XVIII

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Después de una eternidad, por fin traigo la actualización. Para todas aquellas personas que han estado esperando que continué la historia, espero que el capítulo este a la altura de sus expectativas. Sin embargo, es mi deber advertirles del bloqueo parcial con el que aún estoy luchando por lo que la narración puede no estar muy pulida ni tener la fluidez de antes. También puedo estar incurriendo en un poco de Ooc

Pero espero que el capítulo les haga pasar un buen rato. ¡Gracias por leer!

Realmente era curioso observar el paso del tiempo

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Realmente era curioso observar el paso del tiempo. Si bien, este se detuvo para los humanos, todo lo que había a su alrededor seguía el curso natural de la vida. Las estaciones nunca se alteraron. El invierno siempre le daba paso a la primavera, la primavera al verano, el verano al otoño y el otoño al invierno. Y, en la madriguera, eso solo fue realmente notado cuando los más pequeños del lugar dejaron de ser esos críos que, correteando, llenaban de risas el lugar. Su primavera había pasado para darle pie a ese verano en el que el corazón comenzaba a aletear ante los síntomas del primer amor que, disfrazado de rabietas y malos entendidos, sacudía su pequeño mundo y lo llenaba de colores pastel.

O eso es lo que le parecía al pequeño Nishinoya que, frustrado, no dejaba de golpear una pequeña piedra en un claro acto de indecisión al no saber si dejar que siguiera rodando por su camino o, en definitiva, pasar de ella. Por supuesto, cómo si las cosas fueran así de sencillas. Porque el problema no era la piedra, sino lo que él quería hacer con ella. Bufó, hastiado con su indecisión, pateó con fuerza la insulsa roca. ¡Que sea lo que tenga que ser! Sin embargo, el pequeño objeto inanimado, en lugar de alejarse, pegó en un árbol cercano, rebotó y lo golpeó en la cabeza. ¡Ah, que mierda de suerte tengo! Pensó, llevándose la mano a la frente. A causa del dolor, los ojos se le llenaron de lágrimas. ¡Que frustración sentía al estar enamorado!

—Hey, tranquilo. —Y escuchar esa voz logró que el corazón olvidará su trabajo y después emprendiera una carrera contrarreloj. Levantó el rostro. Los rastros de lágrimas (secuela del golpe) y los rayos del sol le impidieron verlo con claridad. Él se arrodilló a su lado y ahí estaba, ese afable gesto que, de un tiempo para acá, no hacía otra cosa más que sacudir su mundo. ¡Hombre, no seas tan amable, que no podré evitar enamorarme más!

—Estoy bien. —Aseguró al ponerse en pie y sacudir el polvo de su quimono. Sin dedicarle una segunda mirada (porque su corazón no lo resistiría), siguió su camino. No pasaron más de cinco segundos cuando Asahi acomodó su paso al suyo. Trató de permanecer en calma, pero al tenerlo ahí tan cerca, tan... a su alcance, no pudo evitar explotar. —¡¿Por qué demonios me estás siguiendo?!

Se detuvo y lo miró de mala manera. ¡Ni siquiera él se entendía! Sabía que estaba mal gritarle y ocasionar esa tristeza en él. ¡Por dios, después de un inicio con tantos tropiezos, por fin, ellos se habían hecho tan amigos! Y ahora Nishinoya sabía que lo estaba echando todo a perder. ¡Pero no sé qué hacer! Ya ni siquiera podía estar cerca de él. No sin sentir que me quemó. No sin saber que se me saldrá el corazón del pecho. No sin sentir que mis dedos cosquillean por las ansias que tengo de tomarte de la mano. No... sin sentir que se me rompe el corazón en mil pedazos porque, al parecer, tú te has enamorado de alguien más...

Entre la vida y la muerte [Haikyuu!!] [BokuAka]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora