XIII

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Hermosos búhos, gracias por seguir aquí :D Este capítulo es algo revelador por lo que la continuación será más larga (espero xD) así que probablemente tarde más en traer la actualización. Paciencia :D

Si hay nuevos lectores, sean bienvenidos :3 y, a los que tienen tiempo siguiendo la historia, ya saben, tienen un lugar especial en mi corazón.

Sin más vandalizaciones a su lectura, disfruten :3



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Desde la propuesta y su aceptación, Daichi no podía quitar esa boba y contagiosa sonrisa de su rostro. Sin embargo, aún había algo que lo preocupaba. Si bien, se arriesgó a proponer la boda aún no tenía la mínima idea de como debían celebrarla. ¿Qué clase de ceremonia tendrían? ¿Quién la oficiaría? Suspiró y se encaminó a casa de los kitsunes. No es que fueran a ayudarlo de buena gana pero si Akaashi se los pedía estaba seguro que lo harían. Y ese día, esa mañana, el azabache en cuestión estaría en la cabaña de los dos zorros. Así que...



Tocó la puerta. Esperó. Adentro se escuchaba un interesante barullo. ¿Shirabu-san estaría tratando de golpear a Bokuto? Sonrió. Si hace un par de meses alguno de los locos miembros de su familia le hubiera dicho que terminarían siendo amigos de los zorros del lugar, se habría reído. Hace meses no concebía que estos seres fueran tan... humanos. La puerta se abrió. Salió corriendo Bokuto y se escondió detrás de él.



—¡Daichi, salvame! ¡Shirabu me quiere matar! —Gritó y movió los brazos de un lado a otro.



—Bokuto-san, eso es imposible. Ya nadie muere. —Comentó tranquilamente Akaashi al salir detrás de él. —Buenos días, Sawamura-san. —Musitó e hizo una pequeña reverencia.



—¡Vuelve aquí estúpido búho! —Gritó furioso el kitsune. Se asomó por la puerta y su sonrisa se ensanchó. ¿Cómo pretendía verse amenazante si estaba rodeado de niños? Nadie negaría que el demonio zorro era mortífero pero cuando estaba acompañado por los más pequeños del lugar, su severo rostro se suavizaba un poco. Era en ese momento de vulnerabilidad en el que olvidabas que te encontrabas frente a un ser sobrenatural y al cual te podías dar el lujo de molestar.



Cosa que Bokuto comenzó a hacer desde que acompañaba a Akaashi a pernoctar ahí. Entre esos cuatro se estableció una rara familiaridad. Una que divertía y contrariaba a los otros por igual. Esos episodios (en los que Shirabu perseguía por todo el lugar a Bokuto) ya eran bastante normales. Tenían un agradable sabor a familiaridad.

Entre la vida y la muerte [Haikyuu!!] [BokuAka]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora