Sin miedo a enamorarse - Pedritatí -

Capítulo 18

Itatí permaneció en silencio durante un par de minutos. Definitivamente no se esperaba una confesión así. Cada vez que pensaba en responder, algo parecía detenerla. No era una situación fácil, teniendo en cuenta que estaba hablando con la hija del hombre que lograba quitarle el sueño.

-Yo también lo extraño -se sinceró, decidiéndose a fijar la mirada en la joven- Estos días han sido un tanto...

-Extraños -completó por ella la oración, ganándose una mirada de sorpresa por parte de la rubia- Karina y yo no acompañaremos a mi padre a las grabaciones de mañana hasta entrada la tarde -le contó- Si quieres hablar con él, deberías aprovechar ese tiempo.

Una vez más Gema provocó lo que pocas personas han conseguido, dejar a Itatí Cantoral sin palabras. La actriz quedó totalmente enmudecida, sus labios se abrieron ligeramente producto de la sorpresa y sus cejas de levantaron apenas unos milímetros.

-Espera -pronunció la rubia al darse cuenta que la joven se estaba levantando del sofá, preparándose para salir- ¿Podrías pasarme tu número? -dijo mientras le tendía su pequeño dispositivo electrónico-

Por alguna extraña razón Itatí pensó que en el futuro cercano lo necesitaría. Este pedido, a diferencia de lo que pensaba la actriz, no pareció sorprenderle a Gema. Ella tomó el teléfono celular de la rubia con confianza, tecleó un par de números y se guardó en sus contactos.

-Gracias.

Ambas eran conscientes que ese agradecimiento no era solo por haberle pasado su número de teléfono. Esa palabra, que muchos pronuncian de dientes para afuera, fue dicha por Itatí con una sinceridad absoluta.

-Gracias a ti por haberlo apoyado.

Itatí observó a Gema rota, con los ojos cristalinos, y haciendo un esfuerzo considerable por no echarse a llorar. Algo dentro del corazón de la rubia se rompió al ser testigo de ello, fue como si de alguna manera una fuerza exterior la jalara en su dirección. Esa sensación tan intensa solo la había experimentado con Martín.

La abrazó, con cierto temor de ser rechazada o llegar a incomodarla. Sin embargo, eso no ocurrió. La joven aceptó el gesto, perdiendo finalmente el control de sus emociones. Segundos después, lágrimas silenciosas comenzaron a correr, liberando todo el dolor que Gema venía acallando durante los últimos meses. Itatí, por su parte, se encargó de pronunciar palabras de consuelo, que esperaba que ayuden a mitigar un poco la tristeza de esa muchacha.

-Tengo que irme -dijo inesperadamente, separándose de la actriz- El chofer me está esperando.

Itatí volvió a quedarse sola en su camerino. La rubia se sentía de alguna manera culpable por haber provocado que Gema explote y termine desahogándose con ella, quien después de todo sigue siendo una desconocida.

-Y parece que ya no puedo aplazar más mi conversación con Martín.

***

Martín llegó muy temprano al set. Anteriormente, cuando estaba casado y todavía era feliz con Rebeca, amaba profundamente dormir. Normalmente tenía jornadas laborales muy agotadoras, que terminaban dejándolo sin aliento, así que no existía nada que lo hiciera más feliz que acostarse en su cama sin la necesidad de poner una alarma para despertar. Actualmente, el insomnio parece que se ha vuelto parte de su vida, siendo un acompañante que no parece querer abandonarlo. Ha pensado en ir con un psiquiatra para que le recete cualquier droga que le permita conciliar el sueño, pero prefiere evitarlo hasta que su cuerpo se lo permita.

El cantante entró completamente solo a su camerino, vistiendo un buzo negro, unas zapatillas del mismo color que el buzo y una polera roja. Apenas estaba cerrando la puerta cuando notó que en realidad no se encontraba solo. Itatí se levantó del sofá al verlo ingresar al lugar. La cara de desconcierto en el rostro de Martín la obligó a hablar.