XIV [I/II]

417 52 36
                                    

Mis hermosos búhos. Aquí está la actualización (mucho antes de lo que esperaba).  Sé que al principio estarán tan confundidos como Bokuto, no obstante, le pido que lean hasta el final, les prometo que no se arrepentirán. Cuando lleguen al final se darán cuenta de que (como ya dice el título) habrá una segunda parte. Decidí hacerlo así porque estaba muuuy largo (y la otra parte todavía no la termino xD). Además de que este es el capítulo más extenso que hasta ahora he hecho, espero no abrumarlos y que no quedara aburrido.

Gracias por seguir aún aquí. Ya son ochocientas visualizaciones :3 eso me hace muy feliz :D Espero todos se queden hasta el final. Si hay nuevos lectores, ¡sean bienvenidos! Los que llevan tiempo aquí, ya saben, tienen todo mi amor.

Disfruten el capítulo y nos vemos la siguiente semana (espero) con la actualización. También, como dato cultural, la explicación del nacimiento de Inari así como de los kitsunes es enteramente mío. Tomo algunos elementos de la mitología japonesa pero los re-configuro a mi conveniencia (y la de la historia) :D

Si quedo raro, me disculpo, no ando del mejor humor. Ahora sí, después de las múltiples vandalizaciones a su lectura... ¡Disfruten!

La existencia del mundo se remonta mucho antes de la existencia de los humanos

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

La existencia del mundo se remonta mucho antes de la existencia de los humanos. Hubo un tiempo en el que el planeta sólo le pertenecía a los dioses. Los dioses no son diferentes a los mortales, también son capaces de ser seducidos por sus más bajos instintos. También pueden ser egoístas y brutales. Y fue eso lo que les hizo crear a la raza humana. Sólo basto un momento de aburrimiento y la urgencia de sentirse necesitados (adorados) lo que los llevó a crear algo que los pudiera idolatrar.



Fueron los primeros humanos, con su inocencia y sus plegarias a la tierra lo que le dieron vida a la androgina deidad. Inari nació gracias a las suplicas que los hombres le hicieron al campo, a la esperanza que latía en su joven corazón en la espera de una buena cosecha. Su primera aparición fue en el cuerpo de un zorro blanco. Cuando nació, se paseó por el primer campo de cultivo. Correteó a su alrededor persiguiendo una mariposa blanca. A su paso, la tierra que tocaban sus patas florecía. Su candoroso juego le trajo a los hombres la primera cosecha. Lo que, sin darse cuenta, les regalo fue arroz.



El arroz paso a ser un símbolo de su poder y su existencia. Pasaron los años. Los hombres se multiplicaron. Los hombres aprendieron que el zorro blanco debía ser adorado. Comenzaron a dejarle ofrendas en los campos. Después vino la construcción del primer templo. La congregación de las oraciones, de las suplicas y de la adoración le dieron poder. La hicieron acreedora al título de dios. Su cuerpo transmutó. Adquirió la habilidad de intercambiar su forma zorruna por la humana. Esta última fue curiosa. Era alta. Más que el estándar humano. Pero eso no era lo curioso. Lo peculiar fue el tono que adquirió su cabello. Era como una llama ardiente. Su cabello era de un vibrante rojo. Y el color brillaba aún más al contrastar con la blancura de su piel y de su quimono. Sus ojos también eran dos extravagantes rubíes.

Entre la vida y la muerte [Haikyuu!!] [BokuAka]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora