Itatí observó el rostro de desconcierto de Martín. Le causó gracia verlo con los labios ligeramente entreabiertos, permitiéndose de esa manera tomar grandes bocanadas de aire; hinchados, producto del beso que habían compartido hace un instante, y con restos de su lápiz labial.
-¿Eso quiere decir que...? -le preguntó sintiéndose parcialmente confundido por su arrebato-
-Que tienes una cita conmigo.
La sonrisa que Itatí le dedicó era coqueta, no hacía esfuerzo alguno para disimular su respiración rápida, además, tampoco se cohibía de tocarlo. Sin ninguna pena le acariciaba el rostro, deslizando su pulgar desde la mejilla hasta la barbilla, mientras le limpiaba los restos de maquillaje de los contornos de la boca.
-Te he dejado hecho un desastre.
Las irremediables ganas que sintió Martín de agarrarle firmemente el rostro y besarla hasta seguir dejándola sin aliento, provocaba que las manos le quemen, por deseos de tocarla. ¿Acaso no se daba cuenta que la piel se le erizaba solo cuando le ponía los dedos encima? Además, no podía quitarse de la cabeza lo preciosa que se veía así, con el cabello ligeramente revuelto, los ojos más oscuros de lo normal y esa sonrisa de ensueño, que parecía que en cualquier momento se volvería su perdición...
El cantante deseaba almacenar ese instante en la profundidad de su mente. Siendo consciente que para recordar ocasiones especiales las personas se apoyan en el uso de las cámaras fotográficas, pero teniendo al mismo tiempo la certeza que no necesitaría de una foto para que esa imagen perdure en él.
-Es la segunda vez que lo haces -le recordó con una sonrisa encantadora- Y ninguna de las dos veces me ha molestado.
-Lo único que faltaría es que te moleste -le respondió divertida-
Se iba a alejar, para poner más distancia entre ambos, pero Martín la sujetó sutilmente del brazo. Aprovechó de esa proximidad para continuar observándola totalmente embelesado, a la vez que acercaba sus manos a ella. Luego, sin esperárselo, comenzó a acomodarle el cabello con ternura.
-¿Puedo preguntarte qué te orilló a tomar esta decisión? -preguntó después de alejar sus manos de ella- Creí que me volverías a rechazar.
Los dos procedieron a sentarse en el sofá perteneciente al camerino. Se encontraban lo bastante alejados como para que la tentación de tocarse no sea tan grande, considerando la carga sexual que bañaba actualmente al ambiente; sin embargo, lo suficientemente juntos para que sus manos se rocen, y una caricia sutil sacuda a ambos cuerpos.
-En un inicio pensé hacerlo -confesó mirándolo abiertamente a los ojos- Martín, mi vida amorosa siempre ha sido un desastre -por un breve momento la oscuridad tiñó por completo a aquellos orbes marrones claros, sin embargo, solo bastó que la rubia vuelva enfocar la mirada en el pelinegro para que un brillo nuevamente se forme en ellos- pero no puedo ignorar lo que sucede entre ambos.
-¿Entonces admites que algo sucede?
Él se inclinó en dirección a la actriz, prestando especial atención a sus ojos y labios, logrando de esa manera ponerla ligeramente nerviosa.
-¿Acaso no escuchas lo que te digo? -le dio un golpe liviano en el hombro, esperando que de esa forma deje de distraerse- Por supuesto que existe algo -respondió con obviedad- ,pero vamos lento -presionó su palma izquierda contra el pecho del cantante, empujándolo hacia atrás-
-Fuiste tú quien entró a mi camerino a besarme de esa manera -le contestó divertido-
-Soy impulsiva -mordió sutilmente su labio, avergonzada, para después posar una angelical sonrisa sobre su rostro- ,pero tampoco pienso disculparme por eso -susurró en un tono casi inaudible-
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Sin miedo a enamorarse - Pedritatí -
RomanceEn una de las últimas entrevistas que le hicieron a Itatí, una de las preguntas más relevantes fue cuando le interrogaron sobre si ya sabía quién era el amor de su vida. Ella con mucha pena respondió que no. Le pidió al entrevistador que le de unos...