El Final De Todo [+18 • GAY]

~ Capítulo 29 ~

Narrador Omnisciente

–No se preocupe –tranquilizaba el doctor a una paciente mientras salía del lugar–. Se lo diré.

Una vez fuera de la habitación, el profesional comenzó a caminar por un extenso pasillo que conducía al lobby. Una vez allí, miró unos papeles y entonces habló.

–¿Familiares de Nora Baiwood?

Tanto Helen como Elliot, al igual que Adam y Brad, se dirigieron hacia el doctor, quien una vez vio que estaban todos presentes, informó de la situación.

–¿Ella está bien? –preguntó Helen algo ansiosa.

–De hecho, sí. Tuvo unos pequeños rasguños en brazos y cara, pero no fue más que un susto. Queremos dejarla en revisión unos días por si las dudas, pero lo más probable es que ya mañana pueda irse a casa.

–¡Qué bien! –dijo Adam mientras le sonreía a Brad.

–¿Podemos pasar a verla? –preguntó Helen con alegría.

–Pueden. Sin embargo, me pidió que quiere hablar con... Adam. ¿Está él aquí? –Miró hacia todos lados esperando una respuesta.

–Sí, soy yo.

–¡Excelente! Te llevaré con ella y luego pueden entrar los demás...

–Pero –se interpuso Helen–, también somos familia.

–No dudo eso, señora. Pero la paciente así lo quiere. No creo que tome demasiado tiempo...

Adam intentó calmar a su madre quien estaba algo nerviosa. Luego de ello, fue hacia la habitación de la tía. Al entrar, Nora estaba con el celular jugando un videojuego.

–¡Maldito bastardo, cómete el jodido hongo!

–¿Tía? –preguntó Adam mientras reía por su comportamiento.

–¡Oh, mi sobrino favorito! –gritó mientras abría sus brazos en señal de que se acerque.

–No tienes otros sobrinos de todos modos...

–Lo sé, pero si los tuviera de seguro serías mi favorito. ¿Cómo estás?

–¿Disculpa? ¡Yo debería preguntar eso!

–Es verdad, pero ahora mismo me interesa saber más acerca de Brad y tú... ¡Cuéntame con detalles!

–¡Jajaja! De acuerdo... No pasó mucho, simplemente charlamos y ya está...

–Vamos, no intentes ocultarme detalles sucios...

–¡Maldita sea! A veces pareces una pervertida...

–Cielo –dijo la fémina mientras con su dedo índice deslizó sus lentes hacia la punta de su nariz–, que no te quepa duda. Un ángel no soy, claramente.

–De acuerdo, creo que casi nos besamos, pero no sucedió. Quizá sea lo mejor...

–¿Y eso por qué? Si lo quieres, y al parecer él a ti, ¿cuál es el problema?

–El problema es que no sé si es así... No sé si realmente me quiere de esa forma. Está bien, me dijo que me quiere pero no precisamente significa que me quiera en la manera como yo lo hago, ¿entiendes?

–Lo entiendo. Mira, Adam... Hay una maldita roca acercándose más cada día. ¿Entiendes que vamos a morir todos?

–Qué frialdad, pero sí... Lo sé.

–Por ello no hay tiempo que perder. Mírame a mi. He estado durante mucho tiempo haciendo las cosas bien, callando mucho que a la larga terminó por afectarme de manera emocional... ¿Pero sabes qué hice?