Él mantuvo el silencio, temiendo responderle al Padre de todos y llevarle la contra, esperó más advertencias, pero no llegaron. Todos observaron con los ojos húmedos cuando el dios más poderoso dio un aplauso y el mundo a su alrededor cambió otra vez, dejando atrás el profundo pesar por la muerte de dos dioses y amigos importantes.
—Quiero aprovechar que todos estamos presentes para dar inicio a una reunión rápida. Entiendo que deben tener asuntos que resolver y cuidar cada uno de sus respectivos mundos y seguidores, pero esto no puede quedar así —dijo Odín con la voz rasposa. En cuanto terminó de cambiar el lugar, se sentó en un trono de cristal frente a una larga mesa con más asientos—. Por favor, tomen asiento. Hablaremos de Baldr, los elfos y Loki.
El resto de presentes tomaron lugar en círculo para verse las caras y a la vez, ser completamente visibles para Odín. Los gatos enormes de Freyja descansaron en silencio bajo la mesa, siendo su pelaje una cómoda alfombra para apoyar los pies descalzos de la diosa, y Huginn y Muninn se pararon sobre la puerta abierta de la sala de reuniones.
Él dio un vistazo rápido a la sala, encontrando decoraciones doradas y plateadas, pocas cosas negras, y todo lo demás un blanco tan limpio que casi parecía transparente. La mesa de cristal estaba cubierta por la lana de alguna antigua oveja gigante, teñida con rojo, y la puerta era un enorme imán detenido únicamente por el Mjölnir de Thor.
Odín retiró la capa para dejarla colgada en su trono decorativo y dejó desnudo su torso tonificado, aunque delgado. Su piel estaba llena de cicatrices, runas dibujadas en la zona de la espalda y quemaduras bajo el abdomen. Se rascó la nariz larga y dejó escapar un suspiro agrio, envolviendo la sala con su aliento a hidromiel y jazmín.
—Para poder recuperar a Baldr y lograr que abandone las tierras de Helheim, debo hablar directamente con Hela. ¡Y eso no sería necesario si Loki no hubiera recibido ayuda! —gritó furioso y frunció el ceño— Dado al último acontecimiento, antes de que Loki logre escapar cambiando de forma, ha revelado que durante su estadía en Jotunheim su madre, Laufey, ha protegido a cuatro elfos en su hogar más sagrado. ¡Cuatro elfos! Y más encima, un quinto elfo ha entrado a Asgard sin permiso y sin ser visto por Heimdal, ¡burló toda la seguridad! —añadió con un tono violento.
Freyja, Eir y Frigg se llevaron las manos al pecho, un poco incómodas por el ruido fuerte de Odín; Thor apretó sus manos sobre su regazo, acordándose de Rance. Tyr, Bor y Vidhar hicieron silencio con una expresión tensa mientras que Él solo se llevó las manos al cabello y suspiró, intentando esconder su rostro unos segundos. Luego, devolvió su atención a Odín.
—Thor, di en voz alta lo que sucedió.
—No es un secreto para nadie que he perdido a Mjölnir por unos días y cuando el elfo, Rance, llegó a Asgard se dio cuenta de inmediato que no tenía mi arma. Insistió en ayudarme para encontrarla, más encima fue osado con su forma de dirigirse a mí, exaltandose por comentarios tan banales que hice sobre los enanos, y luego... Bueno, Loki apareció repentinamente. —Las palabras de Thor llamaron la atención de los demás y se sintió cohibido por ser el centro de atención— ¡Insistí en que Loki se vaya! Pero Rance insistió en recibir su ayuda para encontrar a Mjölnir. Es curioso que mi arma estaba con un gigante donde tenían de visitantes a los otros elfos. En cuanto decidí enfrentarme a los jotnar, ellos desaparecieron y vi que Loki los seguía. Los ayudó abriendo un maldito portal fuera de Jotunheim.
—¡Estás mintiendo! —dijo Él e interrumpió a Thor— ¡Svartalfheim fue atacado hace poco por los jotnar! La misma destrucción masiva que le hicieron a Alfheim hace muchos años, se lo hicieron a los dökkalfr y eso costó la vida Eidar, un elfo de luz, hijo de Surtur, elfo de sangre, y de Elentari, una elfo lunar. ¡Fue Loki quien llevó a su ejército de hielo! No colaboran los elfos con los jotnar, Thor. —Él estaba furioso y lo dejó ver— ¡De seguro estabas tan ebrio como siempre y no recuerdas nada de lo que realmente ocurrió!
—¡Silencio! —gritó Odín, obligándolo a sentarse— ¿Acaso estás acusando al hijo de mi esposa de mentiroso, vanir? Dime entonces, ¿por qué hay una conexión entre los elfos y Loki? ¿De verdad pondrías tus manos sobre el fuego de Helheim para defender a tus elfos?
—¡Y todavía más!
—Un momento —dijo Freyja, mirando con seriedad a su hermano vanir—. Conozco a tus elfos casi tan bien como tú. Los elfos oscuros no te pertenecen, sin embargo uno de ellos, Surtur, adoptó legalmente a tu elfo de luz. Eidar, el adoptado, es originalmente hijo de una gigante de hielo. ¡Una abominación nacida de una mala relación entre un elfo tuyo y una jotun! —explicó firme, dejando mal parado a su querido hermano.
—¡Freyja, cierra tu boca! —dijo nervioso.
—¡Explica esto ahora! —dijo Odín, golpeando su regazo con ambas manos.
—Hace tiempo que he dejado Alfheim bajo el mando de Caranthir y no tengo todos los detalles porque he dejado de visitar a los elfos, pero he tenido el tiempo suficiente para saber quiénes son nuevos y quiénes son mezclas sin sentido. Lamentablemente, Eidar fue uno de ellos; sin embargo, su lado élfico se ha mantenido vivo gracias a Elentari y Surtur. ¡No pueden castigar a mis elfos! La conexión que Eidar pudo tener con el mundo jotun ha desaparecido cuando dejó de vivir.
Nervios. Miedo. El señor de los elfos terminó de hablar y sintió su voz quebrándose con las últimas palabras. De haber estado cuidado Alfheim como debía, de haberse preocupado un poco más, muchos de sus elfos estarían vivos y lo más importante: ninguno hubiera pisado Jotunheim nunca. Era tarde. Esa maldita reunión improvisada era la primera consecuencia por su descuido, por haberse convertido en un ciego selectivo que dejó perdidos a sus niños, a sus fieles seguidores que solo necesitaron a su guía en sus peores momentos.
El vanir desvió la mirada con tristeza y miró la lana roja sin saber qué más decir para defenderlos. No había forma de confirmar las palabras de Thor, pero tampoco se podían desmentir porque, gracias a Skírnir, sabía que Loki dio los nombres de cada elfo. Y era verdad. Ellos habían estado allí, sucedieron cosas con ellos como testigos, ¿pero qué más podía hacer por ellos?
—Háblanos de Elentari y Surtur —pidió Vidhar en voz suave, pero su mirada era el vivo reflejo de la venganza.
—Elentari es luz, Máni la resguarda como una de sus hijas y le ha otorgado su poder lunar, entiendo que es su favorita y su pieza más preciada. El amor que Máni siente por Elentari es lo más fuerte que he visto en toda mi vida, la envolvió con su poder y es la nueva luna en Yggdrasil. Será la siguiente Luna en nuestras vidas y su luz guiará a los nueve mundos —contó con la voz temblando—. Sobre Surtur no puedo decir demasiado, no es mío. Hace mucho tiempo los gusanos de la tierra se convirtieron en enanos y elfos oscuros, creando razas diferentes con el tiempo al mezclarse con mis elfos, pero no me pertenece. Su pasado, presente y futuro son inciertos para mí.
—Deberías ser más realista, así como no eres capaz de defender a Surtur deberías hacerlo con Elentari. ¿Por qué hablas de ella como si fuera el centro del Yggdrasil? —preguntó Vidhar, cruzándose de brazos.
—Ella es el amor de Máni —contestó el vanir y jugó con sus propios dedos debido a los nervios—. Él tiene más control sobre ella que yo mismo. La está volviendo una con él.
—¿Y sobre los otros dos? Rance y Decius —dijo Odín, mirándolo detenidamente, buscando alguna señal que indicara algo malo.
—Son los medio hermanos de Eidar —contestó y miró el ojo del dios—. Decius no desarrolló sus propias emociones todavía, ha vivido bajo la influencia de los demás. Puede absorber los sentimientos de otros y cambiarlos de cuerpo, manipula y usa para su beneficio la felicidad o el dolor ajeno. Mas no es malo, es un elfo que aún no encuentra su lugar en el Yggdrasil —murmuró— y Rance...se ha desviado de su camino.
Freyja frunció el ceño al oír las palabras de su hermano y se inclinó sobre sus codos para acercarse un poco más, quería oír atenta. A todos les pareció extraño cómo lo dijo, el tono en su voz fue deprimente y quebradizo.
—Está corrompido por emociones equivocadas —murmuró con los ojos húmedos y apretó su pantalón con enojo—. ¿Rance es quién ha estado contigo y Loki, Thor? ¿Un elfo de cabello naranja?
—¡Sí, ese mismo! —dijo el dios antes de eructar— Naranja, naranja.
El vanir miró a todos lados antes de poner sus manos sobre la mesa y dejó escapar un sollozo.
—Rance se ha perdido del buen camino, de su buen futuro, hace mucho tiempo. La pérdida de su madre afectó sus sentidos y descubrió sentimientos que no debería tener, se enamoró de la elfo equivocada, está cometiendo actos que no están tejidos en su futuro. Pisar Asgard es algo que nunca debió hacer —dijo, limpiándose las lágrimas del ojo derecho—. ¡Pido una oportunidad para mis elfos! Son buenos. Serán buenos.
Odín fue mirando a cada dios hasta relamerse los labios e hizo una mueca de descontento, pero resistió el impulso de ser cruel y decir algo que pudiera afectar su alianza con el mundo vanir. Notó la mirada de Freyja al ver a su hermano tan triste, herido por las acciones de sus niños, y apoyó su mano derecha en la mesa.
—Si tus elfos hacen algo más que pueda afectar a otro dios todos serán reducidos a cenizas —advirtió, antes de levantarse—. Pueden irse.
El vanir fue el último en dejar la mesa y volvió a sollozar con la mirada en los gatos de Freyja. ¿Qué podía hacer para limpiar el nombre de sus elfos?
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AL CAER LA LUNA #PGP2024
FantasiaTe narraré la historia de cinco valientes que buscaron romper la monotonía y desviaron su camino, fueron ignorantes y tuvieron que enfrentarse a la furia de nuestros dioses. No estuvieron preparados para entender los misterios que ocurren fuera de s...