O3; 𝗦𝗲𝗼𝗸-𝗝𝗶𝗻

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Seok-Jin llegó con su equipo de trabajo una vez Yoongi y Nam-joon terminaron con el suyo

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Seok-Jin llegó con su equipo de trabajo una vez Yoongi y Nam-joon terminaron con el suyo.

Enseguida estos comenzaron a deshacerse de cualquier objeto que pudiera contener alguna prueba de ADN de alguno de aquellos dos que anteriormente se encontraban en la camioneta, como también metían en bolsas de plástico solo las pertenencias de los difuntos que serían importantes de investigar, como lo eran  sus celulares.

La limpieza fue extensa, y después de un tiempo, una vez Seok-Jin satisfecho con su trabajo se acercó a Min.

— Esta listo, solo necesito tu orden para proceder y terminar con cualquier tipo de rastro que quede en aquella camioneta. — Hablo Jin serio.

Yoongi sonrío pues esta era su parte favorita.

— Solo hace falta la orden para proseguir. — Hablo nuevamente Jin.

— Ya sabes que soy un maldito pirómano de mierda, guapo, evita preguntar si ya sabes la respuesta, sabes que me gusta ver las cosas arder. — Contestó Min Yoongi mientras le guiñaba un ojo a su contrario con picardía, una vez Yoongi se alejó lo suficiente de la camioneta, está fue incendiada junto con los cuerpos de madre he hijo adentro.

Min sonrió, acomodó las mangas rojas de su camisa larga que anteriormente eran blancas, para continuamente mirar al hombre que se encontraba a su lado.

— Nam-Joon, llama a Jung-kook, que envié a alguien a que venga por nosotros. —
Ordeno él,  y el moreno anteriormente mencionado asintió.

El hombre alto, del bolsillo de su pantalón sacó su móvil, y marcó el número del joven hacker, tres tonos de llamada de escucharon antes de que Jung-kook contestara.

— Jeon, necesitamos una camioneta y un chofer, ahora. — Ordenó ronco Nam-joon.

— Enseguida, en 15 estará ahí. — Respondió con voz neutra Jeon.

Nam-joon cortó la llamada y guardó el dispositivo nuevamente en el bolsillo de su pantalón.

— El chofer estará aquí en aproximadamente quince minutos. — Informó Joon a Yoongi y este asintió satisfecho.

Tal y como había dicho Kook, una camioneta negra y de vidrios polarizados había llegado en quince minutos exactos.

Se acercaron a esta, Nam-joon adelantándose abriendo la puerta trasera de la camioneta dejando que el pálido entrara primero a esta.

Así fue, Yoongi se acomodó en los asientos traseros y luego Joon entró, Min sacó su móvil y marcó el número de Jin quien contestó enseguida.

— Seok, examina todas las pertenencias de los difuntos que sean sospechosas, cuando encuentres algo que sea de importancia comunícate con Jungkook. — Finalizo Min.

— Entendido. — Se escuchó a través del dispositivo, y sin más Yoongi colgó la llamada.

— ¿Qué prosigue?— Preguntó Nam-joon mirándolo.

— Contactar a Park. — Hablo él pálido.

— ¿Él?, ¿En que podría ayudar?— Cuestionó él moreno.

— Park conoce a todas y cada una de las mujeres que trabajan en el mundo de la mafia, ese proxeneta sabe lo que le conviene, es astuto, no se negaría en ayudar a uno de los más importantes mafiosos del mundo, pues sabe que si no ayuda, su bonita cabeza terminará rodando en el suelo. — Hablo con algo de superioridad él pálido.

Nam-joon solo asintió de acuerdo con el plan del más bajo.

El camino a la mansión de Kim Taehyung fue algo corto, al llegar a aquella lujosa y gran arquitectura la camioneta se estacionó.

Nam-joon y Yoongi bajaron de la camioneta negra, se encaminaron juntos a la mansión y entraron a esta.

Una vez adentro, Jeon los recibió.

— ¿Tienes ya toda la información de la mujer?— Preguntó Min mirando al hacker, este negó,Yoongi gruñó inconforme.

— El jefe Kim te busca, quiere que vayas enseguida a su oficina. — Mencionó Kook.

Min se encaminó a paso apresurado a la oficina de Kim, al estar en ella tocó con puño cerrado a la puerta de madera.

— Adelante. — Se escuchó grave proveniente del interior de aquella habitación.

Min giró la perilla de la puerta y se adentro a la oficina de su jefe.

— Siéntate. — Ordenó ronco Kim, Yoongi obedeció de inmediato.

— ¿Ya atrapaste al maldito que intento matarme?— Cuestiono Kim serio, mientras sonreía de lado, sabiendo la respuesta.

Yoon negó.

— Ya veo. — Volvió a mencionar Kim, mientras se levantaba de su asiento y caminaba hacia Yoongi.

— A pasado solo una semana, necesito más tiempo.— Hablo Min mirándolo.

Taehyung lo miró a los ojos desafiante.

— No te confundas Min, yo soy el jefe, reconoce tu lugar, yo soy el que da las órdenes no tú. — Volvió a hablar Kim.

— Lo hago, reconozco mi lugar. — Hablo Yoongi ronco, esa escena de dominante y sumiso le encantaba.

— Así me gusta, buen chico Yoon.— Hablo con supremacía Kim.

El moreno una vez cerca de Min tomó por el mentón al pálido con fuerza, haciendo que los ojos gatunos del contrario conectaran con los suyos.

— Yo soy el jefe, por lo tanto cualquier orden que pronuncien mis labios, será orden que deberás acatar. — Hablo Kim con voz ronca y con un tono seductor.

Min asintió sonriendo, ya liado en aquel juego.

Soy el jefe.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora