/AILANI KEIN/
Estiró entre las sábanas su cuerpo, abrió sus ojos soñolientos y palmó con sus manos el otro lado de la cama buscando a una persona, se quejó con un extraño sonido en la garganta al no ver el cuerpo que desde hacía varias noches la acompañaba en sus sueños. Escuchó entonces el agua de la llave del baño, aún no se había ido, y se dio cuenta que apenas eran las seis de la mañana y como de costumbre, mejor dicho una costumbre que había optado desde hace un mes, porque si la tenía no lo sabía, fue a preparar el desayuno para los dos hombres más importantes de su vida. Antes de eso entro a la habitación de Jayden, le despejó la sábana que lo cubría provocando en él una replica.
-Vamos Jayden, se te hará tarde para la escuela- decía mientras lo intentaba incorporar en la cama.
-Ummumm...no quiero ir-replicó como niño que es.
-Vamos pequeño, levántate- tras la insistencia de su madre abrió los ojos, tratando de que estos se adaptaran a la luz. Se puso de pie y aún bostezando bajo las escaleras con su madre para tomar un baño.
Mientras esperaban que los dos se alistaran fue preparando el desayuno, esta vez hizo huevos revueltos y pan tostado, acompañado con dos taza de café una para Keithan, y la otra para ella, y una vaso de jugo de naranja para Jayden.
Ya había pasado un mes desde la muerte de su padre, no había sido nada fácil sobresalir de aquel dolor, pero a su lado siempre estuvo su esposo, tratando de que el sufrimiento fuera más ligero. Ahora estaba en un mejor estado, a veces lo recordaba así como recordaba a su madre, pero ya no replicaba su ausencia, lo había aceptado.-Buen día- saludó Keithan besando los labios de Ailani -mmm...huele muy bien.-
-Son simples huevos- respondió con toda modestia.
-Todo lo que haces es delicioso- y con esto tomó asiento alrededor de la mesa. En ese instante llegó un Jayden soñoliento ya vestido para la escuela. -vamos muchacho, el día a penas empieza- l0 animó.
-¿No puede empezar un poco más tarde para mi?-lo último lo dijo bostezando y sentándose en una silla frente a su padre.
-No, así que ten y desayuna- Ailani puso frente de él un plato de lo que había cocinado y luego los acompaño en un tranquilo desayuno.
Al rato ya se despedía de su esposo e hijo. Suspiró, la verdad es que se le estaban agotando las cosas que hacer en aquella casa, todos los días se habían convertido en una rutina, y amaba lo que hacía, pero necesitaba agregarle algo más a la vida que llevaba ahora. Así que sin dudarlo aquella mañana hablaría con el que una vez le dijeron era su jefe, Derek Woodler, deseaba volver a trabajar, aunque no tenía ninguna remota idea de lo que hacía en su trabajo.
Después de algunas horas ya había terminado de limpiar la casa y se percató de que se acercaba la hora de hacer la comida. Antes de eso dejo a un lado la escoba y el paño con el que había sacudido el polvo de la casa y buscó la agenda que una vez Keithan le había entregado para buscar los números telefónicos de alguna persona con la que quisiera platicar. No sabía si el número de su jefe se encontraba ahí, pero una sonrisa de satisfacción se dibujó en su rostro al encontrarlo. Sentada en el sofá marcó el número y segundos después escuchaba como una secretaria la atendía y la reconocía inmediatamente, al parecer era muy "observadora" porque comenzó a relatarle todo lo que había pasado en la empresa desde su ausencia y ya cuando estaban entrando al tema del por que ella había dejado el novio con el que llevaba una relación de cuatro años, su jefe había aceptado la llamada y la saludaba con mucha alegría en la voz.
-Es un placer oírla Kein, ¿cómo está?-
-Ahora bien, gracias, ¿y usted?-
-Algo agobiado con algunos asuntos de la compañía, nada de que preocuparse al extremo, pero me tiene preocupado, desde su retirada muchas cosas han ocurrido- dijo con un tono muy serio en la voz.
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Unidos sin Recuerdos (UNIDOS #2)
RomanceDespués de que el amor de Keithan y Ailani atravesara todos los obstáculos y lograran estar juntos, Ailani despierta en la habitación de un hospital, no recuerda como llegó allá, ni el por que está ahí, justo al frente se encuentra un hombre que dic...