Capítulo 21

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Ambos se mantuvieron con los ojos fijos en el otro, mirándose totalmente embelesados, mientras una atmósfera muy particular se instalaba en el ambiente. Los dos se sentían ansiosos, con ganas de buscar cualquier excusa para alargar la mano y tocarse. Es decir, experimentaban unas ganas imperiosas de hacer que sus bocas choquen y sus cuerpos se unan, sin embargo, todavía no era lo suficientemente fuerte como para ignorar la existencia de varias personas curiosas que se mantenían observando en su dirección.

-¿Nos hablamos luego? -le preguntó el pelinegro con una pequeña sonrisa, recibiendo un asentimiento de cabeza por su parte-

-Suerte. -la escuchó susurrar antes de irse-

***

No es ningún secreto que la vida amorosa de Itatí Cantoral haya sido siempre un desastre. La impulsividad de la actriz suele generar que termine envuelta en relaciones que no perduran a lo largo del tiempo. Por eso, en la actualidad es bastante complicado que se ilusione con un hombre, los divorcios que ha tenido han sido suficiente prueba de que quizá que el amor no fue hecho para ella; sin embargo, todo parecía estar cambiando a un ritmo vertiginoso.

A pesar de haber transcurrido poco tiempo de volverlo a encontrar, está experimentando como cada una de las murallas que construyó a su alrededor comienzan a ceder, como si de alguna forma hubieran sido afectadas desde los cimientos. El colapso de las estructuras es repentino, y hasta cierto punto inesperado. No sabe cuánto tiempo tarde en terminar quedándose indefensa ante él, para que finalmente logre adentrarse en lo más recóndito de su alma.

-¿Entonces debo suponer que todo salió muy bien? -la voz de Consuelo consiguió sacarla del trance en el que estaba- Si no quieres que los descubran, deberías disimular un poco más.

La mirada de Itatí estuvo perdida en la figura del pelinegro. Sus ojos no hicieron más que mantenerse estáticos en un punto ubicado a lo largo de su rostro. Al darse cuenta, apartó rápidamente la mirada, sintiéndose un tanto cohibida, para enfocarla prontamente en la castaña. Ese conjunto de acciones fue fácilmente advertido por el cantante. Él, por su parte, no pudo evitar dibujar una sonrisa divertida sobre rostro, mientras continuaba recibiendo un par de indicaciones por parte del director.

-Mejor que eso. -respondió con total sinceridad, a la vez que lo observaba unos efímeros segundos a la distancia. Parecía estar bromeando con Ignacio. Ambos se estaban riendo despreocupadamente, ignorando los libretos que tenían delante. Martín se carcajeaba de tal manera que en sus ojos se le formaban unos pequeñas arrugas- Él es... -el techo se volvió su foco de atención, tratando de buscar una palabra para describirlo, pero sin hallar una lo suficientemente buena para hacerlo- diferente.

-¿Diferente como Carlos, Eduardo, ...? -la castaña guardo silencio al advertir como a algunas personas se producción empezaban a rodearlas a una distancia no muy corta-

-Gracias por animarme. -respondió en tono sarcástico -

Itatí creyó que la conversación se cortaría por la nueva compañía que tenían las actrices, pero no fue así. La castaña parecía seguir bastante curiosa, además, no desperdiciaba momento para barrerla con la mirada. Itatí, por su parte, ignoraba que Consuelo venía analizándola desde hace un buen tiempo. Ella la conocía, mejor que la mayoría de personas, y podía dar fe que jamás la había visto así. Es más, notó la química entre ambos desde el primer encuentro. Por eso, en un inicio creyó que tenían o tuvieron un romance.

-¿Y planeas contarles a tus hijos acerca de él?

Consuelo se había acercado a Itatí, quedando posicionadas una al lado de la otra, a una distancia tan corta que solo demostraba la cercanía que existía entre ambas. Asimismo, le habló a un volumen de voz lo bastante bajo para que nadie además de ellas sea capaz de escuchar lo que decían.

Sin miedo a enamorarse - Pedritatí -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora