Edit 2021: [TW: ACOSO, ESTOY HARTA DE LO QUE HACÍA EN 2019 😭]
Unas horas más tarde, el sol había salido.
Jueves por la mañana, la aquamarina se levantó para irse a clases.
Se encontraba estable.
No mejor del todo, pero podía sobrellevarlo.
Fue un camino diferente, para no ser vista por sus amigos.
Llegó lo más rápido posible para evitar empeorar.
Sus clases transcurrieron con normalidad. No tuvo ningún ataque de tos.
Eso ya era un gran avance para ella.Nada que unas pastillas no pudieran resolver.
Salió de su escuela y se dirigió a su casa.
Regresó por el mismo camino por el que había ido en la mañana, llegó a su casa y empezó con sus tareas atrasadas.
No eran demasiadas materias, pero cada una tenía su gran testamento en ella.
Cuando se dio un descanso, comió algo y se tomó una pastilla para la gripe.
No quería empeorar, aunque reconocía que algunos de sus actos habían sido irresponsables.
No le quedó de otra que volver a sus tareas pendientes.
-Entonces... El resultado...- la aquamarina hablaba consigo misma.
-Es igual a... 222... Y, ¡terminé!- la aquamarina se estiró en su silla.
Se encontraba recostada sobre sus brazos a punto de quedarse dormida, cuando su teléfono empezó a sonar.
No se fijó en el nombre, solo quería descansar un momento.
-(Hola)- dijo aquella voz.
Cortó.
No quería hablar con ninguno de los dos chicos.
No estaba enojada.
Por lo menos no tanto.
Algo, de hecho.
Su teléfono volvió a sonar.
Era la peliverde.
-No quiero hab--
(Por favor, estamos cerca a tu casa)
-"¿Estamos?"-
(Rin no pudo venir, tiene clases extra y se quedará hasta un poco más tarde)
-Ustedes dos, básicamente-
(Resumidamente, sí)
-¿En dónde--
¡Ding dong!
La aquamarina colgó.
-¡Sorpresa!- gritó la peliverde desde afuera.
-¡Ni siquiera les dije que podían venir!- respondió la aquamarina poniéndose un abrigo y botas.
-Queríamos venir a pasar el rato- añadió el chico.
-¡No estoy de humor!- respondió la aquamarina dirigiéndose a su habitación.
-¡Vamos!-
-¡Dije!- la chica abrió la ventana.
-¡No!- saltó por ella.
Cuando cayó, dio un pequeño y bajo grito de dolor. Sus pies habían resbalado, por lo que cayó con las rodillas.
Sus manos también sufrieron. Pero no eran nada más que raspones.
Se curarían, no es como si hubiera caído de un cuarto piso.
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Tú llegaste a mi vida | LenKu
Fiksi PenggemarSolo una historia más del montón. ¿Quieres ver de qué trata?