Hermosos búhos, casi no la termino xD pero aquí está. El capítulo esta largo, espero les guste así porque ya irá aumentando el contenido (por lo que las actualizaciones se alargaran más). Espero puedan cogerle cariño a esta pareja, en especial a Shirabu ya que se ha convertido en uno de mis personajes favoritos (aunque no lo parezca). También, amen a Ushijima, creo que en este capítulo se lo merece :3
Probablemente encuentren algunos errorcillos. Disculpen por ello. Así mismo, ¡gracias! ya son un poco más de novecientas visualizaciones :3 mi corazón brinca de alegría ante el apoyo que le han dado a esta historia. La hago con mucho cariño para ustedes :3
También, aquellos que siguen esta locura desde hace tiempo, tienen un lugar especial en mi corazón. Gracias por ser los primeros en darle una oportunidad a estos bellos búhos, cuervos y zorros :3
Y, nuevos lectores, ¡bienvenidos! Su apoyo también es muy importante. A todos les agradezco el tiempo que le dedican a la historia.
No vemos en la próxima actualización :3
Y así empezó ese amor con sabor a clandestinidad. Se convirtieron en ladrones. Hurtaron minutos, horas y días para estar juntos. Porque cada noche transcurría de placentera y utópica manera en los brazos del otro. Se destruían con besos arrebatados, apasionados, tan filosos como puñales, tan ansiados y necesitados como el aire. Y se congratulaban al hacerse trizas. Lo disfrutaban. Se reconstruían con saliva, con significativas caricias, con tiernas y bobas sonrisas. Porque sólo era cuando se encontraban en la intimidad que ambos sonreían. Y para Shirabu no existía nada más bello y brillante que ese gesto que tiraba de los labios de Ushijima hacia arriba. Porque, cuando lo veía sonreír, y sabía que él era la causa de eso, entendía que estaba atado de por vida a él. Porque ese gesto entibiaba tanto su corazón que era inevitable que no se sintiera gravitar hacia él. Porque Ushijima era el sol y Shirabu un girasol que giraría por siempre en torno a él.
Y Shirabu estaba consciente de que eso no era correcto. Depender así de él no era sano. Sin embargo, a pesar de tener la seguridad de que algún día su relación terminaría; y que eso le rompería en mil pedazos el corazón. Se alegraba de que fuera él. Puede ser que esa manera de pensar fuera muy masoquista pero era verdad. Porque no cambiaría ni un segundo de las amenas y amadas tardes al lado del kitsune mayor por mantener intacto su corazón. Porque prefería mil veces sufrir por amor, porque, gracias a Ushijima había experimentado las mieles de que su sentir fuera correspondido con un sentimiento igual o mayor. Porque jamás se arrepentiría de que fuera él quien le rompiera el corazón. Porque no le importaba llorar mares y soportar tormentas si en su memoria permanecían grabadas a fuego esos inolvidables instantes en los que gustoso moría en sus brazos.
Pasaron los meses. Cayeron en una agradable rutina. Cada día se ocupaban de sus templos correspondientes, de los cultivos en los que se les requería y por la noche volvían a ese árbol. Retornaban al lado del otro. Ansiando. Extrañando. Sintiendo el corazón retumbando con fuerza en el pecho, sonrojándose como chiquillos cuando sus dedos se enlazaban. Se miraban y era cuando esos ojos verdes con tonos castaños se clavaban en los suyos, que Shirabu olvidaba todo. Para él se desdibujaba la realidad, para él el mundo dejaba de importar. Regalame a diario esa sonrisa y yo te daré el mundo. Por favor, mirame de esa manera por lo que me quede de vida.
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Entre la vida y la muerte [Haikyuu!!] [BokuAka]
Hayran KurguUniverso Alterno La familia Akaashi ha servido por años a los dioses pero, en un arranque de locura, los humanos maldicen a los dioses y estos deciden darle la espalda a la raza humana. La muerte deja de hacerse presente y la vida sigue su curso. Lo...