, iré a buscarte. Por favor, resiste hasta entonces. Con cariño, mamá".

Donghae sentía las lágrimas que corrían por sus mejillas, ella no se había suicidado, había dejado a su padre, iba a trabajar y a sacarlo de ahí.

- ¿Está todo bien? - preguntó Hyuk

- Si...¡Sí! - gritó Hae mientras saltaba en el sitio - ella lo dejó y estará trabajando, no me escribió dónde estará, pero cuando reuna el dinero que le debe al señor Sooman, vendrá por mi.

- Me alegro que ella esté bien, pequeño - respondió Hyuk con entusiasmo - me gusta verte feliz.

- Estoy tan feliz que podría besarlo - Hae gritó, y luego sintió sus mejillas enrojecer al igual que las de Hyuk. 

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Aquí comienza lo bueno! Besitos!

El aristócrata [Eunhae +18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora