42. Feliz.

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Moví mis ojos de León cuando Amelia gritó fuerte provocándome un pequeño respingo. Ella intentaba con fuerza trepara sobre Gael que simplemente la observaba con una sonrisa tirante en sus ojos.

—Yo no creo que eso sea posible —dijo Nano cortando el silencio. Me había distraído con los esfuerzos de la niña y el sutil rechazo por parte del chico que tardé unos segundos en retomar lo que estaban hablando.

—¿Por qué no? —increpó León.

—Porque no. Porque me gusta vivir aquí, me gusta estar con Amelia y me gusta estar con Ignacio. Yo los amo, ustedes son mis hermanos, pero ellos son mi familia ahora también así que...

—¿Y qué sucederá cuando Ignacio quiera formar su verdadera familia? —continuó el muchacho. —¿Tendrás un cuarto de invitados en donde vivir? No seas ridículo Nano. Deja de ser egoísta.

—Nano ya tiene una habitación y no es la de invitados León —dijo Gael con seriedad. Tragué saliva. A pesar de todo, el más inteligente de los dos siempre había sido él. —Yo creo que no debamos presionar más. Te dije que no era una opción.

—No entiendo —aseguró León cruzándose de brazos, berrinchudo.

Yo ni siquiera me atrevía a mirar a Nano, estaba sentando junto a mí pero mis ojos aún seguían fijos en Amelia que seguía siendo era rechazada por Gael.

—¿Qué es lo que no entiendes? —escupió Nano también enojado. Ellos dos se parecían mucho en eso, era mi primera vez notándolo. —Ignacio y yo dormimos juntos.

Me atreví a mirar a León con su ceño fruncido.

—¿Nos estás invitado a vivir en la habitación de Amelia?

—¡Eres tan estúpido León! —gritó Nano con fuerzas.

Amelia miró en su dirección y poco a poco fue saliendo su labio inferior hasta convertirse en un marcado puchero antes de largar el llanto.

—Gracias Nano —protesté poniéndome de pie para ir por ella. Podría haber dejado que Gael se hiciera cargo pero evidentemente eso era lo último que le gustaría hacer.

—Lo lamento —aseguró Nano largando un suspiro. Me alejé con ella hacia la ventana mientras oía a los hermanos Iniestra continuar con su charla. —¿Me lo vas a hacer decir León?

—Sí, porque no lo entiendo Fernando. Tú eres muy complicado la mayoría del tiempo —se quejó y quise aplaudirlo. Entendía lo que decía perfectamente.

—Ignacio y yo estamos juntos ¿De acuerdo? —consultó. De reojo vi sus mejillas absolutamente sonrojadas. —Juntos, como una pareja ¿Entiendes?

—No.

—León —advirtió su gemelo.

—¿Tú si lo entiendes? —continuó.

—Claro. Viven juntos, comparten habitación cuando hay dos en esta casa, te está diciendo que están juntos como una pareja.

—¿Y? —insistió, caprichoso.

—Somos novios. N-O-V-I-O-S —deletreó fuerte. —¿Ahora sí?

—Oh... sí, ahora sí —respondió con voz apretada dirigiendo sus ojos a los míos. De inmediato se sonrojó y bajó su mirada. —Lo entiendo...

—Eres tan estúpido.

"Como una pareja" no es como si dijeras que están en pareja Fernando, tú eres el estúpido —continuó de mala gana. Respiró un par de veces y volvió a levantar su vista. —¿Es en serio?

Nítido.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora