Una maldición escapó de mis labios y Lupe indagó inmediatamente sobre mi cambio de humor. Le conté lo que había ocurrido unas semanas atrás. Ella sonrío tranquilizadoramente y me aseguró que el muchacho no tenía ningún tipo de intención con Ignacio, más aún cuando él presentó a los recién llegados como "sus compañeros de trabajo". Claro que el abrazo del chico no pasó desapercibido para ella ni para mí, mucho menos el presente que le dio. Respiré profundamente ¿Por qué no había pensado en comprarle algo un poco más importante que un ridículo chocolate?
—Tú no respondiste mi mensaje —dijo Rocco acercándose a mí cuando me había acercado a la mesa de los tragos. Necesitaba clamar mi ansiedad, y nerviosismo, necesitaba dejar de seguir todos los movimientos de Ben.
—No lo leí.
—Cobarde —rodé los ojos y no respondí. No tenía ganas de pelear, era muy temprano. —Te decía que Tomás estuvo muy triste por la pelea contigo, no se sentía orgulloso de lo que dijo.
—Pero tampoco tiene pensado retractarse ¿O sí? —consulté mirándolo a los ojos. Rocco no respondió. —Pues mira, ve y dile que ahí tiene una relación para alentar.
—Nano... —pidió perdiendo la paciencia, pero mirando de todas maneras donde Ignacio y Ben hablaban amistosamente. —Tomás está muy triste.
—Dile que no lo esté. Yo no estoy enojado. Dolido sí, pero enojado no —suspiré y forcé una sonrisa. —Está bien, en serio. No es su culpa, sino mía.
Rocco asintió acercándose a su novio y le susurró algunas cosas antes de que sus ojos se posaran en los míos. Lo saludé con un movimiento de cabeza y él respondió igual. Estábamos bien.
Me giré para regresar junto Lucas mientras Tiziano y Josh peleaban por la atención de Amelia. Karel había dejado a Lucas para unirse a su hermano y jugar algún juego en la Tablet del mayor. Ella cada tanto me miraba fija y acusadoramente porque yo le había hecho algo a su tío.
—¿Tú estás borracho Nano? —consultó la niña con su voz chillona, seguramente preguntándose aún qué era lo que yo estaba haciendo, o por qué.
—No, estoy tomando un refresco, pero es el primero. Así que no, no estoy borracho.
—Aún —completó divertido Josh un poco más allá sonriendo travieso.
La niña se giró a él y lo miró fijamente. Ven. Ahí estaba, esa cosa que él hacía.
—Soy Karel —largó casi corriendo a él. Tiziano rodó los ojos de inmediato.
—Soy Josh. ¿Cómo estás Karel?
—¿Tú tienes novia? —consultó de inmediato arrodillándose a su lado y mirándolo con sus ojos muy abiertos. Él rió y negó con su cabeza.
—Novio —corrigió Tiziano llamando la atención de la pequeña. Sí... nada bueno saldría de eso. —Las personas podemos tener novias o novios... a Josh le gustan los muchachos.
—¿Cómo?
—Tiziano —negué con mi cabeza y miré por sobre mi hombro a Ignacio para que detuviera aquello, pero él aún seguía muy divertido charlando con Ben y sus dos amigas.
—Claro —continuó. —A los muchachos también le pueden gustar otros muchachos. Y las chicas otras chicas. Por eso Josh tiene un novio.
—¿Como Nano y tío Ignacio? —consultó mirándome para darle una respuesta. Corrí mi mirada de la suya sólo para encontrarme con la sorprendida de Lucas. —Porque ustedes se estaban besando...
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Nítido.
Teen FictionSiempre que algo es difuso y los límites no son claros todo se vuelve confuso. Es por esta falta de nitidez en su relación que las cosas poco a poco comienzan a complicarse. ¿Podrán estos dos muchachos poner los puntos sobre las íes o todo quedará...