Capítulo 07.

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El rey Surt no actuó como un ser maligno, era serio, pero agradable, aunque su sonrisa abierta era escalofriante. El fuego se veía a través de su lengua y sus ojos eran negros en su totalidad. Era como un volcán con piernas de casi nueve metros de alto.

   —Si quieren conocimiento de mi mundo primero deben ganárselo. Deben mostrar qué tan hábiles son. Uno de ustedes, quien sea más fuerte o siga en pie, se enfrentará a Brooke, mi primogénita.

   Los elfos quedaron con la boca abierta y retrocedieron un paso lento al oírlo hablar, era como si un trueno cayera sobre sus cabezas. Su voz era muy gruesa y autoritaria. 

   —Su Majestad —dijo Eidar confuso—, desconocía la existencia de una primogénita. Creí que no tenía descendencia directa. No nos enseñan demasiado sobre ustedes cuando somos niños —explicó, rascándose la nuca.

   —¿Cómo puede tener una hija si no tiene...? —preguntó Rance en voz muy baja.

   —¿Cómo sabes que no tiene? —susurró Decius cerca de su oído.

   —Hermano, está desnudo en nuestra maldita cara, ¿crees que no me daría cuenta si tiene algo enorme allí abajo? —contestó entre dientes.

   —¡A callar de una vez! —gritó Surtur sin medir la voz— Disculpe, rey Surt, mis amigos no saben de modales. Tal vez su hija deba enseñarles.

   Brooke hizo temblar el suelo cuando entró para dar presencia, era similar a Ritha; otra gigante más con un gran cuerpo, muy alta y de apariencia agresiva. Sin embargo, su cabello era más bonito que el de Ritha.

   Rance se quedó maravillado con Brooke en cuanto la vio entrar, era más hermosa que cualquier dökkálfar y ljósálfar juntas, aunque parecía ser el único que veía su belleza.

   —Será un honor enfrentarme a su hija —habló sin vergüenza, creyéndose el más fuerte—. Ya verán que soy el único que quedará en pie. ¿Debemos pelear entre nosotros?

   —Así es. Me da curiosidad saber cómo pelea una ciega, así que los primeros serán... —Se quedó callado unos momentos—. ¿Me repiten sus nombres? Su rey lo mencionó, pero no lo recuerdo bien.

   Eidar volteó la mirada con incredulidad y suspiró mientras se presentaron de nuevo. Surtur se emocionó por conocer en persona al ser que admiraba y por el cuál fue nombrado. Elentari quiso reírse por los pequeños brincos de emoción que dio.

   —Elentari y Decius serán los primeros en pelear. Si ambos quedan en pie se cambiarán de oponentes hasta que quede solo uno. Suerte a todos.

   Decius era conocido por su técnica de fingir fatiga para luego romper las piernas de los enemigos. Con una expresión aburrida acomodó los mechones de su cabello hacia atrás y el único que quedó rozando su frente era uno gris, su marca de nacimiento. Se concentró en sentir la naturaleza viva a su alrededor y bajo sus pies. 

   El rey gritó la orden para dar inicio a la pelea y Decius se alejó para analizar el terreno, Elentari mantuvo su posición relajada hasta que él dio el primer paso, teletransportándose detrás suyo e intentó golpear su espalda.

   —¡Pensamos igual! —gritó Elentari y se rio.

   Decius se asustó cuando golpeó un clon de luz y la verdadera Elentari pateó sus costillas izquierdas desde atrás. El ambiente perdió calor y se volvió frío; ella exhaló con la boca abierta, liberando neblina en el proceso, para ensuciar el lugar e impedir que su amigo pudiera ver con claridad. Decius hizo aparecer una espada corta de fuego y la enterró en el suelo para no caer, golpeó tres veces con su pie y levantó un círculo de luz alrededor de ambos. Impidió que Elentari pudiera retroceder y alejarse.

AL CAER LA LUNA #PGP2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora